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El Astral, de Open Arms, zarpa en otra misión de rescates en el Mediterráneo

El velero de la ONG española ha salido este martes desde el puerto de Siracusa (Sicilia) para encarar su 85ª intervención. Patrullará cerca de la costa italiana, donde la llegada de pateras procedentes de Túnez y Libia ha repuntado con fuerza en los últimos meses y han saturado la isla de Lampedusa.

El buque Astral, de la ONG Open Arms, espera en el puerto siciliano de Siracusa.
El buque Astral, de la ONG Open Arms, espera en el puerto siciliano de Siracusa. Jairo Vargas

Solo cuatro días después de concluir su última misión, el barco Astral, de la ONG española Open Arms, ha zarpado este martes desde el puerto italiano de Siracusa, en Sicilia, en lo que será su misión de vigilancia y rescate de personas migrantes número 85 en aguas del Mediterráneo central.

El objetivo de la operación es "recorrer la zona para localizar embarcaciones en riesgo, asistirlas, proveer de agua y chalecos salvavidas a las personas a bordo y mantenerlas a salvo hasta que las autoridades italianas lleguen y embarquen a sus ocupantes", explica Esther Camps, jefa de esta misión del Astral, en la que Público irá a bordo.

Salvo imprevistos, el velero navegará en la zona SAR (búsqueda y rescate, por sus siglas en inglés) de Italia, cerca de la costa de Lampedusa, la isla más meridional del país y puerto más habitual de esta ruta migratoria que tiene en las playas de Libia y Túnez sus puntos de salida.

La isla se enfrenta desde hace semanas a un notable repunte de llegadas, con jornadas en las que se han superado las 500 personas desembarcadas. El pasado 28 de agosto, la Guardia di Finanza italiana localizó y rescató un pesquero con 539 personas hacinadas a bordo, algo que no sucedía desde hacía varios años y que indica que el flujo de migrantes y refugiados en esta zona del Mediterráneo va en aumento.

Casi 40.000 llegadas

En lo que va de año, cerca de 39.500 personas migrantes han llegado a Italia a bordo de precarias y sobrecargadas embarcaciones, unas 5.000 más que en todo el 2020, cuando arribaron 34.154, y más del triple que en 2019, cuando se registraron algo menos de 11.500, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

En la última misión, el Astral llevó a cabo once intervenciones y puso a salvo a 221 personas. Todas las embarcaciones asistidas partieron de Túnez y la mayoría de los rescatados eran tunecinos, apuntan los activistas, que advierten de un aumento de las salidas de este país norteafricano duramente golpeado por una crisis económica y política.

1.100 víctimas mortales

"La situación en el Mediterráneo es la misma que hace años, pero con muchos menos barcos de ONG operando y salvando vidas", apunta Camps, que señala el aumento de la mortalidad en esta ruta migratoria. Según la OIM, 1.100 personas migrantes han muerto o desaparecido en su intento de alcanzar Europa en esta zona de Mediterráneo en los últimos nueve meses, frente a las 983 víctimas contabilizadas en 2020, aunque las cifras son superiores con toda seguridad, advierten.

Camps también pone el foco en las 22.500 "devoluciones en caliente" en el mar que, según la OIM, ha efectuado en estos nueve meses la llamada Guardia Costera Libia, financiada y entrenada por Europa para bloquear las llegadas de pateras, a pesar de sus vínculos con las mafias del tráfico de personas.

Esta actuación, junto con la falta de protocolos claros para los rescates y desembarcos en puertos, ha sido duramente criticada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Sin embargo, respecto a 2020 se ha duplicado el número de embarcaciones interceptadas y devueltas a los oscuros centros de detención de migrantes de Libia, un estado fallido, envuelto en un conflicto armado desde hace una década y donde se han documentado numerosas vulneraciones de derechos humanos de las personas migrantes, entre ellas, torturas, abusos sexuales, extorsión, trata de personas y esclavitud.

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