“Solo protestábamos por nuestro derecho a la tierra y nuestra oposición al pantano”
“Caí al suelo, me quedé acoquinado y no sé nada más”
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ZARAGOZA .- “Nunca por nuestra parte ha habido un ápice de violencia contra las máquinas o contra los trabajadores. Nos da mucha tristeza lo que ha pasado en nuestra tierra”, declaró este lunes, entre sollozos, Miguel Ángel Palacín, juez de paz de Artieda y uno de Los 8 de Yesa, que se enfrentan a penas de entre 30 meses y seis años y medio de prisión por los incidentes en una concentración de protesta contra las expropiaciones para el polémico recrecimiento de ese pantano del Pirineo.
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Junto con Palacín se sentaron este lunes en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 1 de Zaragoza su hijo Sergio; Óscar Ara, sobrino de otro expropiado; Javier López, vecino de Artieda al que la empresa de Moratalaz para la que trabajaba comunicó el despido por SMS durante la primera sesión del juicio; Alfredo Iglesias, de Biscarrués, otro municipio que lleva décadas viviendo bajo la amenaza de que otro embalse inunde parte de sus tierras, y los ambientalistas Jesús María Royo, Ariel Domínguez y Jorge Luis Bail.
“Caí al suelo, me quedé acoquinado y no sé nada más”
Todos ellos coincidieron en negar que hubieran agredido a los agentes que cargaron contra la protesta, en sostener que no oyeron ninguna orden de la Guardia Civil por megafonía para que despejaran la carretera –se estaba leyendo un manifiesto, sonaban gaitas y un helicóptero sobrevolaba la zona, explicaron- y en mostrar su sorpresa por la contundencia con la que se emplearon los agentes.
La cuarta protesta de ese año, la primera con carga
No era la primera vez que protestaban contra las expropiaciones ni la primera ocasión en la que los funcionarios de la CHE llegaban escoltados, aunque nunca con tantos efectivos como ese día. De hecho, era la cuarta concentración de ese año, después de otras tres en 2004. “Hemos hablado muchas veces de tú a tú con la Guardia Civil –indicó Sergio Palacín-. Hasta en tres ocasiones vinieron en 2012 y no pasó nada. La funcionaria estuvo hablando con nosotros, a un metro y acompañada por los agentes; y no pasó nada”.
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“La primera fila fue empujada por la segunda”
Una de las claves del juicio, iniciado tras la denuncia de la Guardia Civil y en el que ocho agentes que sostienen que resultaron lesionados en la refriega reclaman indemnizaciones que suman 22.000 euros, se centró en cómo uno de los guardias pudo perder el casco y el escudo y ser presuntamente apaleado por el grupo.
El juicio sigue el 1 de junio con el testimonio de los agentes
El juicio ha provocado muestras de apoyo hacia los acusados, como la concentración celebrada el domingo en Zaragoza, las resoluciones de apoyo que han aprobado numerosas instituciones y declaraciones como las de Juan López de Uralde, líder de EQUO –partido en el que milita Jorge Luis- , que este lunes sostuvo que “estas ocho personas estaban actuando de forma pacífica para defender el bien común y no hay ningún motivo para su condena”, al tiempo que reclamó la paralización del proyecto del recrecimiento de Yesa.