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Gary Stevenson: "Es muy peligroso obsesionarse con hacerse rico en un mundo que no te lo permite"

Gary Stevenson
Imagen promocional de Gary Stevenson proporcionada por la editorial Península. Editorial Península

La historia de Gary Stevenson (Londres, 1987) es de esas que no se olvidan; contiene todos los elementos de la epopeya: un chaval pobre de un suburbio de Londres que pasó de ser expulsado del instituto a los 16 años por vender marihuana a ganar millones de euros como trader de Citibank apenas cinco años después. Un periplo vital de película que ahora cuenta en El juego del dinero. Un intruso en la cima del mundo (Península).

Pese a que de entrada lo tenía todo en contra, Stevenson, un as en las matemáticas, logró una beca en la London School of Economics. Más listo, más decidido y, sobre todo, más obsesionado con ganar dinero que los demás, acabó en Citibank, el banco donde desplegó todo su talento para comprar y vender activos financieros. En 2010, en plena crisis financiera y con tan solo 23 años, ya hacía ganar mucho dinero a su empresa. En 2014 fue nombrado mejor trader del mundo y ya era millonario comerciando con activos financieros (que en realidad eso es en lo que consiste el trading).

Stevenson había logrado escapar de la pobreza a la que parecía condenado de niño y estaba en la cima, ganando en un año lo que su padre ni tan siquiera podía imaginar. Llegaron a compararle con El lobo de Wall Street. Sin embargo, en la cima Stevenson se sentía solo y deprimido. En 2016 algo hizo 'clic' en su cabeza y dejó el mundo de las altas finanzas. Le costó salir: le amenazaron para que siguiera. En realidad, Stevenson hizo algo más que irse a su casa y renunciar a un mundo de lujo, fiestas y algún que otro exceso: cambió de bando. Ahora, a sus 36 años se ha convertido en lo que él denomina "un activista" contra la desigualdad, a la que considera el verdadero cáncer de la economía. 

¿Escribir este libro ha sido para usted una especie de terapia personal?

Me pasó algo curioso mientras lo escribía: quería contar mi historia de una manera bonita para que se leyera bien y se entendiera. Una vez escrita, la versión impresa en cierto modo ha reemplazado a la versión que recordaba en mi mente. Pero yo lo pasé mal en su momento, fue muy traumático para mí porque me sentí muy solo, pero ahora, tras compartir mi historia con decenas de miles de personas, me siento menos solo. Hay algo muy bonito en eso. Sí, en cierto modo escribir este libro ha sido terapéutico.

Leyendo su libro da la impresión que las altas finanzas son un mundo desalmado, donde lo que cuenta para triunfar, más que la preparación académica, es la ambición, la codicia y tener instinto para ganar dinero.

No hay solo una manera de ganar dinero con el trading. Algunos ganan dinero porque conocen a mucha gente y saben cómo es el negocio; otros porque manejan información oculta. Yo quería ganar dinero entendiendo la economía global, para eso estudié en la London School of Economics. No creo que todos los traders estén buscando la verdad, pero lo cierto es que de toda la gente que he conocido en el mundo económico, los que más se acercan a la búsqueda de la verdad suelen ser los traders y no los economistas.

¿A qué se refiere?

Los traders tienen un incentivo muy grande en acertar; acertar es ganar. Hay muchos prejuicios con el mundo del trading, pero esto es un lugar donde un chaval como yo, de origen humilde, puede competir y ganar a los mejores y ser reconocido como el mejor. Creo que no existen muchos ámbitos en el mundo económico y laboral en los que eso pueda pasar.

Muchos comparan su historia con la película de 'El lobo de Wall Street'. ¿Le gusta esa comparación?

Personalmente, yo no soy capaz de ver El lobo de Wall Street. Esa película, aunque esté basada en una historial real, describe un mundo demasiado glamuroso y demasiado sexy. Yo fui trader durante 10 años y nunca trabajé con una mujer. Coincidí más con frikis de las matemáticas que no ligaban en el instituto y que se metieron en el mundo de las finanzas porque pensaban que ganando dinero podrían echar un buen polvo. Entiendo la comparación, pero, con todo el respeto, mi historia es más real.

