El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha admitido este martes en el Senado que en la comisaría de Vía Laietana de Barcelona "hubo represión en el pasado", pero ha dejado claro que las polémicas declaraciones de su número dos fueron malinterpretadas, pues en democracia la labor de las fuerzas de seguridad es constitucional. El ministro entiende que "no hay mejor resignificación a un lugar que fue de tortura" durante el franquismo que la labor diaria que realizan los agentes, en colaboración con Mossos d'Esquadra y el resto de fuerzas de seguridad.

"Habla usted de un lugar de represión y tortura en el pasado, y estoy de acuerdo, lo fue", ha señalado Grande-Marlaska en respuesta a la senadora Adelina Escandell, para acto seguido continuar el ministro con la parte en la que no coinciden: "No hay mejor resignificación de un lugar que fue de tortura que la labor que realizan hoy en día la Policía Nacional, luchando contra la violencia, la dominación y el odio".

Tras reconocer que durante la dictadura en estas dependencias se produjeron torturas, el ministro ha rechazado de nuevo la petición de que la Policía Nacional abandone el edificio como solicitan el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y distintas entidades.

La senadora de ERC, Adelina Escandel ha reiterado esta solicitud en la sesión de control al Gobierno, en la que ha interpelado al ministro pro las declaraciones que la semana pasada hizo su número dos, el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, que señaló que la comisaría de Via Laietana "ha sido y es un símbolo de servicio público"

La respuesta del titular de Interior al reconocer que en la comisaría barcelonesa había habido represión policial ha "descolocado" a la senadora, quien sorprendida se ha preguntado si ahora Marlaska va a destituir a Pérez o "lo van a mandar a aprender historia". Marlaska, sin embargo, ha hecho hincapié en que el Gobierno está "firmemente comprometido" con la recuperación de la memoria histórica.