Interior elabora un manual para la atención policial a víctimas de violencia machista tras la polémica por el interrogatorio del juez Carretero a Elisa Mouliaá
Escuchar sin interrumpir, no emitir juicios ni valoraciones, crear un clima cálido y de confianza, respetar los silencios o evitar la revictimización, son algunas de las instrucciones que se recogen en el nuevo protocolo.

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El Ministerio del Interior ha diseñado un manual para que el personal policial sepa cómo tratar y entrevistar a las víctimas de violencia de género.
Escuchar sin interrumpir, no emitir juicios ni valoraciones, crear un clima cálido y de confianza, respetar los silencios, evitar la revictimización... Son algunas de las instrucciones que se recogen en el documento.
En su nuevo Protocolo para la valoración y gestión policial del nivel de riesgo de violencia de género y seguimiento de los casos a través del sistema VioGén 2, al que ha tenido acceso EFE, Interior incorpora unas "consideraciones generales en la atención" a las víctimas y unas "pautas básicas" para entrevistarlas.
El buen trato y el respeto a la víctima, demandados tras las críticas a la actuación judicial del juez Adolfo Carretero durante la declaración de Elisa Mouliaá, cimentan el documento elaborado por la Secretaría de Estado de Seguridad.
Bienestar y protección
"El personal policial debe ser capaz de crear un clima cálido y de confianza que facilite la recogida de información, evite la revictimización y ayude a crear una relación adecuada entre la víctima y el sistema policial. Todo ello contribuirá a una intervención más eficaz", señala este manual, que enfatiza que el objetivo es garantizar "la protección y el bienestar" de la víctima.
"Durante el proceso de denuncia y la evaluación del riesgo, es común que las víctimas estén bloqueadas, confundidas e incluso que expresen comportamientos incongruentes con su situación (justificar al agresor, minimizar su daño e incluso culpabilizarse de la violencia que sufren)", alerta el documento.
El establecimiento de una buena comunicación y una buena relación con los cuerpos policiales resulta imprescindible para que la víctima dé el paso de poner la denuncia y se implique en las medidas de protección.
Explicar a las mujeres de una manera comprensible el riesgo al que están expuestas es clave para asegurar su protección y la de sus hijos e hijas, detalla el documento.
Asimismo, hace hincapié en la necesidad de que el personal policial derive a las víctimas a recursos especializados para que "se inicie el acompañamiento en el complejo proceso de romper con la relación abusiva" y recuperarse.
Se deben tener en cuenta, incide el documento, cuestiones como posibles problemas de adicciones, situaciones de migración o aislamiento extremo o vulnerabilidad económica, o concurrencia de discapacidad para orientar a las víctimas a los recursos adecuados y abordar la comunicación con ellas de forma efectiva.
Las instrucciones sobre cómo realizar una entrevista de calidad a las víctimas de violencia de género se estructuran en cuatro partes:
1. Consideraciones iniciales
En la medida de lo posible, será una mujer policía quien entreviste a la víctima, que podrá estar acompañada por una persona de su elección y ser informada de su derecho a la asistencia jurídica gratuita y de ser asistida por un letrado incluso antes de la denuncia.
Se debe ofrecer un espacio seguro en el que la víctima se sienta cómoda para expresarse libremente y con intimidad, sin límite de tiempo.
2. Inicio
El personal policial debe saludar a la víctima, identificarse y acordar el trato mutuo. Para empezar, se hablará de temas neutros para romper el hielo y generar un clima de confianza que permita evaluar el estado emocional de la mujer y adaptar a él la intervención.
Se le debe explicar a la víctima el proceso de la entrevista y la intervención en general para reducir su incertidumbre y trasladarle que su bienestar y protección es lo más importante.
3. Durante toda la entrevista
Adoptar una comunicación empática adaptada a cada víctima, escuchar sin interrumpir, no emitir juicios ni valoraciones, mantener la mirada atenta, atender a las señales no verbales de la mujer y cuidar las propias, respetar los silencios de manera que no se presione a la víctima para que continúe su relato y hacer preguntas abiertas, después de escuchar a la víctima, para evitar respuestas concisas de "sí" o "no".
4- Cierre y despedida
Resumir con la víctima lo que ha expresado para completar la información obtenida y/o aclarar posibles ambigüedades o inconsistencias; informar a la víctima de los recursos que tiene a su disposición.
El momento de la despedida es "crucial" porque puede "influir significativamente en la decisión de denunciar y en su relación con el personal policial en el futuro": "Es fundamental reconocer y valorar su esfuerzo durante el proceso (...) e informarla de los próximos pasos a seguir en el procedimiento para ayudar a reducir su nivel de incertidumbre y brindarle una mayor sensación de seguridad".
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