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Erupción del volcán Así serán los efectos de la caída de la lava al agua para la vida marina de La Palma

Los geólogos señalan que el delta que se está formando en la costa arrasará con el ecosistema más superficial. Se formarán plumas piroclásticas que se desplazarán mar adentro y bombas flotantes que caerán al fondo marino. Sin embargo, cuando pare la erupción, la recuperación de la fauna y la flora será muy rápida.

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MADRID, Actualizado:

Esta pasada noche se ha producido lo que los expertos habían advertido en los días previos tras la erupción del volcán de La Palma. La colada de lava ha terminado desembocando en el mar, que está formando una densa nube de vapor de agua y algunos gases que no representan un peligro para la salud y además esta creando un delta que "poco a poco gana terreno al mar".

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Los científicos trabajan sin descanso estos días y ya están estudiando el impacto que tendrá en el ecosistema marino desde el buque oceanográfico Ramón Margalef, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC). Desde el barco, que se encuentra en la zona desde hace días, se analizarán datos de temperatura, pH, conductividad, oxígeno disuelto, clorofila, bacterias, zooplancton y fitoplancton.

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El tremendo choque térmico que se produce entre la temperatura de 1.000ºC que tiene la lava y la del mar, que se encuentra entorno a los 20ºC, genera columnas (penachos) de vapor de agua cargados con ácido clorhídrico (HCl) como consecuencia del importante contenido de cloruro (Cl-) en el agua de mar. Estas columnas de vapor de agua, de un color blanquecino, también contienen a su vez diminutas partículas de vidrio volcánico como consecuencia de la reacción que se produce entre la lava y el agua de mar. Pero el peligro que representan es muy local, en el entorno del área donde se produce el encuentro de la lava con el mar.

El ecosistema local va a quedar dañado

Otra cuestión es determinar qué consecuencias va a tener ese contacto de la lava con las aguas tanto para esa zona costera de La Palma como para la vida marina. El ecosistema marino se va a ver afectado de forma muy negativa pero también muy local. Pero los expertos vaticinan que la recuperación del entorno va a ser muy rápida y el impacto terminará enriqueciendo la zona. Existe un precedente muy cercano en el tiempo y con características similares al volcán de La Palma que fue la erupción del volcán submarino Tagoro de El Hierro, en 2011, que se ha convertido en una gran fuente de estudios científicos. Allí se ha documentado cómo en el plazo de dos años la recuperación de la fauna y la flora era prácticamente completa, incluso ha aumentado la riqueza de las aguas.

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Las condiciones del agua en La Palma se van a ver alteradas por tres factores fundamentales: la acidificación, la turbidez y el aumento de la temperatura

Las condiciones del agua en La Palma se van a ver alteradas por tres factores fundamentales. Son la acidificación, la turbidez y el aumento de la temperatura. "Estos fenómenos provocan mucha acidificación del agua, que se vuelve más ácida debido a la caída de los piroclastos volcánicos al mar", señala Luis Somoza, vicedirector científico del IGME-CSIC y geólogo marino a Público. El aumento de la acidez se produce por las emisiones de dióxido de carbono, ácido carbónico y ácido sulfúrico.

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La caída del material volcánico al mar va a provocar dos fenómenos. Por un lado, como explica Luis Somoza, "se van a formar nubes de piroclastos, que se van a desplazar mar adentro. Se trata de nubes de partículas finas, que se desplazan a muchos kilómetros".

Luis Somoza, vicedirector científico del IGME-CSIC: "Se van a formar nubes de piroclastos, que se van a desplazar mar adentro"

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Esas especies de lenguas de partículas adoptan el nombre de plumas piroclásticas, que suelen desplazarse mar adentro, ayudada por los vientos y por las corrientes marinas. Lo lógico es que esa pluma termine recorriendo el mar a unos 30 metros de profundidad y acabe disolviéndose con el paso del tiempo. 

Un factor que hay que tener en cuenta y que se está disminuyendo los peligros para la población de La Palma es el de los vientos alisios, que están soplando en dirección al mar. Esto está provocando que tanto los penachos de vapor de agua cargados con ácido clorhídrico  como las plumas piroclásticas no se queden en la zona, sino que sean llevadas mar adentro.

