El PSOE explora una concepción "amplia" del gasto en defensa para proteger la relación con sus aliados
Con la mirada puesta en las reuniones que mantendrá Sánchez este jueves con las distintas fuerzas parlamentarias, los socialistas esperan encontrar una fórmula para contener daños con sus aliados.
Sumar ya ha expresado su posición contraria al gasto armamentístico, pero algunas fuentes reconocen que puede haber una vía de consenso en cuestiones como la ciberseguridad.

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"Una cosa es inversión en defensa y otra, en seguridad". Patxi López, portavoz socialista en el Congreso, ha pronunciado esas palabras durante la mañana de este martes y, según ha podido saber Público a través de varias fuentes, por ahí va a pasar la estrategia del PSOE a la hora de tratar de acercar posiciones con sus aliados parlamentarios en lo referente al aumento de la inversión en defensa. De partida, los socialistas y las formaciones a su izquierda están lejos. Las fuerzas integradas en Sumar ya han pactado oponerse al "gasto militar". Dicho de otro modo, a invertir en armas o tanques. Sin embargo, no es lo mismo hablar de "gasto militar", que de una concepción más "amplia" —como lo explican en el PSOE— de la defensa. Ahí hay una vía para entenderse y por ahí se conducirán las reuniones del jueves.
Esa voluntad de entendimiento por parte de Sánchez, en cualquier caso, tiene más que ver con proteger su relación con los partidos del bloque de investidura y evitar la imagen de un Gobierno que circula en solitario en temas tan sensibles como la inversión en defensa —y, por ende, la estrategia que despliega España en política internacional—, que con una necesidad de asegurarse su apoyo en una eventual votación.
¿Por qué? Porque es muy poco probable, según lo que ha podido saber este medio, que ese aumento de hasta el 2% del PIB en defensa que se propone acometer el PSOE tras acordarlo con la OTAN (ahora con más prisa, habida cuenta del plan de rearme que propuso Von der Leyen de 800 mil millones de euros) se vaya a vehicular a través de una votación parlamentaria.
Los aliados querrían que fuera así. De hecho, incluso Verónica Martínez Barbero, portavoz parlamentaria de Sumar en la Cámara Baja, ha expresado en rueda de prensa que, en aras de democratizar el proceso de decisión por el que el Gobierno diseñará el aumento del gasto en defensa, lo ideal sería que pasara por el Parlamento con tal de permitir a todas las fuerzas participar en un debate con luz y taquígrafos. Pero una voz autorizada del PSOE en la Cámara Baja prácticamente lo descarta y señala que se priorizarán formas de alcanzar ese 2% del PIB de forma autónoma desde el Consejo de Ministros e incluso echando mano de fondos europeos.
De todas formas, fuentes de la dirección de Sumar en la Cámara Baja deslizan que, tras la reunión que mantuvieron ayer todos los partidos que constituyen el grupo parlamentario, ven posible llegar a un entendimiento con el PSOE y que, "escuchando a Pedro Sánchez y a Patxi López", creen que los socialistas terminarán elaborando una "propuesta razonable". Esas son las señales más optimistas. Hay otras voces que rechazan escuchar nada que tenga que ver con poner más dinero en defensa.
Explorar las acepciones y diferentes enfoques de los conceptos de seguridad y defensa es una fórmula por la que la propia coalición de Sumar ya había optado el lunes para tratar de encontrar una posición común entre las distintas organizaciones. Ante la reunión de Yolanda Díaz con Pedro Sánchez este martes, los partidos mantenían vivos importantes "matices" sobre el gasto militar que hacían imposible llevar una postura unitaria, por lo que las formaciones se reunieron horas antes para buscar un consenso, aunque fuera de mínimos.
De esta reunión lo que sale es un acuerdo para oponerse de manera frontal a la "carrera armamentística" y a la espiral belicista que parece abrirse paso en el orden mundial, así como una apuesta por construir una seguridad europea "defensiva, autónoma, disuasoria y que opte por la paz" en la resolución de conflictos.
