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PNV y PSE cierran acuerdos en ayuntamientos y diputaciones

Ambas formaciones, que gobernarán juntas en cerca de 40 instituciones, no pactarán con Podemos, Ciudadanos ni PP

Imagen de la reunión que mantuvieron el PNV y el PSE en Sabin Etxea / EFE

MADRID.- La cúpula del PNV acaba de vivir una de las semanas más ajetreadas del año. Con el sabor de la victoria electoral de mayo aún en la garganta, los responsables de la formación nacionalista han dedicado los primeros días de junio a los contactos con sus rivales. Hubo en total cuatro reuniones pero sólo una se ha convertido en pacto: el encuentro con la dirección del PSE, que vuelve a convertirse en socio preferente de los jeltzales para gobernar en el máximo número posible de instituciones municipales y forales.

De esta manera, la semana de contactos entre los principales partidos de Euskadi se cierra con un nuevo acuerdo entre peneuvistas y socialistas, que a partir de ahora se verán más a menudo: ambas delegaciones decidieron abrir una “negociación territorializada” encaminada a cerrar pactos a nivel local y provincial “que permitan dotar de la mayor estabilidad y fortaleza a las instituciones municipales y forales”, resumió el partido de Iñigo Urkullu en una declaración.

Según ha adelantado a Público el responsable de Política Institucional del PNV, Koldo Mediavilla, tanto su partido como el PSE estarían dispuestos a formalizar “gobiernos de coalición en las tres diputaciones forales y en la mayoría de los ayuntamientos”.

“Hay múltiples formas de alianzas, desde pactos de legislatura o pactos puntuales. Si somos capaces de configurar programas en los que todos estemos identificados, lo más lógico es que haya gobiernos de coalición en Gipuzkoa, Araba y Bizkaia”, explica Mediavilla.

Por su parte, la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, asegura que las dos primeras semanas de junio serán de “negociación intensa”. “Estamos ante la prueba de fuego para ver la capacidad de gestionar acuerdos y sacar adelante políticas progresistas, que es lo que ha pedido la gente”, subraya.

El apoyo mutuo entre PNV y PSE permitiría que los nacionalistas gobernasen con suma comodidad en Donostia y Bilbao

De momento, la responsable socialista se muestra satisfecha con el resultado de la primera reunión entre la ejecutiva de su partido y el PNV, lo que podría derivar –según su lectura- en un “giro a la izquierda” en las instituciones, forzado por las propuestas programáticas del PSE.

“Con el PNV hemos tenido encuentros históricos y desencuentros históricos. Tuvimos una etapa de gobiernos de coalición en los ochenta y noventa, que finalizó en 1998 con el Pacto de Lizarra, cuando nos salimos del Gobierno Vasco. Entonces se abrió una etapa de desencuentros políticos, porque entramos en la etapa del Plan Ibarretxe y de ETA matando a nuestros concejales”, señala Mendia.

Sin embargo, el paso del tiempo acabaría cerrando heridas… y acercando posiciones. “El otro día, cuando nos reunimos las dos ejecutivas, comprobamos que había un clima favorable al entendimiento”, relata a Público la secretaria general del PSE.

PNV y PSE durante las negociaciones / EFE

PNV y PSE durante las negociaciones / EFE

Vencedores

Ese “nuevo clima” ha llegado tras las elecciones del pasado 24 de mayo, en las que el PNV se convirtió en la fuerza más votada en los tres territorios de la Comunidad Autónoma Vasca. En el caso de Gipuzkoa, su victoria supuso la peor de las derrotas para EH Bildu, incapaz de conservar el espacio de poder que había conquistado cuatro años antes.

En esa provincia, el candidato peneuvista a la Diputación Foral, Markel Olano, consiguió 112.933 votos (31,57%), mientras que la izquierda abertzale se quedó en 103.101 voluntades (28,82%). La derrota fue aún más amarga en Donostia, donde Bildu ha dejado el primer puesto para ocupar el tercero, por detrás de PNV y PSE respectivamente.

