España no solo es uno de los países con las tasas de vacunación más altas del mundo. También es uno de los principales donantes de los sueros a otros estados y las cifras lo demuestran. El Gobierno ha dado salida a más de 40 millones de dosis este año, lo que coloca a España como la sexta nación del mundo con mayor número de vacunas entregadas.

Del mismo modo, España ocupa la quinta posición entre los países del mundo que más donaciones efectivas vía el mecanismo COVAX, el Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid codirigido por la OMS, ha ejecutado; la tercera dentro de la Unión Europea (UE). Y también es el segundo país de todo el globo que más vacunas ha entregado en relación a su Producto Interior Bruto (PIB). La misma posición ostenta como país donante en América Latina.

El objetivo para el primer trimestre de 2022 es llegar a los 50 millones de dosis cedidas. "Esto permitirá alcanzar el objetivo europeo de donar 700 millones de vacunas a mediados de 2022 para que el 70% de la población cuente con la pauta completa", recuerda el Ministerio de Exteriores.

La importante tarea de inmunizar a todo el mundo

El proceso de vacunación no avanza igual para todos. De hecho, la diferencia del ritmo de inmunización es abismal cuando comparamos los países ricos con los pobres. Los primeros han dejado pasar la oportunidades que han tenido para suspender las patentes de las vacunas, un paso que ayudaría a convertirlas en un bien de acceso global y lleguen a todo el mundo.

El primer chance llegó con el apoyo histórico de Estados Unidos a la liberalización de las patenetes. Pero en Europa, las declaraciones de la UE y España encaminadas a dejar la puerta abierta a la supresión de las mismas se quedaron en el aire cuando un grupo de países ricos bloqueó el debate. 

Los Veintisiete tampoco han aprovechado la oportunidad que ha brindado la alarma por ómicron para liberalizar los permisos aunque Sudáfrica denunció ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) que "la falta de acuerdo sobre las patentes, junto con las restricciones a ciertos países, arroja una luz tenue sobre la capacidad para actuar en solidaridad durante una emergencia internacional". 

El problema de la inequidad en el acceso a la vacunación es global y no es casualidad que Sudáfrica, zona que se está señalando como origen de la variante ómicron, pida la suspensión de las patentes. Y es que "surgirán más mutaciones si las vacunas no llegan a todo el mundo", explicó la investigadora de Salud Por Derecho Irene Bernal hace unos días a Público.