Alexandria Ocasio-Cortez, la joven congresista de origen latino que en solo año y medio se ha convertido en un fenómeno político en Washington, se perfila ahora como nueva inquilina del olimpo de los héroes pop de la izquierda estadounidense, con su propio muñeco y un libro infantil sobre ella.

"De la misma manera que los niños pequeños tienen héroes que salen de las películas o de los deportes, pensé que los adultos tienen héroes que están relacionados con la ideología", dice en su estudio de Brooklyn Jason Feinberg, el responsable de la creación de la figura de Ocasio-Cortez, que estará disponible el próximo febrero por 20 dólares si se encarga ahora online.

Para Feinberg, CEO de la empresa FCTRY, que cuenta con una colección de una quincena de figuritas, en su mayoría políticos del Partido Demócrata, en las historias de héroes se produce una "increíble transformación de una persona ordinaria en una extraordinaria y ella lo ha hecho".

AOC, como también se conoce a la política nacida en el barrio neoyorquino de Bronx, pasó de ser "una joven de 25 años cualquiera a convertirse en una de las personas más poderosas de Estados Unidos", dice el empresario sentado delante de varias de sus creaciones.

Ocasio-Cortez, además de protagonizar un documental de la plataforma Netflix, cuenta desde 2007 con un asteroide (el 23238) bautizado en su honor por el observatorio LINEAR, después de que un proyecto suyo quedara en segundo lugar en una feria internacional de ciencia.

De unos 15 centímetros de alto, la figurita de Ocasio-Cortez va ataviada de un inmaculado blanco con pantalón, camiseta y chaqueta porque, como asegura Feinberg, "intentamos elegir su ropa más icónica (...). En el caso de AOC hubo un par de momentos icónicos en los que se visitó de blanco".

En concreto, se refiere al día en el que juró su cargo y el del discurso sobre el Estado de la Unión del presidente de EEUU, Donald Trump, en el que AOC y otras congresistas eligieron el blanco en solidaridad con las mujeres sufragistas que vistieron de este color en sus históricas protestas para pedir el voto femenino.

"Ella representa un nuevo tipo de poder que creo que es realmente fascinante", insiste con pasión el padre de la figura, antes de explicar que el primer día que presentaron el proyecto para su venta recaudaron 26.000 dólares, 11.000 dólares más que los que necesitan para encargar la primera hornada de 5.000 AOC en miniatura. El "muñeco pop" de AOC ya se ha convertido en una de las cinco piezas con más tirón de su colección junto a la del expresidente Barack Obama, la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg y los candidatos demócratas a las primarias Bernie Sanders y Elizabeth Warren.

Además, la escritora Jamia Wilson acaba de publicar el libro para niños The ABCs of AOC (El ABC de AOC), donde presenta en su portada la imagen de la política de origen latino vestida también de blanco, con pendientes dorados y los labios pintados de rojo intenso, casi exactamente igual que la figura de Feinberg.

En el libro, ilustrado por la joven de origen puertorriqueño Krystal Quiles, Wilson va desgranando, de la A a la Z, las virtudes y la biografía de AOC: A de activista, B del Bronx, V de visionaria o R de revolucionaria, son algunas de ellas.

"Estoy inspirada por su liderazgo y por el hecho de que ella sirve como un ejemplo para la gente joven, que no tienen que esperar su turno para ser líderes", cuenta Jamia, que defiende que AOC representa "la clase de liderazgo que necesita ahora" Estados Unidos.

Reconoce que el mundo de la política cambia a las personas y que no sabe cuál será el futuro de Ocasio-Cortez, pero insiste en que decidió escribir el libro ahora porque está convencida de "que los valores de los que habla el libro continuarán no solo a través de ella, sino a través de las nuevas generaciones".

De todo el abecedario AOC, Wilson destaca la F de feminismo; la S de "science" (ciencia en inglés), porque dice que nadie destaca que AOC es "una mujer de ciencia", y la R de revolucionaria; una actitud que, precisamente, ha granjeado a la congresista enemistades no solo en el partido Republicano, del que es blanco de las críticas más lacerantes, sino incluso dentro de las filas demócratas, donde algunos la ven excesivamente de izquierdas.