El icónico edificio Estel de Barcelona ultima su mutación, de gigantesco inmueble abandonado y saqueado a gran 'hub' farmacéutico
Las ingentes obras de rehabilitación de la antigua sede catalana de Telefónica están finalizando, con una imponente fachada de cristal, para albergar en breve un centro de la compañía AstraZeneca.

Barcelona--Actualizado a
El inmenso bloque de hormigón que emergía en medio del céntrico barrio del Eixample de Barcelona, con una imagen sucia y siniestra, ha dado paso en las últimas semanas a una esbelta estructura recubierta por una fachada de cristal que deslumbra en el skyline de la capital catalana. Es la mutación que ha hecho el inmenso edificio Estel, que ocupa casi una manzana entre la calle Mallorca y la Avenida Roma, junto a la calle Calàbria, después de poco más de dos años de obras.
La que un día fue la icónica sede de Telefónica en Barcelona, había quedado convertida durante más de una década en un simple gigantesco armazón de hormigón que se encontraba en un estado de gran marginalidad. Una imagen de degradación fruto del abandono en el que quedó el edificio con la marcha de Telefónica. Tras la venta por parte de la compañía telefónica en 2007, el edificio fue adquirido por distintos propietarios que impulsaron varios proyectos fallidos y quedó abandonado.
Ahora, 18 años después de quedar vacío y después de cerca de dos años de trabajos, el Estel renace como lujoso edificio de oficinas que en pocas semanas ocupará la multinacional AstraZeneca, compañía farmacéutica conocida por la fabricación de vacunas durante la pandemia de la covid. El Edificio Estel incluye unos 50.000 metros cuadrados de oficinas y también varios servicios como salón de actos y auditorio, gimnasio, sala de lactancia o cafetería.
Diseño vanguardista
Las obras, que preveían una inversión de 80 millones de euros, han entrado en la recta final con la retirada de todos los andamios y vallas exteriores y los trabajos se concentran en los acabados del interior para su próxima ocupación. El proyecto de remodelación ha sido impulsado por la gestora de inversiones inmobiliarias alemana FREO y el fondo global de crédito Bain Capital con sede en EEUU, que invirtieron 120 millones de euros en la compra del edificio. El vanguardista diseño ha sido realizado por el despacho de arquitectura Blanch + Cuenca Arquitectura (BCA).
Después de varias especulaciones sobre el destino final del edificio, que inicialmente quiso dedicarse a usos hoteleros y viviendas de lujo, finalmente los nuevos propietarios optaron por mantener el uso de oficinas que ya tuvo con Telefónica, pero adaptado al siglo XXI en un moderno complejo abierto e integrado al entorno, con accesibilidad y con comercios y restaurantes en la planta baja que ocuparán 3.225 metros cuadrados. Dispondrá de dos áreas comerciales de 1.000 metros cuadrados cada una, situadas en los laterales del edificio que dan a la calle Calàbria y a la calle Viladomat, respectivamente.
Hub farmacéutico
El grueso de las oficinas albergará el hub de innovación global que AstraZeneca prevé abrir en Barcelona en breve. Según comunicó la multinacional farmacéutica, el presidente del futuro centro de la capital catalana será Rick R. Suárez, quien también ostenta el cargo de presidente de la farmacéutica en el Estado español. En un comunicado, Suárez aseguró en el momento de su nombramiento que la compañía "está potenciando" su relación con el Gobierno español, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. El presidente del hub de innovación global de AstraZeneca en Barcelona también ha destacado "el ecosistema biomédico" de la capital catalana. "España y Barcelona se han consolidado como puntos neurálgicos en el ámbito de la innovación y las ciencias de la vida", aseguró. La multinacional prevé invertir 800 millones de euros y contratar a 1.000 personas en cinco años para el hub de investigación global de Barcelona.
El edificio cuenta con un aparcamiento para 414 vehículos, 267 motos y 424 bicicletas que podrán utilizar tanto trabajadores y visitantes del edificio como los vecinos de la zona. Todas las plantas tendrán terrazas en los laterales, pero la principal -y sin duda, uno de los principales atractivos del edificio- será la situada en la cubierta del edificio, por encima de la planta 14, que tendrá una espectacular vista panorámica de Barcelona. En esta cubierta también se ha instalado un conjunto de placas solares que abastecerán de energía al inmueble.
De sede de Telefónica a los proyectos fallidos y el abandono
Los orígenes del edificio Estel, un coloso de 73.000 metros cuadrados de suelo edificable y 14 plantas de altura, se remontan a la década de los setenta, cuando el arquitecto barcelonés Francesc Mitjans Miró empezó a proyectar un inmueble que vería finalmente la luz sobre plano en el año 1972. Mitjans participó también en la creación del primer Camp Nou inaugurado en 1957. Desde su creación, el Estel acogió la sede de Telefónica en Barcelona. Posteriormente, la firma se trasladó a un nuevo edificio de la zona del Fòrum y vendió la antigua sede en 2007 por más de 200 millones.
Los proyectos inmobiliarios previstos no salieron adelante por la crisis inmobiliaria y financiera, y la quiebra del fondo Carlyle que lo adquirió provocó su abandono, saqueo, ocupación y total destrozo interior, incluido algún incendio, que provocó las quejas vecinales durante más de una década. En 2014 fue comprado por el fondo asiático Platinum Estates para hacer un complejo hotelero y de apartamentos de lujo que tampoco tuvo éxito. Y en el 2018 aún fue adquirido por Fiscalter Inversiones 2013, un fondo propiedad de la familia india Gidwani, para realizar otro proyecto de viviendas de lujo que también quedó atascado.
Ahora, el Estel está a pocas semanas de renacer nuevamente con un proyecto arquitectónico que ha buscado respetar el edificio original proyectado por Mitjans, pero con una modernidad y polivalencia muy impactante. El hecho de ser considerado un "rascacielos apaisado", por sus 120 metros de ancho, ha llevado a los arquitectos a un diseño integrador con el entorno que evite ser una gran barrera para la zona. El edificio tendrá una doble altura, más elevada por el lado de la avenida Roma, pero con una fachada propia y de menor altura por el lado de la calle Mallorca, para integrarse mejor en una de las principales calles del Eixample barcelonés.
"Este es el mayor proyecto de regeneración urbana de oficinas en el centro de Barcelona y ayudará a atraer a grandes empresas que, hasta ahora se habían visto con la necesidad de salir de la ciudad para encontrar este tipo de superficie", destacaba en su día Lindy Garber de CBRE, una de las firmas encargadas de la comercialización. La principal firma del edificio será la farmacéutica AstraZeneca con más de un millar de trabajadores pero se prevé que en el Estel puedan acabar trabajando unas 4.000 personas. Uno de sus grandes atractivos es la centralidad, a cinco minutos a pie de la estación de Sants y a poca distancia de plaça Catalunya.
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