El pasado viernes, el zoológico Loro Parque de Tenerife comunicaba la muerte de la orca Keto a través de su página web, expresando su "inmensa tristeza" por el fallecimiento del animal. Keto, un ejemplar macho, murió a la edad de 29 años, habiendo permanecido en cautividad desde su nacimiento en el parque temático SeaWorld Orlando en 1995, antes de ser trasladado a Tenerife.

Un equipo de 21 veterinarios del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) efectuó la necropsia del animal. Sus grandes dimensiones (seis metros de largo y unos 4.500 kilos de peso) extendieron esta operación desde las 23.00 horas del viernes hasta las 06.00 horas de este sábado. Por el momento, se desconoce la causa de muerte, pero los resultados se publicarán dentro de una semana.

Antes de proceder a la operación, los veterinarios realizaron un respeto maorí a Keto, un acompañamiento especial que esta cultura dispensa a los cetáceos, a quienes consideran guías de sus antepasados. Esta decisión se adoptó tras un viaje que los directores del IUSA hicieron recientemente a Nueva Zelanda.

Un estudio de Whale and Dolphin Conservation, citado por National Geographic, explica que los machos de orca viven, de media, unos 30 años, aunque hay casos en los que llegan a los 60. Por su parte, las hembras tienen un promedio de 46 años, con un máximo de 90. 

Desde la web de Loro Parque, han explicado que "las orcas, especialmente los ejemplares de gran tamaño como Keto, presentan un desafío único desde el punto de vista del diagnóstico veterinario". Su anatomía dificulta el uso de ultrasonidos, y su tamaño impide realizar estudios como el TAC. Además, los cetáceos tienden a ocultar síntomas de enfermedad, "un comportamiento instintivo para no mostrar debilidad en su grupo, lo que añade complejidad a su manejo veterinario".