El cierre de la frontera francesa a la entrada de personas y mercancías desde Gran Bretaña ha desatado el caos en las carreteras de la región de Kent (Reino Unido). Tras el anuncio de la nueva cepa de coronavirus identificada en el país,  colas kilométricas de camiones se prolongan por las autopistas del Condado, que se ha convertido en un gran e improvisado aparcamiento. Lo mismo ha ocurrido con el aeropuerto de Manston, desde donde se dirige la llamada Operación Stack, pensada para hacer frente a los problemas fronterizos que pudieran derivarse del Brexit y que ahora está sirviendo para gestionar la actual crisis. 

Ya son dos noches las que llevan los camioneros varados, muchos de ellos, españoles. Según distintas fuentes, entre 1.000 y 10.000 camioneros españoles están atrapados. La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha informado de entre 7.000 y 10.000 transportistas bloqueados, mientras que la Federación Nacional de Asociaciones de Transportistas de España (Fenadismer) rebaja la cifra a algo más de 1.000.

El director gerente de la Asociación británica de Transportistas por Carretera (RHA, en inglés), Rod McKenzie, ha asegurado a Canal Sur que el ánimo de estos conductores es bajo por tener que pasar "una segunda noche aparcados en cualquier lugar, posiblemente en la autopista, posiblemente en otro lugar, tratando de cruzar el canal. Muchos son conductores europeos que tratan de llegar a casa para la Navidad".

McKenzie también se quejó de que el ayuntamiento de Kent solo les ofreció ayer una barra de cereales y afirmó que se trató de un "pobre esfuerzo" por parte de las autoridades locales. "No estamos tratando bien a los conductores de los camiones en estas condiciones muy difíciles en las que están", añadió.

España se sumó el pasado lunes a la larga lista de países que han cancelado sus vuelos con Gran Bretaña. La medida se tomó junto con el Gobierno portugués, excepcionando a los que tuvieran la nacionalidad española o portuguesa y a aquellos que volvieran a su residencia.