La primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, ha recibido multitud de críticas por un vídeo filtrado en el que aparece bailando en una fiesta.
Muchos de estos reproches se centran en el hecho de que sea mujer y de que tan solo tenga 36 años, lo que revela que la dirigente socialdemócrata es foco de continuos ataques machistas.
Marin se ha defendido y ha alegado que tiene todo el derecho a poder divertirse con sus amigos y disfrutar de una vida privada y que nada de eso contradice su labor como primera ministra.
La polémica también ha desatado una ola de reacciones de apoyo a la mandataria. "Esto es un escándalo porque es mujer, joven y de centro-izquierda. El vídeo de Rajoy bailando Raphael en un hotel es OK porque es un señoro de derechas", escribía Pablo Echenique.
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Por suerte, la cordura también llega a las redes sociales. Los usuarios reaccionarios tienen una capacidad inmensa de extender sus mensajes de odio, machistas y retrógrados, sobre todo, cuando el foco está puesto en una mujer joven, que lidera un partido y un país, y a la vez puede salir de fiesta y disfrutar de la vida.