Cada vez que Álvaro Ojeda abre la boca sube el pan. Así ha sucedido tras publicar un vídeo en el que llamaba "flojos, garrapatas, paguitas y unos auténticos estercoleros" a los trabajadores de la hostelería. Lo más irónico de todo es que el ultra y agitador ha propinado todos estos insultos a los camareros mientras él estaba tumbado en la playa.
El pseudoperiodista critica a los empleados por preguntar sobre los días de descanso antes de firmar el contrato (como si conocer tus condiciones laborales antes de aceptar un trabajo fuera un delito). También insinúa que estos mienten con las bajas, cuando comunican que están enfermos o deben cuidar de un familiar. Un tema sensible que no ha gustado a muchos usuarios de las redes sociales.
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También hay quienes han recordado que la riqueza la crea el trabajador y no el empleado:
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La hostelería es uno de los sectores con peores condiciones laborales: jornadas interminables, semanas enteras sin descanso y un estrés añadido durante los períodos vacacionales. Como bien han señalado los tuiteros, es muy fácil criticar tumbado desde una hamaca, pero habría que ver qué opinaría Ojeda si descubriera lo que implica de verdad trabajar.