Este artículo se publicó hace 2 años.
Reporteros sin Fronteras condena las condiciones del encarcelamiento de Pablo González, que ya dura 200 días
El periodista, detenido en Polonia el 28 de febrero, ha presentado una denuncia por la vulneración de sus derechos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Madrid--Actualizado a
Reporteros Sin Fronteras ha mostrado su apoyo al periodista Pablo González, encarcelado en una prisión en Polonia desde el 28 de febrero, tras la información revelada por Público. La organización ha exigido que se le garanticen unas condiciones de detención dignas después de la denuncia que González ha presentado en Estrasburgo por ser "víctima de una violación de la Convención de Derechos Humanos".
"El reportero acusado de espionaje Pablo González ha presentado una denuncia por vulneración de sus derechos en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Reporteros Sin Fronteras insta a las autoridades a que le garanticen condiciones de detención dignas, contacto con la familia y evitar la prolongación innecesaria de su detención, que dura 200 días", ha condenado la organización en Twitter.
La denuncia que ha presentado González al tribunal narra la situación que sufre desde hace casi siete meses. En el escrito, al que ha accedido Público, el periodista demanda que se le clasificó "injustificadamente como 'prisionero peligroso'", lo que ha permitido a las autoridades de Polonia violar artículos de la Convención de Derechos Humanos.
"Apenas tengo contacto con mis familiares y amigos. No se me permite contactar con mis hijos menores de edad. Además, como viven en otro país, en España, y yo estoy detenido en Polonia, sufro una mayor presión psicológica y una mayor sensación de soledad", recoge la denuncia.
Hace 200 días que los servicios secretos polacos (AWB por sus siglas en polaco) arrestaron al reportero acusado de espionaje. Desde entonces está encarcelado a la espera de juicio y ni el Gobierno ni los tribunales polacos han presentado públicamente pruebas en su contra.
El periodista ha expresado su frustración por no poder contactar por teléfono con sus hijos a pesar de los esfuerzos por parte de su defensa y el cónsul español. González denuncia que sufre un aislamiento excesivo, que cuando abandona su celda es obligado a llevar esposas en todo momento y que sufre una vigilancia continua y cacheos constantes entre otras vejaciones.
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