El Gobierno de Kiev está recibiendo un creciente apoyo de dirigentes de la Unión Europea y la OTAN para atacar Rusia con armas occidentales, a la vez que cierra acuerdos con países como Francia que podrían mandar a Ucrania a miles de instructores y asesores militares europeos. Cada día que pasa, se difumina más el carácter meramente asistencial de la ayuda militar occidental a Kiev y se avanza de forma inexorable hacia un choque sin frenos con Moscú.
Tanto el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, como el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, se mostraron esta semana favorables a que Ucrania utilice los misiles y otros armamentos donados por Occidente para atacar objetivos militares en territorio de la Federación Rusa.
"Esta es una guerra de agresión; Rusia ha atacado, ha invadido otro país. Y Ucrania, según el derecho internacional, tiene derecho a defenderse, y eso incluye también atacar objetivos fuera de Ucrania, objetivos militares dentro de Rusia", afirmó este martes Stoltenberg.
También se pronunció este miércoles el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken. Si bien indicó que Washington no ha alentado el uso por Kiev de las armas occidentales para atacar Rusia, señaló que "Ucrania tiene que tomar sus propias decisiones sobre la mejor forma de defenderse y de la manera más efectiva". Y advirtió: "Haremos todo lo posible para que tenga los equipos que necesita para ello".
Kiev no puede contener a los rusos en Ucrania
Ucrania necesita luz verde para usar esos misiles de largo alcance occidentales y atacar las infraestructuras, la logística y los puestos de mando en territorio ruso. Pero también requiere los datos proporcionados por los satélites militares aliados para localizar y guiar esos ataques sobre Rusia. Se quiera reconocer o no, tal permiso supone la implicación directa de Occidente en la guerra contra Moscú.
Macron: "Creemos que debemos permitirles neutralizar los sitios militares desde donde se ataca a Ucrania"
"Es evidente que es una acción legítima bajo el derecho internacional cuando se realiza de forma proporcionada. Pero también está claro que (el permiso para bombardear Rusia con misiles occidentales) es una decisión que corresponde a cada Estado miembro y nadie puede forzarlos a ello", dijo Borrell.
"Creemos que debemos permitirles neutralizar los sitios militares desde donde se ataca a Ucrania", aseveró a su vez el presidente de Francia, Emmanuel Macron, obviando las advertencias que cada vez más alto viene haciendo Moscú.
De forma paralela va tomando forma un acuerdo entre París y Kiev para enviar instructores militares franceses a Ucrania a fin de entrenar in situ a soldados de este país. Rusia ha denunciado que este paso es solo una manera de encubrir el eventual despacho de tropas de combate francesas que ya dejó caer en febrero Macron, y que ha repetido cada vez de forma más abierta el líder galo.
A esta posibilidad de enviar instructores, asesores militares, zapadores para retira minas, personal de mantenimiento de los sistemas de armas donados a Ucrania, o incluso soldados que ocuparían posiciones de seguridad en retaguardia para así desplazar al frente a los efectivos ucranianos que sirven en regiones alejadas del frente, se han sumado países como Gran Bretaña, Polonia y los estados bálticos.
Alemania se opone a incrementar su peso en la guerra
Holanda, Finlandia y la República Checa se unen a esos países a la hora de dar el visto bueno al uso de misiles de largo alcance de la OTAN entregados a Ucrania para golpear objetivos militares en territorio ruso. Pero Alemania, Bélgica e Italia rechazan estas propuestas, pues consideran evidente que tal paso supondría cruzar una línea roja.
Alemania se niega de que el armamento sea empleado contra territorio ruso
El canciller alemán, Olaf Scholz, rechazó este martes otorgar ese permiso a Kiev para usar armas germanas contra suelo ruso, pues, destacó, hay "reglas claras que se han acordado con Ucrania y que funcionan". E insistió en que Berlín quiere "evitar que haya una gran guerra" que supere las fronteras ucranianas.
Aunque Alemania es el principal proveedor europeo de armas para Ucrania, se ha negado a eque se armamento sea empleado contra territorio ruso. De ahí su negativa a suministrar sus misiles Taurus de largo alcance, que Kiev podría sumar a sus ATACMS cedidos por Estados Unidos, a los Storm Shadow británicos y a los Scalp franceses para realizar esos ataques contra Rusia.
Putin amenaza con responder
Aunque los países partidarios de enviar militares a Ucrania insisten en que no entrarían en combate, a nadie se le escapa la difícil situación en que se encuentra Ucrania, sin tropas suficientes y donde todo el país en realidad es un campo de batalla.
De poco le sirve tener a Ucrania centenares o miles de "instructores" extranjeros pululando por doquier si éstos no acaban también luchando. Para el simple entrenamiento, ya están funcionando los campos de formación de soldados ucranianos desperdigados por toda Europa, donde no corren el peligro de ser bombardeados por Rusia.
