Solo un 5% de los titulares de las explotaciones agrarias catalanas tiene menos de 35 años
Las ayudas del Govern facilitaron la incorporación de 239 nuevos agricultores el año pasado, pero los sindicatos reclaman blindar la actividad con la protección del espacio natural y priorizar a los productores profesionales que acaban de llegar al sector.

Barcelona--Actualizado a
El año 2025 ha arrancado con un problema endémico todavía pendiente de resolver por parte del Gobierno catalán: la necesidad de rejuvenecer el campo. Pese a los intentos para revertir la situación con la celebración de un pleno monográfico en el Parlament ahora hace casi un año, fruto de la movilización de los agricultores que cortaron carreteras con marchas lentas de tractores, la realidad continúa marcada por el envejecimiento de los profesionales.
Desde los sindicatos, se recuerda que los últimos datos actualizados, correspondientes al Censo Agrario de 2020, muestran cómo un 48% de los titulares de las explotaciones agrarias en Catalunya tienen más de 65 años. En cambio, solo un 4,84% de estos son menores de 35 años. Con el objetivo de rebajar la edad media de los campesinos, el Departament de Agricultura convocó una línea de ayudas destinada a la creación de nuevas explotaciones agrarias. La iniciativa, a la cual se destinaron 9,5 millones, quiere contribuir a facilitar el relevo generacional, fijar la población en las zonas rurales y, sobre todo, fomentar la incorporación de las mujeres al sector agrario.
El Departament de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación ha apoyado a 239 personas jóvenes emprendedoras que en la convocatoria 2024 solicitaron la ayuda para instalarse en una explotación agraria. De acuerdo con el presupuesto plurianual, se han concedido ayudas en forma de subvención directa. El objetivo de la subvención, según el Departament, es "crear explotaciones viables mediante la instalación de personas jóvenes con capacidad y competencias profesionales adecuadas en empresas con características técnico-económicas adecuadas".
Las ayudas se enmarcan dentro del nuevo periodo del Plan estratégico de la Política Agraria Común (PEC) 2023-2027 y están cofinanciados por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader). El plan incorpora mejoras normativas respecto al anterior, que han permitido incrementar la media de ayuda concedida, que pasa de casi 30.000 euros de media en la convocatoria de 2023 a 40.000 euros en el actual. A partir de ahora, el primer pago se efectuará el año siguiente al de la convocatoria, con lo cual se reducen los plazos. Además, se ingresará el 60% de la ayuda en 2025 y el 40% restante en 2027, dado que inicialmente, la persona joven tiene más necesidades de financiación.
Defensa del espacio agrario
La sección de jóvenes del sindicado Unió de Pagesos (UP), el mayoritario en el campo catalán, reclama que se tenga en cuenta la transversalidad del sector primario y se defienda el espacio natural por medio de la normativa de la ley de espacios agrarios, que obligue a articular un análisis de afectaciones en el marco de la planificación territorial y urbanística y en proyectos de obras. Así, UP precisa que "nos sentimos vulnerables a consecuencia de la especulación y el despliegue de las energías renovables sin ningún criterio racional, lo que provoca la ocupación de las tierras fértiles y hace encarecer los precios de las tierras arrendadas y la expulsión de los campesinos".
UP también exige que se prioricen, especialmente en los contextos de sequía, los usos de la agricultura y la ganadería ante otros no esenciales, dado que el sector agrario provee bienes básicos para la población. Con el propósito de reducir al mínimo la burocracia, el sindicato quiere una ventanilla única agraria y un acompañamiento a los jóvenes que se acaben de incorporar al campo.
En una línea similar, la organización Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC) lamenta que las ayudas del Departament de Agricultura no prioricen claramente los jóvenes y los agricultores profesionales como beneficiarios principales. Joan Carles Massot, presidente de JARC, afirma que "los jóvenes agricultores son el futuro del sector. Sin un apoyo adecuado, pondremos en peligro la continuidad de la actividad en Catalunya".
Fomento del cooperativismo
Por su parte, la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya (FCAC) insta, en el contexto del Plan Estratégico de la Alimentación de Catalunya 2021-2026, a "fortalecer las empresas agrarias lideradas por jóvenes, asesorándolas y acompañándolas con un apoyo específico y personalizado para crear, tomando como base modelos cooperativos con responsabilidad social, un sistema de producción, transformación y comercialización agroalimentarias innovador y sostenible, que integre la perspectiva de género y el liderazgo femenino".
Esta realidad de los profesionales del campo en Catalunya, con una población cada vez más envejecida, contrasta con el buen momento del sector en la esfera macroeconómica. Así lo constata el estudio El sector agroalimentario en Catalunya, elaborado por la agencia Acció y la Promotora de Exportaciones Agroalimentarias de Catalunya (Prodeca), en el cual se concluye que la agroalimentación es el primer sector de la industria catalana con un volumen de negocio de 48.321 millones de euros y una ocupación de 175.600 trabajadores.
A partir de los retos de futuro que dibuja el estudio, como la sostenibilidad, la producción de alimentos saludables y la aplicación de las tecnologías para ganar eficiencia, tendría que surgir la capacidad de integrar en estos desafíos a los jóvenes campesinos catalanes, de quienes acabará dependiendo el logro de estos objetivos estratégicos.
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