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Leonor de Borbón, ¿la última reina de España?

¿Impedirá el desprestigio de la monarquía su acceso al trono? ¿Es viable la celebración de un referéndum para elegir la forma de Gobierno? ¿Votarían los españoles a favor de la república? Expertos en Derecho Constitucional responden.

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La princesa Leonor de Borbón, en una foto de archivo.

¿Llegará a reinar la princesa Leonor? ¿Será la última monarca de nuestro país? Antes de intentar responder a estos interrogantes, convendría saber qué opinan los españoles sobre la monarquía. Sin embargo, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dejó de preguntar a la ciudadanía por la valoración de la institución en 2015, cuando le otorgó un suspenso. Felipe VI ya había empuñado el cetro y mejoraba ligeramente la nota del emérito, pero desde entonces no se ha podido seguir la evolución para establecer una comparación precisa, pues las encuestas posteriores han sido realizadas por medios de comunicación y otros organismos.

Los escándalos del rey Juan Carlos I, implicado en varios casos de corrupción, han minado la institución, que debería ser apuntalada por la transparencia y la ejemplaridad de su heredero para garantizar una larga vida al rey… y a la reina, en el caso de que Leonor acceda algún día al trono, aunque para ello tenga que ganarse el favor del pueblo y convencer a una juventud desafecta a la Corona. Además de esa crisis generacional, también sufre otra ideológica, pues algunos votantes socialistas le han dado la espalda, y territorial, como refleja el rechazo que suscita la Corona en Catalunya o Euskadi.

"No tengo ninguna duda de que Leonor será la próxima reina de España, aunque quizás yo no lo vea, por razones de edad", ironiza Roberto Blanco Valdés, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidade de Santiago de Compostela. "El problema de la monarquía se debió al desprestigio del rey emérito. No obstante, eso ya está descontado. Pudo afectar a Felipe, pero la opinión pública distingue entre lo que representa Juan Carlos, quien cometió actos inadmisibles, y su hijo", añade el analista político, convencido de que la abdicación conjuró "un peligro muy serio" y "salvó la institución".

¿Y qué debería hacer ahora el monarca para aferrarse al puesto y garantizar la sucesión? "Lo que ya está haciendo Felipe: actuar con exquisita discreción, tacto institucional, responsabilidad y respeto a la Constitución, además de tomar decisiones indispensables, como el discurso tras el referéndum de independencia de Catalunya, que fue impecable", opina Blanco Valdés, quien considera de crucial importancia que el monarca lleve una "vida privada sin tacha", como ha demostrado, según él, hasta el momento, lo que habría motivado "una simpatía profunda hacia el rey".

No podría decirse lo mismo de su padre, cuyo comportamiento fue castigado en los sondeos del CIS por la ciudadanía, que valoró su confianza en la monarquía con un 3,7 en 2013 y en 2014, una cifra que subió hasta el 4,3 con Felipe VI en el trono. La Corona había suspendido por primera vez en 2011, con un 4,9, aunque el deterioro resultaba cada año más evidente. Así, hasta 2004 era la institución en la que más confiaban los españoles, mientras que en 2015 fue superada por la Guardia Civil, la Policía, las Fuerzas Armadas y los medios de comunicación.

"Leonor llegará a reinar. Pese a que los índices de popularidad de la Corona han bajado, la alternativa no se termina de ver clara", cree Xavier Arbós, catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat de Barcelona. "El paso de monarquía a república debe hacerse por consenso, pero percibo que a largo plazo la derecha y la extrema derecha no estarán por la labor, por lo que veo bastante probable que Leonor sea reina. Sin embargo, no lo podemos saber con certeza, porque de aquí a diez años pueden pasar muchísimas cosas". Como sucedieron, de hecho, en el pasado, lo que forzó a Juan Carlos I a renunciar al cargo en favor de su hijo en 2014.

¿Monarquía o república?

¿Votarían los españoles a favor de la república como forma de gobierno? Un 39,4%, sí, mientras que un 31% apoyaría la monarquía, según un sondeo de 40dB encargado en 2021 por la Plataforma de Medios Independientes, donde el 43,8% de los encuestados creía necesario celebrar un referéndum y el 36,1% descartaba esa posibilidad. La encuesta también reflejaba la poca confianza en la Corona, con una nota de 4,1 sobre 10, superada por instituciones como las Fuerzas Armadas, con dos puntos más, el Poder Judicial y los medios de comunicación, que tampoco alcanzaban el 5.

Además, el 42,6% consideraba que la monarquía proporciona orden y estabilidad política, frente al 40,8% que pensaba lo contrario. Xavier Arbós cree que durante el reinado de Felipe VI "no se ha visto una actitud proactiva para asegurar la sensación de utilidad de la Corona". No se refiere a su imagen o popularidad, sino a "lo que puede hacer o dejar de hacer un monarca en momentos complicados". Así, estima que debería mostrarse más preocupado por los problemas institucionales, como la renovación del CGPJ, porque "su papel es asegurar el funcionamiento regular de las instituciones".

Precisamente, la pasada Nochebuena instó a frenar su "erosión" en un discurso que "iba en la buena línea", según Arbós, quien desearía que tuviese la capacidad de influir en los líderes políticos. "Hace falta una cierta autoritas", insiste el catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat de Barcelona. O sea, "coger el teléfono e instar a que se renueve el Consejo General del Poder Judicial". Sin embargo, pese a que el 24 de diciembre alertó de los "numerosos riesgos" a los que se enfrenta la democracia, evitó referencias directas a la crisis judicial provocada por el bloqueo del PP, que también afectaba al Tribunal Constitucional.

