El Sevilla CF ha cosechado un valioso triunfo en el estadio del Athletic Club (1-2), tomando ventaja en la lucha española de cuartos de final de la Europa League con remontada incluída, adquiriendo una valiosa ventaja para afrontar el encuentro de vuelta en el Ramón Sánchez-Pizjuán, gracias a los tantos de Kolodziejczak y de Iborra, que salieron al rescate después de que Aduriz abriera la lata.

La Catedral puso unas semifinales continentales en juego y los dos conjuntos asumieron pocos riesgos en el comienzo, dando lugar a un duelo muy estratégico en el que las pizarras se apoderaron del juego. Dos viejos conocidos de la Liga BBVA, cercanos en la clasificación en los últimos años, plantearon con mucho respeto un primer encuentro en el que la lluvia arreció el estadio hasta el descanso.

Las dudas en la zaga nervionense en los primeros balones no fueron aprovechadas por los locales, faltos de precisión en la finalización. Con una disposición tan conservadora, el balón parado ganó enteros, sacando a escena a las torres dispuestas por ambas escuadras, que previeron la relevancia especial del juego aéreo.

Tras unos primeros 45 minutos con excesivo respeto, los 'leones' buscaron la portería del jovencísimo David Soria con más descaro. En un choque de tanta igualdad, los detalles marcarían las diferencias, una materia en la que Aritz Aduriz es todo un experto. El delantero rojiblanco, tocado por una varita en una temporada de ensueño, no necesita de excesivos balones para cumplir con su cometido goleador, y nuevamente amplió su idilio con el gol.

Con un cruce de cabeza en un sutil escorzo después de un magnífico centro de Muniain, el atacante sumó su noveno tanto en esta Europa League, ampliando su estancia como pichichi del torneo y dando una renta vital para los suyos en la búsqueda de su primer título continental. Su asistente este jueves se convertiría en protagonista por partida doble escasos minutos después, tras pecar de ingenuo en una jugada sin peligro aparente.

El extremo bilbaíno se confió en demasía al ceder un balón a su guardameta con la cabeza, realizando una dejada demasiado corta que dejó vendido a Herrerín ante el robo de Banega. El argentino le cedió la bola a Kolodziejczak, que llegó desde atrás, para que anotara a portería vacía y dejara helado al graderío local.

La picardía hispalense dejó en evidencia al cachorro rojiblanco, que se marchó del terreno de juego visiblemente tocado, después de sacar provecho de una de las escasas internadas que dispuso. El gol no solamente supuso un mazazo para el público, si no que también nubló el juego del Athletic en el peor momento posible.

La igualada dejó la eliminatoria más en juego que nunca y el resultado aportó mayor soltura al Sevilla. Los de Unai Emery encontraron en la última media hora la llave hacia el contragolpe, que podía darle una remontada que se les puso muy cuesta arriba y que finalmente tuvo lugar.

Los contraataques rápidos metieron en su salsa al galo Gameiro, que actuando como un puñal constante complicó en gran medida el trabajo de la defensa vasca. En una de estas acciones, el delantero encontró el apoyo de Iborra, salido al campo en la segunda parte, para que culminara una acción desviando suavemente el esférico con la bota, lo suficiente para que Herrerín no pudiera reaccionar.

Los vigentes campeones de la Europa League enmudecieron San Mamés sin haber plasmado uno de sus mejores choques, estrenando en abril su casillero de victorias fuera de casa en toda la temporada y en un instante tan importante como los cuartos de final de su competición fetiche. Un gran paso de los andaluces hacia semifinales en un choque que se decidió en balones puntuales, aunque deberán contar con el beneplácito del Pizjuán.

En el bando local, la derrota originó un fuerte golpe anímico en un torneo en el que tienen puestas sus grandes esperanzas en la presente campaña, y se aferrarán al espíritu de la temporada para sacar la famosa Gabarra a paseo por primera vez por una razón europea.