En este contexto, el apoyo mutuo entre PNV y PSE permitiría que los nacionalistas gobernasen con suma comodidad en Donostia y Bilbao, así como en las Diputaciones Forales de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. Además, se garantizarían la gobernabilidad en 37 ayuntamientos. “El acuerdo está abierto –apunta Mediavilla-. Se está negociando con carácter territorial, para ver caso a caso, pero nuestra voluntad es extenderlo al conjunto del mapa de la comunidad autónoma”.

Además, el “burukide” considera que estas vías de colaboración podrían dar otros frutos. “Cabe la posibilidad de abrir una nueva interlocución con el PSE que nos permitiese tener mayor cercanía respecto a Pedro Sánchez o al PSOE, de manera que pudiéramos exponer de manera directa cuál es nuestro modelo sobre la configuración territorial y el nuevo estatus político de Euskadi”, afirma.

No habrá alianzas con Podemos, que irrumpe en Diputaciones y ayuntamientos de toda Euskadi, ni con el PP, que ha perdido votos en casi todos los sitios 

Si alguien creía que desde Sabin Etxea, cuartel general de los nacionalistas, se inclinarían por un pacto con la izquierda nacionalista de EH Bildu, se equivocaba tanto como de Bilbao a Madrid. “Va a ser imposible, porque no tienen ninguna voluntad de llegar a acuerdos”, señala su responsable de Política Institucional, quien no oculta la larga serie de desencuentros con la izquierda abertzale.

Sus declaraciones no parecen sorprender a Oskar Matute, integrante de la dirección de la coalición abertzale. “Con los resultados electorales a la vista, el PSE ha aceptado ser subalterno del PNV. No le va a costar, porque los modelos socioeconómicos de país de ambos partidos son muy similares”, critica.

Tras una semana que ha permitido dibujar el panorama político de los próximos meses, Matute advierte que la formación de Urkullu ha apostado por una “política de alianzas con un partido que niega el derecho a decidir”.

“Una vez más, han vuelto a primar su atrincheramiento en las instituciones por encima de sus compromisos con el país respecto al derecho a decidir, apunta el parlamentario de EH Bildu. Para ello, han encontrado la inestimable colaboración de un partido en horas bajas, que día a día va perdiendo peso e influencia en la política vasca, como el PSE”.

Los que no pactan

Tampoco habrá alianzas con Podemos, que irrumpe en Diputaciones y ayuntamientos de toda Euskadi, ni con el PP, un partido que ha perdido votos en prácticamente todos los sitios donde se ha presentado. Durante los últimos días, delegaciones de ambas formaciones mantuvieron encuentros protocolarios con los jeltzales, aunque sólo valieron para ratificar que no hay nada que hacer.

Matute advierte que la formación de Urkullu ha apostado por una “política de alianzas con un partido que niega el derecho a decidir”

De momento, en la agenda de reuniones políticas de los peneuvistas ha quedado fuera Irabazi, el Ganemos vasco protagonizado por IU, Equo y Alternativa Republicana, que ha conseguido un representante en la Diputación de Araba.

Tampoco ha habido contactos formales con Ciudadanos, que se estrenará en la diputación alavesa con un integrante y que podría haber facilitado la permanencia del PP al frente de esa institución… si el PNV no hubiese alcanzado el acuerdo con el PSE.

La victoria de Vitoria

En ese panorama, todas las miradas se dirigen a Vitoria, único feudo del PP que se mantiene relativamente fiel a su polémico alcalde, Javier Maroto. EH Bildu consiguió el segundo puesto en esta ciudad, por lo que se ha ofrecido para liderar un gobierno de concertación que desbanque al dirigente popular, a quien la mayoría social y política acusa de haber traspasado ciertas líneas rojas con un duro discurso contra la inmigración.

Para construir una alternativa a Maroto -que consiguió 9 concejales- haría falta sumar los votos de EH Bildu, PNV, Sumando-Hemen Gaude –candidatura apoyada por Podemos- e Irabazi. El PSE, con cuatro ediles, ya advirtió que se negaría a formar parte de ese frente, una actitud que también han asumido los nacionalistas. “No vamos a participar en frentes anti-Maroto ni anti-nadie”, señala Mediavilla. Su único frente está ahora junto al PSE.

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