Mazón agoniza ante el silencio del PP, la inacción de Vox y la presión de la izquierda
Tanto en Génova como en Bruselas había preocupación por que las protestas contra el 'president' reventaran el congreso del PPE, cuya celebración estaba prevista en València antes de la DANA.

Madrid-
La semana pasada fue dura para el president de la Generalitat, tanto que en la izquierda valenciana se preguntaban si su caída sería "cuestión de horas o de días". Daban por hecho una dimisión casi inminente por la presión de Génova. "No conocen a Feijóo", respondía un alto cargo del Partido Popular. Alberto Núñez Feijóo sentenció a Carlos Mazón desde los días inmediatamente posteriores a la DANA y en noviembre la mayoría de los barones populares ya tenían claro que su caída sería cuestión de tiempo, pero sin prisa. Más de cuatro meses después, Mazón está más solo que nunca, pero la dirección nacional sigue sin mover ficha en cuanto a su futuro. Feijóo manda mensajes, sí, pero de forma sibilina.
El último, la decisión de cambiar de ciudad el congreso del PP Europeo previsto para el mes de abril. Oficialmente, el líder de la oposición ha explicado que están pensando en moverlo de lugar porque esos días, 29 y 30 de abril, habrá pleno en el Congreso de los Diputados y tanto él como el resto de parlamentarios del PP serían incapaces de compatibilizar sus responsabilidades en la Cámara con la presencia en el cónclave de los populares europeos, para el que se había elegido València antes de la DANA. También Mazón ha hecho suya esta excusa. Este viernes, el jefe del Consell ha dicho a los medios de comunicación que había visto "por ahí que la presidenta socialista del Congreso está poniéndonos pegas" al cambio de fecha de los plenos del Congreso.
Sin embargo, a nadie se le escapa lo delicado que sería celebrar un acto de esas características en el País Valencià sin enfrentarse a la presión social que persigue a Mazón. El miedo a que las protestas contra el president eclipsaran el encuentro es algo que preocupa en Génova, pero también en Bruselas. Así, todo parece indicar que la apuesta es trasladar el congreso a Madrid para evitar que la polémica alcance de lleno a líderes como Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, Donald Tusk, presidente de Polonia, o el previsiblemente próximo presidente de Alemania, Friedrich Merz.
No ha sido el único golpe sordo que ha recibido Mazón esta semana. Los movimientos del expresident Francisco Camps para exprimir su debilidad y regresar a la política se han hecho evidentes. "Mi ilusión es volver a la primera línea del trabajo político con el presidente Feijóo", reconoció este jueves durante una entrevista en RNE. Apenas dos días antes, militantes afines a Camps difundieron un comunicado en el que pedían a Feijóo no retrasar el congreso ordinario del PP valenciano para “reactivar” al partido y "volver al PPCV de las mayorías absolutas".
Atendiendo a los estatutos, el congreso debe ser en el mes de julio, aunque algunos dirigentes del partido creen que si la situación sigue siendo "de tanta tensión" es posible que se retrase. Barones populares ya avanzaban en los primeros días de la polémica sobre la gestión de Mazón que ese congreso era una cita clave que le podría permitir a Génova forzar la salida del president si le retiraban su apoyo de cara a una reelección. De facto, es lo que ha hecho Feijóo al vincularlo únicamente con la reconstrucción de la provincia de València, donde las riadas del pasado 29 de octubre dejaron 219 personas fallecidas. Según la jueza que investiga lo sucedido aquella tarde, la mayoría de las muertes se produjeron antes de que la Generalitat enviase el mensaje de alerta "tardío" y "erróneo" a la población.
Ante esto, Feijóo guarda silencio. Tanto Génova como Mazón dicen que Feijóo y él hablan "bastante a menudo", pero solo de la recuperación, de nada más. El presidente nacional del PP no le ha mostrado su apoyo expreso de forma pública y el jefe del Consell lleva toda la semana intentando tener perfil bajo para, sobre todo, esquivar las preguntas de los periodistas ante su último cambio de versión.
Vox avisa: los presupuestos serán determinantes
A su favor, la inacción de Vox. "Mazón es quien tiene que decidir si tiene que seguir o no", dijo esta semana el portavoz de la formación de extrema derecha, Ignacio Garriga. Los de Santiago Abascal han respaldado la continuidad en el cargo del president desde el primer momento y, como ya contó este periódico, le han dado un importante balón de oxígeno a Mazón mientras ellos exprimen electoralmente su desgaste. Win win.
Sin embargo, Garriga lanzó un aviso: los presupuestos "serán fundamentales para que siga el señor Mazón o no siga". PP y Vox llevan meses en conversaciones para sacar adelante las cuentas públicas de 2025, adecuadas a la reconstrucción tras la DANA, pero, aunque Mazón aseguró hace casi quince días que presentaría muy pronto el proyecto de presupuestos, el acuerdo con la extrema derecha todavía no ha llegado. Garriga ha dicho con claridad que hay una serie de “condicionantes” que el president debe aceptar.
Ante esto, la izquierda mantiene la presión, aunque el PSPV se resiste a tomar la iniciativa presentando una moción de censura, como le pide Compromís. Aunque la semana pasada, en plena ebullición mediática, los socialistas valencianos amenazaron con una moción "si Feijóo no mueve ficha", lo cierto es que ninguna de las cosas han pasado. Diana Morant, secretaria general de los socialistas valencianos, ha dado una patada hacia delante al asunto porque no tiene visos de prosperar si Vox mantiene su apoyo a Mazón.
Todos los actores políticos de esta encrucijada política —a la espera de lo que pase en el juzgado de Catarroja— en la que entró el president de la Generalitat el día siguiente de la catástrofe están convencidos de que es cuestión de tiempo que Mazón "caiga".
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