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Actualizado:El president de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, hablaron con el ceño fruncido durante unos tres minutos el viernes pasado. Fue un gesto, mientras esperaban la llegada de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a las jornadas del Cercle d'Economia en Barcelona. Pero suficiente para transmitir la frialdad existente entre los dos mandatarios y la gravedad de la situación generada por el 'Caso Pegasus'. Y sobre todo, para arrancar el compromiso de una urgente reunión tres semanas después de explotar el escandalo sobre el espionaje masivo al independentismo.
En el Palau de la Generalitat dan por hecho que la reunión se celebrará. Pero urgen a realizarla y alertan que hemos entrado en una semana clave en relación a la gestión del 'Caso Pegasus'. "La solución a este escándalo democrático no se cerrará en unos pocos días. Se necesitará más tiempo, pero no deberíamos culminar un mes entero sin poner una primera piedra para afrontar la cuestión si realmente se quiere trabajar en la recuperación de la confianza —entre el Govern y el Gobierno español— que ahora mismo está bajo cero", aseguran fuentes de la dirección de Esquerra.
Vilalta: “¡Que se pongan las pilas!”
La secretaria general adjunta, Marta Vilalta, lamenta que han pasado tres semanas desde la difusión pública del 'Caso Pegasus' y que el Gobierno español "sigue sin haber asumido ninguna responsabilidad ante este escándalo" que supone "vulnerar derechos fundamentales". Vilalta reprocha al Ejecutivo estatal que no se haya "puesto las pilas para investigar" el uso del software Pegasus por parte de los servicios secretos contra el soberanismo. "Es una cuestión inaudita en cualquier país que se quiera considerar democrático", aseguró, porque "no pasaría en ningún otro país que quiere ser vigilante y garantizar los derechos democráticos".
Las fuentes de la dirección de ERC recuerdan que las "pocas iniciativas" impulsadas hasta ahora por la Moncloa han sido "totalmente insuficientes cuando no contraproducentes porque han generado más inquietud y tensión". Se refieren los republicanos a la visita y propuesta de actuación del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que consideran "puro maquillaje"; la comparecencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles, cargando contra los independentistas y justificando el espionaje; la revelación de que los teléfonos de Sánchez y Robles también fueron espiados; y finalmente la constitución de la Comisión de Gastos Reservados (Secretos Oficiales) en que la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, reveló que se había espiado a dirigentes independentistas con autorización judicial, entre ellos el propio Aragonès.
¿Punto de salida o de llegada?
El problema sobre la reunión entre Sánchez y Aragonès, comentan fuentes del Palau de la Generalitat, "es que para nosotros es un simple punto de partida para afrontar la grave crisis que ha generado el 'Caso Pegasus' y parece que para ellos [el Gobierno español] sea un punto de llegada". "Esto que ha pasado es muy grave, no se resolverá con una reunión", asegura el propio president de la Generalitat.
Aragonés pone deberes a la Moncloa reiterando sus exigencias y emplazando a la reunión en ciernes: explicaciones claras, asunción de responsabilidades y un "compromiso antirepresivo" de que el Gobierno español no volverá a impulsar iniciativas persecutorias contra el independentismo, como es el espionaje político, y se comprometerá en la resolución negociada del conflicto político entre Catalunya y el Estado.
Cosas concretas sobre la mesa
Traducido a la práctica política, en el Palau de la Generalitat quieren que la reunión entre los dos presidentes sea lo más rápido posible, pero prefieren esperar lo necesario para que tenga contenido. "No aceptaremos una simple foto", dicen. "Una foto no va a solucionar el caso", asegura Vilalta, añadiendo que hacen falta "menos secretos y más transparencia". "Explicaciones con luces y taquígrafos", reclama, "y que se desclasifique todo lo posible y se respondan todas las preguntas".
El Gobern exige la desclasificación de documentos que permita clarificar el espionaje del CNI a los independentistas
La idea es que Sánchez ponga sobre la mesa medidas concretas que respondan a las exigencias de los republicanos. Máxima transparencia con la desclasificación de documentos que permita clarificar el espionaje del CNI a Aragonès y al resto de los independentistas. Entre ellos un texto fundamental seria la autorización judicial por parte del juez del Tribunal Supremo pertinente para saber en que condiciones se ha producido el espionaje. En este extremo Aragonès quiere llegar hasta el fondo del origen del impulso político del espionaje y cuál era su objetivo.
En el Palau quieren saber quién ordenó el espionaje, aunque fuera con autorización judicial. Y también se requerirán explicaciones al presidente del Gobierno sobre todo aquello que se espió y que es lo que se ha hecho con todas la grabaciones y contenidos sustraídos.
Esteban sentenciada, Robles en la diana
En segundo lugar, esperan que en función de estas explicaciones Sánchez ponga dimisiones sobre la mesa. De momento el listón esta en el umbral de la ministra de Defensa, Margarita Robles, que Esquerra ha situado en el centro de la diana política, tal como ya avanzó Público. El propio Aragonès pidió su dimisión en el Parlament. Y la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, explica que llevarán al pleno de la Cámara catalana una moción exigiendo la dimisión o el cese de la ministra de Defensa, Margarita Robles, por "justificar" el espionaje a independentistas. Vilalta ha criticado este lunes que Robles no haya rectificado "sino que se ha recreado". "Decir que los independentistas nos merecemos ser espiados no cabe en una democracia", ha advertido.
Fuentes de Esquerra mantienen de momento fuera del radar de esta exigencia de responsabilidades al propio Pedro Sánchez, a diferencia de sus socios del Govern de Junts que exigen al jefe del Ejecutivo español que deje el cargo. Los republicanos esperan movimientos que podrían pasar por el cese o renuncia —será leído de la misma forma— de la directora del CNI, Paz Esteban. Ahora mismo, los republicanos reconocen que este es el mínimo nivel de exigencia. "Y después ya veremos", afirman desde la dirección de Esquerra. La idea es que, si Sánchez puede demostrar que toda la operación fue dirigida por el CNI, Esquerra podría dar por buena la "cabeza" de Esteban. Pero existen muchas dudas entre los republicanos que una operación de este calibre no tenga ninguna supervisión desde el Consejo de Ministros y de momento mantendrán la presión sobre Margarita Robles.
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