"Todo implica riesgos", señaló Borrell al comentar la mayor implicación occidental en Ucrania. Riesgos que el Kremlin ya se ha encargado de corroborar, al indicar que las tropas occidentales se convertirán en blancos prioritarios de los misiles y bombas rusas en cuanto crucen la frontera de Ucrania.
Putin avisa de que la escalada de tensión "puede tener consecuencias muy graves"
Este martes, el presidente ruso, Vladímir Putin, lo dijo alto y claro. Occidente está llevando a cabo una "constante escalada de tensión" y ello "puede tener consecuencias muy graves".
Putin subrayó que el lanzamiento ucraniano de misiles de largo alcance contra Rusia precisaría de datos de inteligencia que involucrarían directamente a Occidente. En cuanto al despacho de tropas francesas, Putin no tuvo reparos en señalar que tal decisión despejaría el camino hacia un conflicto global.
Y lanzó una especial advertencia a los países bálticos –Lituania, Letonia y Estonia–, muy ufanos bajo el ala protectora de la OTAN y donde el militarismo ha arraigado con mucha fuerza tras la invasión de Ucrania, con demandas de sus gobiernos para que todos los miembros de la Alianza gasten en defensa hasta el 3% de su PIB. Estos países pequeños y con poblaciones muy densas "deberían ser conscientes de que están jugando con fuego", advirtió Putin.
El acuerdo para enviar instructores franceses está ya firmado, según Kiev
Sobre el eventual envío de instructores militares franceses a Ucrania, en las últimas jornadas hubo un malentendido entre galos y ucranianos, aparentemente por la intención de París de mantener la máxima reserva sobre este acuerdo, al menos antes de que se celebren las elecciones europeas en unos días.
París no teme a los rusos, sino a la reacción popular francesa,
Se fue de la lengua el jefe de las fuerzas armadas ucranianas, Oleksandr Sirski, quien mostró su alegría por "la iniciativa de Francia de enviar a Ucrania instructores para entrenar a soldados ucranianos". Sirski hizo estas afirmaciones tras una videoconferencia con el ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, y con la presencia del titular de Defensa ucraniano, Rustem Umérov.
"Ya he firmado los documentos que permitirán a los primeros instructores franceses visitar pronto nuestros centros de entrenamiento y conocer la infraestructura y el personal", dijo contundente Sirski.
Horas después el presidente Macron aseveró que ese anuncio había sido "desafortunado y descoordinado". Altos funcionarios galos indicaron que aún están en discusión el acuerdo. París no teme a los rusos, sino a la reacción popular francesa, sobre todo con las elecciones europeas a menos de dos semanas.
Se acaba el tiempo
Sin embargo, Ucrania necesita ya las nuevas municiones, las nuevas armas y precisa imperiosamente más tropas. No es suficiente la flamante ley de reclutamiento que miles de ucranianos tratan de eludir. Tampoco es suficiente la llamada a filas de presidiarios para formar nuevas unidades de combate cuando no hay tiempo para preparar a estos hombres y convertirlos en soldados.
Ucrania escasea en en munición y en soldados
Los reveses que está sufriendo Ucrania en el campo de batalla son continuados. Reveses a consecuencia de muchos meses de munición racionada y de la falta de soldados para cubrir las bajas y rotar a quienes están agotados por resistir en las áreas donde la lucha es más encarnizada.
Pero también derrotas derivadas de la incapacidad ucraniana para fortificar amplios sectores del frente donde ahora los rusos presionan, blindados en sus propias líneas y, sin embargo, capaces de abrir brechas en las defensas del ejército de Kiev, como está ocurriendo en el norte, junto a la frontera rusa.
Allí, en Járkov, los soldados ucranianos, sin poder ser reforzados o relevados, se las ven y se las desean para sostener la línea del frente. Pero ocurre igual en el este, en Donetsk, donde la lucha si cabe es más dura tras la caída de Avdivka en febrero y donde los rusos aprovechan ahora cualquier mengua en las líneas ucranianas, al ser enviados muchos soldados a defender Járkov.
Y puede que ya sea tarde
Es vital, pues, que las armas europeas y estadounidenses lleguen cuanto antes, aunque ya puede ser tarde para que sean decisivas en los próximos meses.
Al nuevo esfuerzo bélico europeo en Ucrania contribuirán, por ejemplo, los 1.600 millones de euros aportados por quince países europeos para adquirir y enviar munición para artillería, la necesidad más perentoria del ejército ucraniano.
También tienen que llegar las primeras partidas de ese gran paquete de ayuda por 61.000 millones de dólares que el Congreso de Estados Unidos finalmente aprobó en abril.
Sin embargo, el esfuerzo bélico ucraniano contaba con este gran ariete de ayuda hace más de seis meses y la demora está causando un daño que podría ser irremediable, no ya para la ya complicada reconquista de los territorios tomados por los rusos, sino para que las tropas puedan siquiera resistir y evitar ser desbordadas por el avance ruso.
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