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"Freír aceite de girasol en una vitrocerámica puesta al máximo a las 8 de la tarde, lujos del siglo XXI"

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Si creíamos que lo habíamos visto todo con la locura del papel higiénico durante la pandemia, los españoles ahora estamos viviendo el desmadre del aceite de girasol, con la guerra en Ucrania.

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A fallback.

Churrerías a media asta…

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Las estanterías de los supermercados están dejando constancia de ello.

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España compra gran parte del aceite de girasol a Ucrania. Sin embargo, desde los supermercados señalan que estas medidas no tienen que ver con un posible desabastecimiento, sino con "la demanda anómala". Vamos que la gente está comprando como si no hubiera un mañana.

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La gente debe estar haciendo espacio en sus despensas.

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Los precios también están subiendo como la espuma.

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Este último golpe, sumado a otros aumentos como la luz, el gas o los combustibles, están haciendo mella en el bolsillo del consumidor.

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Pese a que desde Agricultura explican que hay diferentes alternativas si hubiera problemas de escasez, la cosa sigue.

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Los tuiteros han observado el fenómeno y han querido dejar su opinión al respecto tirando de su legendaria ironía:

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