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Bombas flotantes

El otro fenómeno que se produce son las llamadas bombas flotantes, que son trozos más grandes de piroclastos que caen al mar y se quedan estancos en la zona costera. Somoza explica que "los trozos más grandes de lava ahora flotan porque tienen gas y hasta que no se enfrían no se hunden al fondo marino. Estas bombas flotantes no se trasladan muy lejos y no son especialmente dañiñas para el ecosistema".

Somoza: "Este delta va a generar un daño al ecosistema puntual y muy localizado"

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Lo que sí se está generando ya en la zona donde se precipita el río de lava de forma continua es un enorme delta. "Es impresionante el delta que se está formando, puede que ya haya alcanzado los 100 metros", advierte Somoza. "Este delta sí va a generar un daño al ecosistema puntual y muy localizado. Va a arrasar con todo el ecosistema que haya. Machacará todo".

¿Qué ecosistemas saldrán más perjudicados?

El segundo factor es el aumento de la turbidez del agua. La caída de materiales volcánicos al mar provoca que los gases que expulsan dentro del mar disminuyan la transparencia del agua. "Provoca el mismo efecto que metieras en el agua una piedra pomez con mucho gas", ejemplifica el geólogo.

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"Los ecosistemas someros que viven de la luz son los que van a quedar más dañados, como los colares"

El tercer factor es, obviamente, el aumento temporal de temperatura del agua. Es cambio drástico de la temperatura es muy dañino para muchas especies marinas, que estás acostumbradas a un rango térmico muy determinado y que habitan la parte más superficial de las aguas. La alteración del entorno también genera la huida temporal de las especies con capacidad de movimiento pero también la muerte de otros ejemplares. "Los peces ya habrán huido de la zona", vaticina Somoza.

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"Este cambio de temperatura afecta inevitablemente a un ecosistema normal como en La Palma. Los ecosistemas más afectados serán los que se vean a simple luz, los fotosintéticos, es decir los que van hasta los 60 o 70 metros de profundidad. Los ecosistemas someros que viven de la luz son los que van a quedar más dañados, como los colares. Pero los ecosistemas que existen por debajo se verán mucho menos afectados", explica.

De la destrucción a la recuperación de la vida

Somoza calcula que "en un año o año y medio el ecosistema se habrá recuperado"

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Sin embargo, este panorama de destrucción que va a provocar la lava volcánica en la zona donde está cayendo cambiará de forma radical en el momento en el que se detenga la erupción. Se produciría un fenómeno de fertilización y en un futuro cercano se podrá comprobar la recuperación de la zona. Somoza calcula que "en un año o año y medio el ecosistema se habrá recuperado. Geológicamente es muy poco tiempo de recuperación".

El estudio de El Hierro y de otras erupciones similares reflejan, por ejemplo, la proliferación de fitoplancton. El pasado mes de julio salió a la luz un estudio de investigaciones de los centros oceanográficos de Baleares y Canarias en la revista científica Frontiers in Marine Science en el que se observaba la evolución del zooplancton en la zona del volcán Tagoro a los seis años de la erupción. En el mismo se registra que la proliferación de estos organismos así como de fitoplancton aumentó de forma significativa en ese entorno, aunque la diversidad de especies se redujo, ya que no todas podían adaptarse a las nuevas condiciones. Somoza no tiene duda de que "cuando haya recuperación del sistema bentónico los peces volverán a la zona".

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Un nuevo delta en el mapa

En el plano geológico el resultado que va a provocar la enorme cantidad de lava que está cayendo al agua por los acantilados ya se está apreciando a simple vista. Se va a incrementar la superficie de la isla, ganando terreno al mar en el punto de la costa donde desemboca la colada. Desde este martes por la noche se está formando un gran delta, que irá creciendo en tamaño hasta que la erupción cese. En estos momentos es muy complicado prever qué cantidad de material llegará hasta el mar pero la certeza es que el delta se está formando y permanecerá en el tiempo. Va a suceder, como recuerda Somoza, lo mismo que en Puerto Naos, también en La Palma, tras la erupción de 1949. 

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