Mazón, un president a la fuga
Mazón y el PP buscan dar una imagen de normalidad frente a unas protestas que aseguran que están organizadas y manipuladas por la izquierda. La agenda pública del president de la Generalitat nos muestra, por contra, que evita las zonas afectadas por la DANA y que pasa largos fines de semana en Alacant.

Ricard Chulià Peris
València--Actualizado a
El pasado lunes, después de un encuentro con los presidentes de la Confederación Empresarial Valenciana y de la Cámara de Comercio de València, Carlos Mazón se acompañó de Alberto Núñez Feijóo para dar un paseo por la calle Colón, una de las arterias comerciales de València y una de las zonas con el precio del metro cuadrado más alto de una media ya de por sí bien tensionada. Zona nacional, sin duda. El paseo duró apenas unos cien metros, pero sirvió, según presumían los mismos populares en sus redes, para mostrar una imagen de plena normalidad en la agenda pública de Mazón.
Es decir, que las protestas más o menos espontáneas que, sin ir más lejos, el mismo sábado anterior se habían visto en Xilxes (Plana Baixa) eran producto de grupúsculos reducidos de izquierdas, organizados para visualizar artificialmente una hostilidad que no sería tal.
"El montaje de la izquierda contra Mazón: concejales del PSOE y activistas de Compromís disfrazados de "estudiantes". BASTA YA de manipulación y mentiras", tuiteaba, de hecho, la cuenta oficial del PP valenciano en la red social X el sábado pasado.
El día anterior, un acto oficial que se podía prever plácido, como era la toma de posesión de la rectora de la Universitat d’Alacant, Amparo Navarro, se le atragantó a Mazón, en medio de protestas, dentro y fuera del paraninfo. Nada nuevo bajo el sol. Cuando el 9 de noviembre València vivió una de las manifestaciones más multitudinarias que se recuerdan, poco después de la DANA y la primera que reclamaba la dimisión de Mazón, el PP explicó que "la de hoy es una manifestación politizada. Las entidades catalanistas del (sic) 'Països Catalans' vienen a montar lío y colapsar la ciudad de Valencia. No les importan nada las víctimas, solo la política".
En este sentido, parece claro que el PP ha echado mano del manual clásico de la derecha valenciana para eludir las responsabilidades: Catalunya. La pregunta, por lo tanto, es hasta qué punto les podrá ser útil esta vez. ¿Es Mazón un president que se desplaza con normalidad por todo el País Valencià o es, por contra, un president acorralado que se encuentra con protestas allá donde va?
Si echamos un vistazo a la agenda pública de Mazón desde la DANA del pasado 29 de octubre, hay un primer elemento que llama poderosamente la atención: su ausencia de la zona más afectada. Según consta en el registro oficial, desde la primera visita, a Paiporta, que fue el domingo, 2 de noviembre, junto con Felipe VI y Pedro Sánchez, una visita que se tuvo que cancelar por unas protestas que ocuparon las portadas de los medios de medio mundo, Mazón apenas ha vuelto a la zona afectada desde entonces.
La agenda del mes de noviembre está ocupada casi totalmente por reuniones del CECOPI, un organismo de emergencias del cual hay que recordar que, según la versión oficial del PP, para exonerar a Mazón de las responsabilidades por no alertar a la población del riesgo de la DANA, el president de la Generalitat no formaría parte. Aquel mes, aparte de la referida Paiporta, no dio más que para visitar Torrent, Utiel, Chiva y Algemesí, de un total de 69 pueblos afectados.
Diciembre no fue diferente. O, si lo fue, no fue porque Mazón se dejó ver oficialmente más por los municipios afectados o porque imprimió una aceleración marcada a su actividad. Si durante el confinamiento a causa de la covid-19, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa arengaba a la población desde la televisión, explicando que "no hay fines de semana en la guerra", cuando "todos los días son lunes", Mazón, que había nombrado a un militar como vicepresidente, Francisco José Gan Pampols, no ha demostrado seguir sus indicaciones a pies juntillas. Gan Pampols tampoco, por otra parte.
Ahora bien, el president de la Generalitat, desde entonces, se ha organizado la agenda de tal manera que casi no ha perdonado ningún puente –figurado, claro– que pudiera arreglarse o fin de semana completo. Es más, Mazón se ha organizado de tal manera sus compromisos públicos para que los actos oficiales de los viernes o los lunes le quedasen cerca de Alacant y así alargar el fin de semana en su residencia habitual fuera del Palau de la Generalitat.
Elena Bastidas, exalcaldesa de Alzira y diputada del PP en Les Corts, echaba en cara el 2 de enero pasado que "mientras unos disfrutan de las vacaciones, el Consell de Carlos Mazón sigue trabajando para que lleguen todas las ayudas lo más rápido posible".
Si bien la portavoz del Consell, Susana Camarero, había explicado que Mazón había pasado unos días enfermo, su agenda pública pre y posnavideña no daba tampoco para presumir: Después de agendarse el puente de la Constitución y la Inmaculada, los pocos actos públicos que constan en la agenda de Mazón fueron, en su mayoría, en el área de Alacant.
En definitiva, cuando pronto se cumplirá el tercer mes de la tragedia, y cuando hay una nueva manifestación convocada por los movimientos sociales del País Valencià para reclamar su dimisión –en València, el 1 de febrero–, no se puede decir que Mazón se haya caracterizado por una agenda intensa en los municipios afectados por la DANA. Y cuando ha aparecido, ha sido casi siempre increpado.
Si hay alguna novedad, por lo tanto, en sus apariciones públicas que se haya podido detectar, esa es la que representa la compañía de Feijóo, quien ha pasado de mostrar una distancia mucho más que prudencial del líder valenciano a acompañarlo y dar la cara por él. Quién sabe si a unir también su futuro político por este camino.
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