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Élite Dario Madrona: "‘Élite’ no es una serie con un solo tema, es un contenedor para contar muchas historias"

Netflix estrena mañana la tercera temporada de Élite con un nuevo muerto y un asesino o asesinos por desenmascarar.

Imagen promocional de la serie de Élite. / ARCHIVO
Imagen promocional de la serie de Élite. / ARCHIVO

Lo han vuelto a hacer. Cuando parecía que ya no cabía más, que en la segunda temporada los guionistas de Élite habían conseguido meter en el guion absolutamente todos los posibles temas a tratar, llega la tercera y en solo dos episodios -los facilitados a los medios antes de su estreno- demuestran que aún les quedaban ideas que explorar.

"No es una serie con un solo tema, es un contenedor para contar muchas historias. Igual que las series de hospitales, las de policía… La experiencia humana te da la posibilidad de contar absolutamente de todo. Además, como nosotros no tenemos ninguna vergüenza para contar historias adultas en el mundo adolescente, pues eso abre un abanico de posibilidades. Podría haber historias para 10 temporadas si hace falta", comenta Dario Madrona, creador junto con Carlos Montero del ‘fenómeno Élite’, en la conversación de ambos con Público antes del estreno de este viernes en Netflix.

Reconoce Montero que nunca han tenido "sensación de sequía" y que "ideas para continuar siempre hay" gracias a que el universo generado alrededor de Las Encinas y sus alumnos es muy "rico". Incluso, como añade Madrona, han "fantaseado" con la posibilidad de hacer algún spin-off.

Si tuviesen que elegir un tema central o un sentimiento principal este sería el de la culpa

Sin embargo, ahora están centrados en la tercera, es de la que toca hablar, y la historia de cómo sería la vida de Ander y Omar veinteañeros es solo una fantasía que sobrevuela sus cabezas y la de una gran parte de los seguidores de esta serie, que son legión. Cada espectador tiene su personaje o su pareja de personajes favorita porque cada uno de ellos está tratado como si fuera el principal. Todos disfrutan de su historia, de su evolución y podrían tener su propia serie.

En las entrevistas con el reparto con motivo de la segunda temporada fueron muchos los actores que coincidieron en señalar que si tuviesen que elegir un tema central o un sentimiento principal este sería el de la culpa. En esta nueva tanda de episodios -8 dirigidos por Dani de la Orden y Jorge Torregrossa- podría ser la venganza, pero "sobre todo las consecuencias de la venganza. Como no se sale impune de ella (…) Nuestra venganza no es la de Tarantino o la de Hunters, nuestra venganza es mucho más realista y tiene que ver más con las consecuencias. Cómo te marca, cómo te deja", analiza Montero.

La venganza como hilo conductor, pero también el perdón, añade Madrona. Élite explora la idea de si se puede perdonar a quien hizo tanto daño. "Creo que en general es como que las dos primeras temporadas, a pesar de todo lo gordo que pasó, han sido como una fiesta y esta tercera temporada es como que se encienden las luces de repente y tienes que afrontar las consecuencias de todas las barrabasadas que has hecho durante las dos primeras", apunta Madrona. Aunque, continúa, si tuviera que señalar "un tema global de la temporada que engloba el resto de temas para mí sería el entrar en la edad adulta".

Eso tiene que ver con el hecho de que los alumnos protagonistas, la promoción que ha vivido el asesinato de una compañera a manos de un amigo y todo lo que eso acarreó, han entrado en su último año de instituto. No tienen la cabeza para pensar en el futuro -al menos, no todos-, pero los adultos les apremian para que se centren y elijan qué camino han de seguir, qué futuro quieren para ellos mismos.

Ese sentimiento de que algo se acaba, de que es un fin de etapa, está muy presente. "Es un final de ciclo. La gente va a decir: ‘Vale, había un camino trazado que llega a su fin’. Y eso es muy chulo. Que llega a su fin, pero con la posibilidad de que el universo siga y siga expandiéndose", argumenta Montero. Han llegado a un punto y seguido, pero cómo terminarían ahí no era algo pensado desde el inicio.

