El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya tiene fecha para reunirse con el rey de Marruecos, Mohamed VI: será el próximo jueves en Rabat. El encuentro sellará la nueva etapa entre los dos países y servirá para zanjar la crisis diplomática que marcó todo el año 2021, entre los dos países y marcar el inicio de la nueva etapa en la relación bilateral, según ha anunciado hoy.

Sánchez viajará acompañado por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien canceló la visita que él mismo iba a realizar a Marruecos el viernes pasado. De forma un tanto improvisada y hasta inesperada, una llamada de teléfono entre el presidente del Gobierno y el rey marroquí fijó una cita de mayor enjundia entre el presidente español y el monarca marroquí.

Mohamed VI invitó a Sánchez, y también a Albares, a viajar "en los próximos días" a Marruecos y le trasladó su "alto aprecio" por la respaldo al plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental que le trasladó el presidente del Gobierno en su carta del 14 de marzo.

Los dos países han expresado su voluntad de iniciar una nueva etapa en su relación bilateral, dejando atrás la crisis suscitada por la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, y por la postura del Ejecutivo español respecto al Sáhara.

Con su apoyo incondicional al plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental el Gobierno de Pedro Sánchez se ha tapado la cabeza para dejar al descubierto los pies. En lo que supone un giro histórico respecto a su tradicional postura en este conflicto que se arrastra desde hace casi 50 años, España se gana la amistad de Marruecos pero al mismo tiempo se enemista no sólo con el pueblo saharaui, sino también con Argelia, principal suministrador del gas que importa España. Recientemente, Argelia ha anunciado que se está planteando subir el precio de gas que exporta a España. 

La visita de Sánchez, la segunda que realiza como presidente tras la efectuada en noviembre de 2018, se produce en esta ocasión en pleno Ramadán, el mes sagrado para los musulmanes, lo que la confiere un cariz especial. De hecho, se espera que Mohamed VI y el presidente del Gobierno compartan el iftar, la cena con la que se rompe el ayuno mantenido durante toda la jornada.