Ha dicho que casi no había mujeres. ¿Es un mundo muy machista?

En ventas sí que había muchas mujeres, pero en lo que es el trading no había. Es cierto que el del trading es un mundo hipermasculinizado y machista, pero no deja de ser un reflejo de una sociedad elitista donde los hombres compiten entre sí y las mujeres se quedan en casa. Es como la serie Succession.

He leído que en aquella época ganaba tanto dinero que no sabía en qué gastarlo. ¿Ha mejorado su relación con el dinero, al menos para gastarlo?

¿Tengo que gastar dinero para tener una buena relación con el dinero? Yo he sido pobre, mis padres eran pobres. En mi opinión, lo peor de ser pobre es la preocupación. Recuerdo que cuando era un chaval me fui a una excursión del colegio a la playa y cuando salí del mar mis zapatillas de deporte habían desaparecido, se las había llevado el mar. Después de eso estuve sin zapatillas nuevas tres o cuatro años y me tenía que poner mis zapatos del uniforme del colegio para todo, incluso para jugar al fútbol. Eran los únicos zapatos que tenía. Eso es lo que significa ser pobre: vivir con el miedo perpetuo a perder algo que necesitas. Para algunas personas lo mejor tener dinero es poder comprarse un Rolex o un Ferrari. Para mí es cubrir mis necesidades: si yo necesito un nuevo frigorífico, me lo compro; si me quiero ir de vacaciones, me voy. Creo que eso es tener una relación sana con el dinero, gastarlo en lo que necesites.

¿Hay que ser mala persona para ganar mucho dinero?

No necesariamente. Para empezar, la manera más eficaz de ganar mucho dinero hoy en día es tener una familia rica; si no la tienes ya sólo te queda un plan: intentarlo, aunque hoy en día es casi imposible.

Pero usted sí que ganó mucho dinero y su familia era muy humilde.

Era más listo que los demás y me obsesioné con el dinero. Eso fue lo que me funcionó a mí. Pero eso puede ser peligroso: yo he visto el daño que puede hacerle a las personas estar obsesionadas por el dinero y con hacerse ricas en un mundo que no ofrece la más mínima posibilidad de conseguirlo. Hacerse rico no es un objetivo realista en la sociedad actual. Lo más realista es ganar el suficiente dinero para que tú y tu familia podáis vivir con dignidad y ser un buen padre o una buena madre para tus hijos.

Hasta que decidió cambiar de bando: ahora se presenta usted como un activista contra la desigualdad. 

Trato de explicar a la gente que si no hace algo su nivel de vida va a continuar desplomándose. En realidad, esto sucede desde el año 2008, pero muchos aún creen que el aumento de la desigualdad es algo temporal y que la situación va a mejorar en el futuro. No es verdad. La situación va a empeorar. Si la ciudadanía supiera que la desigualdad va a seguir aumentando, que los ricos serán más ricos y los pobres más pobres, no aceptaría la situación; se movilizaría y habría un mayor nivel de exigencia social.

¿No se puede hacer nada para evitar que la desigualdad siga creciendo?

Sin movilización ciudadana no hay nada que hacer. La desigualdad siempre genera más desigualdad. No sé que ocurre en España, pero en Reino Unido la clase trabajadora es la que paga más impuestos, mientras los ricos apenas lo hacen. Si no cobramos impuestos a los ricos, entonces es inevitable que la desigualdad aumente. Ahora mismo los ricos usan su dinero para comprar los activos de la clase media. Debemos luchar contra eso.

En España los ricos también pagan pocos impuestos. Aquí en Madrid incluso tenemos una presidenta llamada Isabel Díaz Ayuso que baja los impuestos, da becas a los más pudientes, reduce servicios públicos y, sin embargo, la gente la vota masivamente, incluso aquellos ciudadanos con menos recursos, que son los más perjudicados por sus políticas neoliberales.

