El Bloque Nacionalista Galego (BNG) ha logrado consolidarse como la alternativa al poder absoluto que ejerce el PP en Galicia, tras ocho años de crecimiento electoral sostenido. Pero tanto sus cuadros de mando como su militancia y la base social que la rodea son conscientes de que sólo podrán gobernar la Xunta si esa trayectoria se mantiene y se amplia.

El BNG celebra este domingo en Santiago su XVIII Asamblea, en la que la formación nacionalista elegirá a su nueva dirección y sentará las bases de su estrategia para los próximos tres años largos de oposición al Ejecutivo de Alfonso Rueda, con la vista puesta en las municipales de 2027 y las autonómicas previstas para 2028.

Según fuentes próximas a la dirección del partido, la idea es seguir ensanchando y fidelizando a un electorado ante el que la actual portavoz nacional, Ana Pontón, ha logrado labrarse una imagen de política honesta, sensata y capaz, bien valorada incluso entre los votantes del lado conservador del arco sociopolítico, gracias a un discurso coherente y firme nucleado en torno a la defensa de los intereses de Galicia y sus mayorías sociales.

"Hemos conseguido cuotas de apoyo social que sólo los más optimistas podíamos soñar hace unos años, y tenemos que seguir trabajando con la mano tendida al conjunto de la organización para fortalecer la unidad y, sobre todo, para fortalecer nuestro trabajo social, que es lo que nos hace ser lo que somos", dijo Pontón en una reciente entrevista a Europa Press. "Una organización política tiene que estar al servicio de la sociedad", añadió.

Tres listas

Aunque en la asamblea habrá dos listas alternativas a la de la actual portavoz nacional –una encabezada por la diputada autonómica Noa Presas y otra por el portavoz local en Mos (Pontevedra), Gustavo Barcia– parece más que probable que el cónclave del domingo renovará su mandato. Pontón asegura que mantiene la puerta abierta a formar una candidatura de unidad, y fuentes de su entorno confirmaron al cierre de este artículo que seguían abiertas a acordarla.

Si resulta elegida, su reto será mantener las expectativas que su liderazgo ha ido levantando desde que se hizo con el poder de la formación en 2016. Ese año, cuatro después de la escisión que sacó del partido al sector encabezado por Xosé Manuel Beiras, el BNG obtuvo seis diputadas en un Parlamento de 75. Una de ellas era Pontón. En 2020, tras la debacle de las mareas, fueron 19 escaños, uno más del hito que había logrado el Bloque con Beiras en 1997. En las autonómicas de febrero pasado, la candidatura encabezada por Pontón se hizo con 25 asientos.

El desplome del PSOE de José Ramón Gómez Besteiro, que cayó de 14 diputados a nueve eliminó la posibilidad de que la líder nacionalista accediera a la presidencia del Ejecutivo autonómico con el apoyo socialista –el PP de Rueda tiene 40 actas y la Democracia Ourensana de Gonzalo Pérez Jácome, una–. Pero consolidó a Pontón como la cabeza visible la oposición a Rueda y como futurible presidenta de un hipotético Gobierno de coalición con el PSOE, como el que se formó entre 2005 y 2009 bajo la presidencia de Emilio Pérez Touriño.

Voto galleguista

La idea que Pontón quiere sembrar en el BNG es que el partido no debe aburguesarse en la posición que ha alcanzado ni conformarse con la comodidad de mantenerse por encima del PSOE en el reparto del voto progresista, sino seguir ampliando su base electoral haciendo parecer al nacionalismo como una opción cabal que pueda competir incluso en los caladeros del voto conservador galleguista que hoy parecen propiedad exclusiva del PP.

En esa estrategia también hay una apuesta decidida por el feminismo y el incremento de la presencia y la relevancia de las mujeres en los órganos de dirección del partido. En la lista de Pontón al Consello Nacional del BNG, los cuatros primeros nombres son de mujeres: ella misma; seguida de la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín; la responsable de Organización de la actual ejecutiva, Lucía López Sobrado; y la diputada autonómica Olalla Rodil. En los diez primeros puestos también están, entre otros, la senadora Carme da Silva, la eurodiputada Ana Miranda y el diputado en el Congreso Néstor Rego.

Precisamente, Rego es secretario xeral de la Unión do Povo Galego (UPG), uno de los partidos que conforman el Bloque al que se atribuye más poder entre las bambalinas de la organización. Pese a estar integrado con su máximo responsable en la lista de Pontón, la UPG difundió la semana pasada un comunicado alertando contra cualquier tentación  "presidencialista" o estrategia basada exclusivamente en el "marketing" o en acciones "de imagen".

Fuentes del entorno de Pontón recordaron que la línea política seguida en los últimos años no ha tenido ninguna de esas características, y sí de trabajo "por la unidad, la cohesión y la pluralidad", que ha llevado a los mejores resultados de la formación en sus más de 40 años de historia.