El maratoniano y tenso pleno de este lunes en el Tribunal Constitucional (TC) se ha saldado, de momento, con el rechazo de las recusaciones solicitadas por Unidas Podemos y el PSOE respecto al presidente, Pedro González-Trevijano, y el magistrado conservador Antonio Narváez.  

Los magistrados conservadores han impuesto su mayoría, de seis votos, frente a los cinco de los progresistas, para rechazar dichas recusaciones, que de haber salido aprobadas habrían revertido la mayoría, dejando vía libre para rechazar las medidas cautelarísimas que pide el PP para frenar las reformas del TC que se están tramitando en el Parlamento.

El pleno continúa a esta hora de la tarde. Ahora debe decidir si se permite la votación en el Senado el jueves, 22 de diciembre, de la reforma exprés que modifica las leyes orgánicas del Poder Judicial y del TC, con la que se desbloquearía inmediatamente la renovación del tribunal de garantías.

El pleno del TC delibera, una vez resuelta la cuestión de las recusaciones y admitido a trámite el recurso del PP, si accede la medida cautelarísima de frenar la tramitación parlamentaria, que el jueves llega al Senado, una decisión que sería inédita en democracia. 

Se da la circunstancia de que González-Trevijano y Narváez han votado sobre su propia recusación. Ambos fueron nombrados por el Gobierno de Rajoy en 2013 y llevan seis meses con el mandato caducado. Si se concluye la tramitación legislativa recurrida los dos deberán abandonar el TC y dar paso a sus sustitutos, los dos magistrados nombrados por el Gobierno: el exministro Juan Carlos Campo y la catedrática Laura Díez. 

Debido a este aparente conflicto de intereses, Unidas Podemos pidió el viernes su recusación o su abstención voluntaria, a lo que este lunes se ha unido el PSOE. 

De esta manera, con las recusaciones ya rechazadas, González-Trevijano y Narváez van a votar sobre la suspensión inédita de una tramitación parlamentaria que les afecta directamente.