Caixabank dijo el miércoles que acordó con los sindicatos un plan de despidos incentivados para un máximo de 2.023 empleados que podría tener un coste total de hasta 890 millones de euros y generaría ahorros brutos de hasta 190 millones al año.

El banco dijo que estas cifras eran coherentes con los objetivos establecidos en su plan estratégico a 2021.

Al igual que otros bancos europeos, los españoles están encontrando problemas a la hora de impulsar sus beneficios porque los tipos de interés ultrabajos están comprimiendo los mercados financieros. Las entidades cada vez se enfocan más en el control de costes y en la comercialización de sus servicios a través de plataformas digitales.

En un comunicado al supervisor bursátil, el banco catalán dijo que esperaba contabilizar el eventual coste de los despidos en las cuentas del segundo trimestre. El 60% de los mismos se produciría en la segunda mitad del año y el resto en el segundo semestre de 2020.

Caixabank también dijo que los sindicatos han acordado otros aspectos como la ampliación del horario de apertura, o relacionados con nuevos perfiles de sucursales o con trabajo remoto.

El volumen del recorte de plantilla trascendió a principios de año. Caixabank tiene unos 32.600 empleados en España, con lo que la reducción afectaría a cerca del 6% de su plantilla doméstica.

Caixabank dijo el año pasado que planeaba recortar casi una quinta parte de sus sucursales en España en los próximos tres años para impulsar la rentabilidad en el transcurso hacia su transformación digital.

Su rival doméstico Santander, el mayor banco de la zona euro por capitalización bursátil, también negocia el cierre de sucursales y eventuales despidos en el marco del proceso de integración del malogrado Banco Popular.