Ona Carbonell deberá interrumpir la lactancia de su hijo para ir a los Juegos Olímpicos de Tokio. La nadadora ha denunciado en redes sociales la situación límite en la que se encuentran las abanderadas que han sido madres recientemente y eligen mantener la lactancia de sus hijos durante su participación en la competición olímpica.
Con un vídeo publicado en su cuenta de Instagram, Ona Carbonell, la capitana del equipo español de natación sincronizada, ha lanzado un mensaje explicando su situación y la de muchas otras deportistas que deben elegir entre ir a los Juegos Olímpicos e interrumpir la lactancia de sus hijos o quedarse en casa y tirar el trabajo de cuatro años.
"Pese a la aparición de algunas noticias que sugerían la posibilidad de que los deportistas pudiéramos viajar a los Juegos Olímpicos de Tokio acompañados de nuestros hijos lactantes o de corta edad, hemos sido informados por las entidades organizadoras de unas medidas sumamente drásticas que imposibilitan esta opción para mí. Tras recibir incontables muestras de apoyo y ánimo para acudir a Tokio con Kai, quería manifestar mi decepción y desilusión porque finalmente tendré que viajar sin él.", ha explicado la nadadora en la entrada de su publicación.
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Carbonell explica que, aunque en un primer momento el COI permitió que las atletas que estuvieran en proceso de lactancia llevaran a sus hijos con ellas, el Comité Olímpico les ha informado de que los requisitos los pondrían las autoridades japonesas.
"Las condiciones son que Pablo (su pareja) y Kai tendrían que estar en un hotel que aún no sabemos a qué distancia está de la Villa Olímpica hasta que lleguemos allí. No podrían salir de la habitación en los veintipico días que estaré en Tokio. Yo tendría que dejar la Villa cada vez que tuviese que darle el pecho, salir de mi burbuja e ir al hotel, y pondría en riesgo a mi equipo".
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Las reacciones del mundo el deporte y la sociedad en general no se han hecho esperar, los mensajes de apoyo e indignación se han sucedido durante todo el día a modo de protesta contra una falta clara de voluntad por parte de los organismos internacionales para ofrecer medidas que propicien la conciliación familiar de las deportistas.
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