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La economía resiste y Feijóo se queda sin su gran baza de cara al ciclo electoral

Los datos económicos son buenos y van en la dirección opuesta a los augurios del PP, que fiaba la victoria en las generales a una gran crisis. 

Feijóo
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, en la rueda de prensa para hacer balance de 2022 en la sede de Génova el pasado mes de diciembre. EFE/ Fernando Alvarado

Dos crisis económicas se llevaron por delante a Felipe González y a José Luis Rodríguez Zapatero. Y por eso Alberto Núñez Feijóo eligió en el mes de mayo un campo de batalla contra el Gobierno: la economía.  

Con los efectos, algunos todavía inciertos, de la guerra en Ucrania planeando sobre Europa, el Partido Popular se reconstruyó a sí mismo enrocado en mensajes catastrofistas. Dibujaron un país al borde del abismo (del "colapso", incluso) y a un líder, Feijóo, con la "solvencia" para revertir la situación. En Génova esperaban que la crisis de precios provocada por la guerra ahogase al Gobierno y sumar un ejemplo más al mito favorito de la derecha: la izquierda no gestiona bien. Pero sus previsiones han fallado, al menos por el momento.

Un destacado dirigente del PP señalaba en los meses de verano, antes de irse de vacaciones y a las puertas del inicio del curso político en septiembre, que el 2023 sería un año "durísimo" para las familias. Pronosticaba incluso muchos problemas de salud mental ante la crisis económica que se venía. Lo cierto es que con el nuevo año aún arrancando, cada dato oficial que se publica aleja más ese escenario. 

Por ejemplo, según las últimas proyecciones del Banco de España, el Producto Interior Bruto mantendrá su tendencia de crecimiento, mientras que la inflación y el déficit público se reducirán. El Banco de España prevé para 2023 un incremento del 1,3% del PIB. En la dirección opuesta a la de la gran recesión que auguraban los populares. 

Ponerlo todo duda

Además, el empleo ha cerrado el 2022 con el número más bajo de desempleados desde el año 2007. El paro descendió en diciembre hasta las 2.837.653 personas y el mercado laboral cerró el año con 471.360 afiliados más que 2021. Cifras objetivamente buenas que el PP insiste, mes tras mes, en cuestionar. Génova, con Feijóo a la cabeza, habla de una "doble contabilidad" en la que "millones de fijos discontinuos no constan como parados" en las cifras oficiales.

La forma en la que el SEPE (Servicio Estatal Público de Empleo) lo contabiliza es la misma desde 1985 y nunca se han considerado como parados los fijos discontinuos que están inactivos. Pero el PP repite cada mes que los datos están "maquillados" y no reflejan la realidad laboral del país.

Además, los precios de la energía se han abaratado considerablemente con la aplicación de la excepción ibérica. Una victoria  de los gobiernos español y portugués en Europa que el PP calificó de "timo ibérico" y que Bruselas pretende extender ahora al resto de países. 

El giro en el discurso de los populares de mayo a diciembre ha sido evidente. El conflicto catalán y la ley del solo sí es sí desplazaron el los últimos meses de 2022 al discurso económico. Génova detectó que, sobre todo la reforma del delito de malversación y la polémica por algunas rebajas de condena a agresores sexuales podrían ser un importante calador de votos. 

Así, Feijóo pasó de augurar una "recesión técnica" para España, a decir (a través de la cuenta oficial del PP nacional) que a los agresores sexuales les había tocado la lotería con el Gobierno. Feijóo quería esquivar el terreno de las grandes escenificaciones, más ideológico y arriesgado para un líder acomodado en cuatro mayorías absolutas, pero la economía resiste y ya no se presenta como la vía rápida para llegar a Moncloa.

"Habrá que ver si la economía resiste... Todo depende de esto", pronosticaba, acertado, un dirigente del PP en el mes de octubre.

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