María de los Ángeles Garrote de Marcos, profesora de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense, cree que "el desempeño de Felipe VI está siendo muy correcto y respetuoso con las instituciones, pues le ha tocado lidiar con varios asuntos bastante problemáticos y ha salido bien parado". En su haber, según ella, la modernización de la Corona, más democrática y transparente, y el respeto de la pluralidad. "Pese a que sabe que no todo el país está a su favor, está actuando como el rey de todos los españoles", añade.

Sobre la hoja de ruta de la Casa Real para perpetuarse, Garrote de Marcos relativiza el efecto de las polémicas del emérito, porque "siempre va a ser noticia", y descarta cambios bruscos: "No se puede pretender que una institución basada en la sucesión hereditaria sea lo que no es, ni que se convierta en una monarquía republicana, porque sería absurdo, problemático y todavía peor". Es más, recuerda que algunas "democracias europeas muy consolidadas e indiscutidas son monarquías parlamentarias donde nadie pone en cuestión el papel de los reyes y de sus herederos".

Un argumento en el que abunda Roberto Blanco Valdés: "La afirmación de que la monarquía degrada la calidad de la democracia en España es una majadería, porque una buena parte de las democracias de mayor calidad en Europa lo son, desde Gran Bretaña a los países nórdicos, donde los reyes no intervienen en la vida política". El catedrático de la Universidade de Santiago se muestra convencido de que la Corona es "un elemento de estabilidad y de cohesión territorial muy importante" y resta importancia a la desafección de los jóvenes, que según él "tuvo que ver con el auge de Podemos y con el seguidismo del PSOE".

Monarquía o república: qué dicen las encuestas

Una encuesta de IMOP Insights para Vanitatis, publicada en junio de 2022, refleja que la mayoría de quienes están a favor de la república son varones, menores de 45 años, votantes de Unidas Podemos y partidos nacionalistas, y residentes en comunidades históricas "con fuerte sentimiento nacionalista", es decir, Catalunya y Euskadi, situadas en el extremo opuesto de Andalucía, Madrid o la Comunitat Valenciana. También los menores de 24 años, simpatizantes de formaciones progresistas, son quienes se declaran más convencidos de que Leonor no llegará a reinar.

En concreto, el 39,1% de los consultados se muestra partidario de un cambio constitucional para modificar el modelo de Estado, casi cinco puntos más que en 2021, mientras que el 38,9% es contrario a cambiar la monarquía por la república, un punto menos que el año anterior. Sin embargo, ese empate técnico podría romperse por el 7,9% que cree que el cambio no debería producirse ahora, pero sí más adelante, y por el 9,2% que considera que depende de cómo actúe la monarquía.

El porcentaje de los partidarios de la república es más alto en Catalunya, hasta alcanzar el 71,1%, donde solo el 14,5% prefiere la monarquía, la institución peor valorada con un 1,86 y un rechazo del 77,6% de los encuestados, según un sondeo del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) de la Generalitat publicado en octubre de 2020. No sorprende que casi el 100% de los simpatizantes de los partidos independentistas sean republicanos, que el 94,3% de los comuns opte por esa forma de gobierno —frente al 51,9% de los socialistas— y que el apoyo a la monarquía proceda del electorado del PP y Vox, con el 77,3% y el 83,3%, respectivamente.

En el sondeo de Vanitatis, Felipe VI es el miembro de la familia real mejor valorado, con un 6,2, seguido de la reina Sofía y de Leonor, con un 5,9%, muy por encima de su abuelo, con un 2,9%. Los españoles valoran más al monarca —un 48% a favor, un 28% en contra— que a la propia institución, cuyo futuro podría verse comprometido por "los problemas del rey Juan Carlos", según la citada publicación, que destaca que la heredera deberá corregir la "falta de proximidad y cercanía" de la que ha pecado su padre y, de paso, ganarse a la juventud.

Finalmente, un 74,8% de los encuestados cree que Leonor "probablemente" (51,7%) o "seguro que sí" (23%) llegará a ser reina, frente al 25,2% que piensa que "probablemente no" (16,8%) o "seguro que no" (8,4%) lo logrará. Unos datos que podrían indicar que la monarquía española goza de buena salud a ojos de sus súbditos, que la sucesión no presenta obstáculos insalvables y que la instauración de una república se enfrenta a escollos, aunque también habría que tener en cuenta el muestreo, el número de encuestados y el margen de error.

Reforma constitucional

Garrote de Marcos opina que es un debate alimentado por "el rumor y el morbo periodístico", pues jurídica y políticamente es una institución que no tendrá problemas, ya que a su juicio la mayoría de las fuerzas políticas son monárquicas. Aunque no se atreve a afirmar que la princesa Leonor accederá al trono, considera muy improbable que se instaure una Tercera República, porque la aprobación de una propuesta de reforma constitucional mediante el proceso agravado es muy complejo y requiere una mayoría de dos tercios del Congreso y del Senado.

Luego habría que disolver las Cortes, celebrar unas elecciones generales, ratificar la decisión en ambas Cámaras y, una vez aprobado el texto por mayoría de dos tercios, someter a referendo la reforma constitucional, "tan intensa que yo, ahora mismo, no la veo probable, ni posible, ni factible", añade la profesora de la Universidad Complutense.

"Una república sería muy improbable, además de muy complicado", le secunda Blanco Valdés, quien recuerda que no se ha intentado cambiar la preferencia del varón sobre la mujer, recogida en la Carta Magna, porque sería "una forma subrepticia de plantear un referéndum sobre la forma de Gobierno".

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