El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha confirmado que la creación del impuesto a la banca sigue adelante, a pesar de que el Banco Central Europeo (BCE) protegiese a las entidades y cuestionase el tributo. También lo ha hecho la la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño.

"Tomamos nota y estudiaremos el informe, pero el Gobierno de España seguirá con su hoja de ruta de crear este impuesto", ha confirmado Sánchez en su visita a Portugal de este viernes. El BCE había advertido sobre los posibles efectos adversos de un impuesto a la banca, que repercutirían en la posición de capital de los bancos, el coste del crédito para los clientes y la economía.

Calviño había hecho lo propio anteriormente, cuando afirmó que "por supuesto que vamos a seguir adelante con este gravamen". El proyecto de ley ha superado un nuevo obstáculo parlamentario tras rechazarse en el Congreso de los Diputados una propuesta alternativa.

"Está pasando su tramitación parlamentaria, se producirá ahora la presentación de las correspondientes enmiendas, y se incorporarán aquellas enmiendas o propuestas que consideremos que son más apropiadas y valiosas y que puedan mejorar el funcionamiento de este impuesto, que espero que entre en vigor lo antes posible", ha recalcado Calviño.

No es la primera vez que el BCE tuerce el gesto ante este impuesto. Su vicepresidente, Luis de Guindos, defendió que el organismo pretende ayudar al Gobierno a evaluar la cuestión de forma exhaustiva, aunque añadía que "al final, va a ser una decisión democrática que tome el Gobierno español y le corresponde seguirla o no". "Yo agradezco sin duda la ganas de ayudar del señor de Guindos", ha señalado Sánchez en tono irónico.

El proyecto de ley para crear un impuesto temporal sobre los bancos, tiene el objetivo de recaudar 3.000 millones de euros hasta 2024. Lo recaudado sería utilizado para ayudar a compensar el aumento del coste de la vida de los hogares vulnerables, en un momento en que los bancos ya se están beneficiando del actual ciclo de subidas de los tipos de interés.

Uno de los puntos de desencuentro entre el BCE y el Gobierno es la inclusión de una norma que impida a los bancos trasladar los costes del impuesto a sus clientes, algo que el organismo ha recomendado evitar. Según su informe, esto no es necesario, dado que los bancos actuarían en función de las buenas prácticas internacionales y serían totalmente transparentes con sus clientes. Sobre esto, Calviño manifestó que las entidades "no necesitan trasladar este gravamen a lo clientes".