"Seamos honestos, yo creo que en el 99% de los casos cuando alguien dice que lo tiene todo pensado está mintiendo. Y, además, hace mal. Porque si tienes un plan tan cerrado para una serie, luego cuando te vas encontrando con cosas muy chulas por el camino las tienes que descartar porque no entran dentro de tu plan maestro", apunta en este sentido Madrona, que pone como ejemplo Breaking Bad. Una serie que se fue escribiendo temporada a temporada dando como resultado una de las mejores de la historia.

Sus señas de identidad, lo que engancha tanto

Élite gusta y, sobre todo, engancha sin importar la edad de quien se pone delante de la pantalla. Y eso ocurre, entre otras cosas, por el planteamiento de base en el que se sustenta: ser una serie protagonizada por adolescentes, pero no estrictamente para ellos.

Es algo que han explicado en repetidas ocasiones sus creadores. Montero lo resume así: "Cuando nos propusieron hacer Élite nosotros ya estábamos muy lejos de la adolescencia, nos seguía gustando mucho ese mundo y las series adolescentes, pero digamos que lo que nos apetecía era contar otro tipo de historias. Creíamos que con unos adolescentes de élite podría caber esto. Dimos por hecho que alguien que haya tenido todas las oportunidades del mundo quizá haya vivido más y sea más adulto y por lo tanto podríamos permitirnos el lujo de contar una serie más adulta, nuestras inquietudes y, sobre todo, no sonar un poco falso. Porque nos daba mucho miedo de repente parecer postizos hablando de los chavales".

Esa es una de las claves de por qué funciona esta serie y, al mismo tiempo, una seña de identidad. Otra, analiza Madrona, tiene que ver con el sello personal que le han dado. "En el speech que nunca daremos cuando ganemos un premio gordo -por esta serie que nos nominan mucho, que está muy bien, pero no nos lo dan luego-, creo que siempre hubiera dicho que esta serie que vista desde fuera puede parecer hecha para adolescentes, poco personal, es una experiencia que nos ha cambiado la vida a todos.

"cantidad de tramas, la intensidad de las mismas, lo hiperbólico de todo…" comenta Montero

Para mí es una serie muy personal por lo que contamos, pero también por lo que hemos vivido", comenta el también creador de Los Protegidos. Además, añade, "haber descubierto a una generación de actores como esta es también una marca de la casa". Ahí entran, por ejemplo, los nombres de Miguel Bernardeau (Guzmán), Omar Ayuso (Omar), Mina El Hammani (Nadia) y Álvaro Rico (Polo), entre otros muchos.

Hay más: el atrevimiento de descubrir en el primer capítulo que Marina (María Pedraza) era la muerta y que Samuel (Itzan Escamilla) era el desaparecido. En la tercera temporada han seguido apostando por esa fórmula que tan bien les ha funcionado y que sitúa el misterio en otras partes de la historia. En el arranque de esta nueva tanda introducen otro cadáver y también se da su nombre en el primer episodio. Es más, se revela en el tráiler.

Eso, sumado a los flashforward, forman un conjunto que explica parte del éxito junto con toda esa "cantidad de tramas, la intensidad de las mismas, lo hiperbólico de todo… Son cosas que ahora diríamos: ‘Jo, podríamos haber ido un poco más lentos, o tener un poco más de cuidado aquí’. Pero creo que le habría quitado ese enganche y adicción que tiene", responde Montero al hacer balance en este cierre de ciclo respondiendo a la pregunta de si cambiarían algo.

Los actores Dario Madrona y Carlos Montero. / ARCHIVO
Dario Madrona y Carlos Montero. Manuel Fernández Calderón / Cortesía Netflix'.

"Creo que las cosas que podríamos cambiar ahora son parte del ADN de la serie", sentencia. Esas que hacen que resulte adictiva y que les han permitido hacer la serie que tenían en mente.

Sobre cambiar cosas, Madrona lo tiene claro: "Dentro del proceso de hacer la serie hemos cometido mucho errores, seguro, pero todos esos errores han hecho que la experiencia sea mucho más interesante. Yo he aprendido muchísimo con esta serie. Es la serie con la que más he aprendido. Me quedo con todo lo que lo bueno y lo malo me ha enseñado. Es como la cara de alguien, que si le borras todos sus defectos al final acaba convertido en un robot. Pues esto es igual. Es lo que es con sus defectos y virtudes y yo no cambiaría lo que es. Nos ha dado tantas alegrías y satisfacciones".

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