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Dificultades para denunciar dentro de la Guardia Civil: "Los casos de acoso laboral o sexual revictimizan a la afectada"

El departamento de Igualdad de la Asociación Unificada de la Benemérita (AUGC) critica que los superiores citen hasta en cinco ocasiones a una víctima, con horas de interrogatorio, para decidir que no hay caso. Después, llegan las sanciones.

Mujeres en la Guardia Civil
Mujeres en la Guardia Civil. Foto de AUGC. AUGC

Sufrir acoso laboral o sexual en la Benemérita tiene escasas consecuencias para el agresor dentro del cuerpo. Así lo denuncia a Público la responsable de Igualdad de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Alicia Sánchez, hasta el punto de que "denunciar dentro es convertir en muchas ocasiones a la víctima en verdugo del superior al que acusa de la agresión".

De hecho, la mitad de los casos de acoso sexual o por razón de sexo de la Guardia Civil acaban archivados desde que existe este protocolo de 2019.

El protocolo se implantó en 2019, pero en 2022 se reportaron nueve de los 16 casos presentados. Sánchez asegura, además, que la mayor parte  no se denuncian por "miedo a represalias".

Nuestro medio ya denunció en 2018, cuando ni estaba establecido el protocolo de acoso en la Guardia Civil, que una agente terminó condenada por denuncia falsa tras haber acusado a dos superiores

Alicia Sánchez recuerda, como ejemplo, el caso de una compañera de la Guardia Civil que denunció acoso por condición sexual, "y se ha comido dos expedientes por falta grave contra sus superiores". Si no hubiera denunciado, "esto no hubiera ocurrido", confirma.

Público ha tenido acceso a solicitudes y quejas de guardias civiles que se han visto acosadas por sus superiores y que, sin embargo, han sido sancionadas tras abrir el proceso. 

Sánchez insiste en que "dicen que no está demostrado, pero muchas víctimas son sancionadas por hechos que, seguramente, no lo serían de no haber levantado la liebre contra un superior por acoso".

La representante de la AUGC reivindica que "queremos el mismo protocolo que existe en la Administración General del Estado (AGE)". Como ejemplo de las diferencias en asuntos de acoso explica que, "en un caso reciente, el instructor no permitió que la víctima entrara acompañada de un representante de la asociación a declarar, cuando en la AGE se permite siempre".

Ante la petición de AUGC para cambiar los protocolos sobre esta situación, el Jefe de Gabinete de la Guardia Civil respondió que "sitúan a la víctima en el centro". Pero Alicia Sánchez manifiesta con rotundidad que "eso es mentira. A una víctima de Salamanca la han citado en León, no le dejan entrar con abogado ni acompañante, solo a criterio del instructor. Las víctimas están así de desamparadas".

Desde este medio hemos tratado sin ningún éxito de contrastar esta denuncia de AUGC con respecto a las dificultades y consecuencias de denunciar acoso dentro de la Guardia Civil tanto al Ministerio del Interior como a la propia Benemérita.

Pedir chalecos antibalas para mujeres y acabar sancionada

La responsable de Igualdad de AUGC conoce bien esa situación por su propia experiencia. Fue en 2017 cuando, tras solicitar una y otra vez chalecos adaptados a mujeres, acabó sancionada en la Guardia Civil por subordinación.

De hecho, Alicia Sánchez tuvo que presentar declaración en el puesto de la Guardia Civil de Vitigudino (Salamanca) por el expediente que la Dirección General le abrió por haber optado por vestir en un control de carretera su propio chaleco antibalas frente al oficial, que no estaba diseñado para la anatomía femenina y, por lo tanto, no la protegía de forma adecuada.

Ya entonces, los servicios jurídicos de AUGC, consideraron que esta agente "no es merecedora de reproche disciplinario alguno, dado que actuó con corrección, de un modo respetuoso y adecuado a los principios del servicio, cumpliendo estrictamente sus deberes".

Y terminó por ser sancionada por sus superiores, a pesar de que la juez del Juzgado Togado Militar Territorial Nº42 decidió archivar el auto abierto contra Alicia Sánchez por la propuesta de instrucción de un delito militar de insubordinación y pese a que, en su auto, la juez señalaba directamente la "discriminación" que padecen las guardias civiles en cuanto a su acceso a chalecos femeninos.

Mientras la agente cumplía su sanción, la Guardia Civil enviaba al fin los chalecos antibalas adaptados a las mujeres a los cuarteles. Fue un logro de Alicia Sánchez, pero que no le salió gratis, como denunció AUGC. En aquel primer envío sólo se mandaron 160 chalecos para 5.000 agentes femeninas.

Un 9% de mujeres en la Guardia Civil

Después de 35 años desde que un real recreto en 1988 permitiera el acceso de las mujeres a la Guardia Civil, éstas representan el 9,01% de un total de casi 80.000 efectivos, según datos facilitados por AUGC.

Alicia Sánchez recuerda que "se han necesitado 13 años para aumentar tres puntos el porcentaje de mujeres en la Guardia Civil".

El porcentaje por escalas en la Benemérita con respecto a las mujeres es de 4,85% en oficiales, 4,36% en suboficiales, 4,52% en cabos y 10,36% en guardias.

La presencia de mujeres en otros cuerpos policiales es del 21% en
Mossos d'Escuadra y del 16,89%; en la Policía Nacional. El porcentaje de agentes y cargos del sexo femenino en la Ertzaintza alcalza el  16% y el 12,9% en las Fuerzas Armadas.

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