Y esto es lo que posteriormente le trasladó la vicepresidenta segunda al líder del Ejecutivo durante el encuentro que mantuvieron este martes en La Moncloa. Con ese concepto de seguridad, los partidos de Sumar abren un debate en el que distinguen entre la inversión en armamento (sobre todo armamento ofensivo, como tanques, misiles o cualquier otro producto bélico "convencional") de la inversión en cuestiones como la ciberseguridad, en un mundo donde un hackeo informático tiene el potencial para destrozar la economía de un país o fisurar un sistema democrático.
En base a esta disyuntiva, todos los partidos de la coalición rechazan un aumento nacional del gasto en defensa, es decir, a cargo de los presupuestos del país; especialmente si este gasto puede provocar una rebaja de los recursos económicos destinados a políticas sociales como la educación, la sanidad, las pensiones o la dependencia.
Díaz le trasladó a Sánchez durante su encuentro que "el aumento del gasto en defensa de los Estados miembros de forma individual no garantiza la superación de los problemas de coordinación y falta de interoperabilidad de las Fuerzas Armadas de los distintos países de la UE. No garantiza una mayor autonomía estratégica, ni mayores cuotas de seguridad compartida".
Todavía existen algunos matices entre las distintas organizaciones de la coalición y del grupo parlamentario de Sumar que tienen más que ver con la vehemencia a la hora de oponerse a la subida del gasto militar ("una forma", apuntaban fuentes del espacio, "de frenar la escalada belicista, porque asumir la necesidad de rearmarse en base a una serie de amenazas es asumir que vivimos en un estado de guerra, y esto no es así"), que con las posiciones concretas de cada una. Pero la apertura del concepto de defensa y seguridad les ha permitido explorar un debate en el que encontrar consensos, una fórmula que ahora parece replicar el PSOE.
Por ejemplo, Díaz también le trasladó al presidente durante su reunión que la "seguridad europea" no sólo se podía medir en sus capacidades para dar respuesta a amenazas bélicas o agresiones externas de otros Estados, sino también en la capacidad de las sociedades y de los gobiernos e instituciones nacionales y europeas para dar respuesta a amenazas como la crisis climática o la desigualdad.
Sobre todo en un mundo en el que la principal potencia, Estados Unidos, así como otros Estados con peso mundial, están gobernados por dirigentes ultraderechistas que rechazan el modelo del Estado del bienestar y parecen empecinados en querer dilapidar el modelo social que se construyó tras la Segunda Guerra Mundial.
"Garantizar la seguridad europea pasa hoy por poner la cohesión social y la lucha contra el cambio climático en el centro de nuestras políticas. No habrá seguridad europea si no afrontamos la lucha contra la precariedad y la pobreza endémica que existe en el continente", recoge el comunicado que Sumar envió tras la reunión entre el presidente y la vicepresidenta.
En esta línea, Díaz le ha pedido a Sánchez impulsar una "agenda social reforzada" en España y en Europa para poner la "cohesión social como elemento central de la seguridad europea", una agenda que, trasladan desde Sumar, también ayudaría a apuntalar la legislatura en clave estatal.
Reuniones del jueves en Moncloa
En el principio de esta semana, las fuerzas parlamentarias han ido fijando posiciones. Incluso antes, Público perfiló el sentir del Congreso en cuanto al aumento del gasto militar.
Hay grupos que lo defienden decididamente, como el PP, aunque los de Feijóo están jugando al ratón y al gato con su eventual apoyo al Gobierno en el supuesto escenario de que existiera una votación en el Congreso. Otros, que se oponen de lleno, como Podemos, el BNG o EH Bildu. Y otros, como Esquerra, que ponen el acento en el momento crucial que atraviesa Europa y en la importancia de que se logre "autonomía" sin negarse expresamente a estudiar un aumento de la inversión en defensa. De todas formas, la fecha marcada en rojo en el calendario es este jueves y el emplazamiento, la Moncloa.
Será allí donde Sánchez se reúna con todos los grupos para conversar sobre la cuestión. Sumar no participará de los encuentros porque los de Díaz entienden que con la reunión entre la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y el presidente del Gobierno que se ha producido hoy queda fijada la posición del espacio. Con todo, el PSOE tratará de persuadir a los grupos para evitar un nuevo episodio de tensión en la legislatura y otro distanciamiento con sus aliados parlamentarios.
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