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Actualizado:Días de chaparrones y espesas nubes en Londres, muy distintos que en Abu Dabi. Como si la meteorología tomase parte en el proceso judicial iniciado por Corinna Larsen contra Juan Carlos I de España. El sol luce, de momento, para él; la lluvia le enturbia a ella. En diciembre se cumplen dos años desde que Corinna Larsen acusó al rey emérito de tres posibles delitos: acoso, vigilancia ilegal y difamación. Juan Carlos de Borbón adujo que, como (ex) jefe de Estado, es inmune a ser juzgado en Inglaterra, y en esas estamos todavía. Se está juzgando su inviolabilidad.
Este martes, dos juezas (Eleanor King, casualidad en el nombre, e Ingrid Simlery) y un juez (Andrew Popplewell) del Tribunal de Apelación de Londres examinarán el recurso presentado por los abogados de Juan Carlos I que reclaman exoneración por los cargos ocurridos de abril de 2012 a 18 de junio de 2014, período en el que Juan Carlos era jefe de Estado. El emérito perdió el pasado mes de julio la inmunidad por las acusaciones perpetradas desde su abdicación en junio de 2014 o cuando dejó de ser jefe de Estado hasta 2019, en una vista sobreseída por los jueces Peter Jackson y Nicholas Underhill que lo declararon "juzgable" por los cargos acontecidos desde 2014 a 2019 en una sentencia inapelable para ese periodo de tiempo.
Los dos jueces citados autorizaron a los abogados de Juan Carlos a recurrir su sentencia, para aclarar, si la inmunidad perdida a partir de junio de 2014 se podría aplicar al periodo previo a la abdicación. Los abogados de Juan Carlos, encabezados por Guy Martin y Timothy Otty, que practican la estrategia del retraso, la obstrucción y los recursos, no se lo pensaron dos veces. Para eso les pagan cifras de más de seis dígitos. "Negarán los actos de acoso y vigilancia ilegal, y si reconocen que hubo seguimiento a la demandante, se hizo en función oficial, por lo que queda cubierta por la ley de Inmunidad de Estado de 1978", explican fuentes de la abogacía inglesa a Público. Si les autorizan a recurrir, recurren.
Los abogados de Juan Carlos I practican la estrategia del retraso, la obstrucción y los recursos
Uno de estos hechos demandados se produjo en mayo de 2012 cuando, según Corinna Larsen, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ordenó la entrada y registro del domicilio y oficinas de la examante del rey en Mónaco cuando ella estaba ausente. Otra fecha significativa en este proceso judicial es la del 2 de junio de 2012, en la que Juan Carlos entregó a su examante los famosos 65 millones de euros de origen desconocido, puesto que no se ha demostrado que hubiesen podido salir de una sospechada comisión recibida por el emérito del Gobierno de Arabia Saudí por la construcción del AVE.
Otra cantidad de dinero a considerar en este litigio son las "decenas de millones" que Corinna Larsen calculó en Financial Times como pérdidas de ingresos por la difamación de que fue objeto por parte de Juan Carlos. La examante identifica en su demanda una lista de Gobiernos árabes y hombres de negocios que dejaron de utilizarla como comisionista porque Juan Carlos I les dijo que ella le había usurpado 30 millones de dólares. Para ella, eso constituye la difamación de ladrona.
La vía civil por la que Corinna Larsen ha presentado la demanda no conlleva pena de cárcel, sino indemnizaciones económicas. De dinero, va, de momento, el pleito. No obstante, la examante dice en su demanda que se reserva conducir sus agravios en el futuro por la vía criminal, que sí conlleva penas de prisión. En el caso de que el posible juicio por lo civil (que como pronto se celebraría en 2024) declarase culpable a Juan Carlos de acoso, la Policía inglesa podría abrir causa contra el emérito por la vía criminal.
Los abogados de la ex comisionista, que quieren poner en el banquillo al ex jefe del CNI, dijeron en la vista del pasado mes de julio que "el general Sanz Roldán actuaba en su capacidad de amigo personal de Juan Carlos, y ambos lo hacían en su condición de ciudadanos privados".
Esta dualidad entre actos privados u acciones oficiales se ha convertido en el gran enigma de todo el proceso judicial y ha generado comentarios jocosos como el del juez Matthew Nicklin, que en marzo despojó de toda inmunidad, recurrible, a Juan Carlos. El juez dijo: "¿Si el rey se enfurece con el jardinero y lo mata de un tiro, se puede considerar un acto de Estado?". En otra ocasión, la comparación fue con un ladrón de Hatton Gardens, la calle de las joyerías de Londres. "¿Gozaría de inmunidad de Estado si comete un robo en Hatton Gardens?", se preguntaba el juez con sarcasmo.
Bolsas de billetes y máquina para contarlos
Las dos juezas y el juez que celebrarán la vista del martes se tomarán su tiempo para emitir la sentencia correspondiente, probablemente en los primeros meses de 2023. A pesar de que James Lewis, a la cabeza del equipo legal de Corinna Larsen, manifestó a Público el pasado mes de julio que el juicio a Juan Carlos se celebraría probablemente en 2023, los recursos presentados por la parte del rey alejan esta posibilidad, puesto que tras el tema de la inmunidad de Estado se analizará la pertinencia de las pruebas presentadas y otros temas preliminares como el WhatsApp a través del cual le fue comunicada la demanda al emérito.
Larsen: "cuando regresaba de un viaje del extranjero traía con él bolsas llenas de billetes"
Por casualidad o causalidad, el lunes ha empezado la emisión de un podcast de Corinna Larsen en el que da cuenta de cómo era su relación amorosa con su amante. Detalles jugosos y sensacionalistas como que "cuando regresaba de un viaje del extranjero traía con él bolsas llenas de billetes". En otras ocasiones ya describió una máquina en el Palacio de la Zarzuela para contar billetes. Y todo rebozado de la admiración que ella siente por la realeza.
El periodista Bradley Hope, que ha registrado las entrevistas con la comisionista y les ha dado forma de podcast, dice que ha sido una coincidencia en el tiempo la vista judicial por la inmunidad parcial del rey y la emisión del relato morboso de Corinna Larsen, que con ocho capítulos ofrecerá gratis su versión de la ya conocida relación de la pareja. Según nuevos detalles, el cortejo acabó en 2009, cuando ella descubrió que Juan Carlos tenía cinco amantes al mismo tiempo. "Me llamaba hasta diez veces al día", dice Corinna Larsen. Si a las cinco mujeres las llamaba igual de veces, Juan Carlos se pasaba el día al teléfono mientas atendía sus deberes de jefe de Estado porque en 2009 lo era.
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