No puedo hablar de Ayuso porque no la conozco. Lo que sí puedo decirle es que la gente ha perdido la fe en el viejo establishment y busca algo nuevo, así que ahora los políticos se presentan como alguien nuevo y diferente. Sospecho que Ayuso ha conseguido venderse a sí misma como una política nueva y distinta. La descripción que hace usted de ella me recuerda a Emmanuel Macron, el presidente francés, también muy neoliberal. En su momento, Macron era la novedad, pero ahora mismo su popularidad ha bajado, entre otras cosas porque no ha abordado el problema de la desigualdad.

¿Falta voluntad política para luchar contra la desigualdad?

El problema es que los políticos están financiados por los ricos y están aconsejados por economistas que jamás hablan de la desigualdad, que no se la toman en serio ni abordan con seriedad sus causas reales. La desigualdad está creciendo como un cáncer, pero la mayoría de los economistas no saben que existe ese cáncer. Si tienes un tumor pero el médico no lo cura, la enfermedad va a ir a peor. Eso es lo que está pasando: la situación va a empeorar y la gente normal y corriente se va a abrir cada vez más a propuestas políticas más extremas.

Usted colabora en prensa como analista económico y ya predijo en su momento la crisis de inflación que ha traído el aumento de los precios. Así que apelo a su faceta de gurú: ¿cree que habrá otra crisis como la de 2008?

La covid ha sido igual de grave que la crisis de 2008, pero en lugar de una crisis de los mercados, ahora tenemos una crisis que afecta al nivel de vida de la ciudadanía. En 2008, los ricos, que eran los propietarios de los activos, transfirieron la crisis a la clase trabajadora. Con la inflación ha ocurrido lo mismo. Desde la crisis financiera de 2008 hemos desarrollado un sistema muy eficaz para reducir el dolor de los mercados financieros y pasárselo a la gente trabajadora.

Lo que ocurre ahora, a diferencia de 2008, es que es un proceso lento y gradual. En 2008 los mercados implosionaron rápido, pero ahora el nivel de vida va bajando lenta, casi imperceptiblemente. La gente no tiene la sensación de estar en una crisis y acepta la realidad sin más. La situación actual me recuerda a la parábola de la rana en la olla con agua: si la metemos directamente en agua hirviendo, inmediatamente intentará salir, pero si ponemos la rana en agua a temperatura ambiente, no la asustamos y vamos aumentando la temperatura del agua, la rana se queda tranquila hasta que acaba cocida.

¿Su historia sería tan interesante si no hubiera tenido un origen tan humilde?

Las historias sobre orígenes humildes son interesantes porque son poco comunes, pero mucha gente rica y con recursos también tiene buenas historias detrás. Es cierto que si eres rico tendrás más oportunidades, eso es verdad.

¿Se arrepiente de algo?

Cuando era trader yo no entendía lo que estaba pasando en ese momento de mi vida. Pasé por una depresión y fue muy duro, pero no soy ese tipo de persona que se arrepiente de las cosas. Estoy orgulloso de haber sido el mejor trader del mundo trabajando en uno de los mejores bancos del mundo. Fue duro, pero a veces la vida es dura. Ahora hago un trabajo diferente, pero en aquel momento yo tenía 24 ó 25 años y era muy joven. Todos tenemos que aprender lecciones en la vida.

¿Guarda rencor a alguien?

Intento no guardarle rencor a nadie. Todos tenemos nuestros propios problemas en la vida. El mundo del trading atrae a un tipo de persona débil que dice 'yo puedo ser bueno en esto, puedo conseguir poder y así puedo hacerme cargo de mi vida'. No voy a juzgar a nadie por eso.

Si tuviera un millón de euros para invertir, ¿qué me recomendaría?

Depende de tu situación. Para una persona de a pie, la cosa más obvia es comprar una casa. Pero si tienes un millón de euros para invertir, entonces pregúntate si es una cantidad suficiente para que no tengas que preocuparte por conseguir más. Mejor guárdalo para tu familia. Es lo que yo haría.

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