madrid
Actualizado:Yolanda Díaz (A Coruña, 1971) se ha convertido en una de las figuras claves en la negociación entre el PSOE y Unidas Podemos para la investidura de Pedro Sánchez. La portavoz de Galicia en Comú es fundadora de la confluencia gallega, miembro de IU y abogada laboralista. También es una de las diputadas de confianza de Pablo Iglesias. Destacó su papel como negociadora en el pasado pacto presupuestario y ahora vuelve a estar en el equipo de Unidas Podemos. Cree que, a pesar de las diferencias evidentes en la reunión con el PSOE, aún hay margen para negociar si el presidente en funciones tiene "voluntad política".
¿Cómo fue el ambiente de la reunión del jueves?
El ambiente fue cordial. El resultado de la reunión sirvió para dos cosas. Primero, para constatar que tenemos discrepancias en asuntos tanto programáticos como de conformación del gobierno. Y segundo, que es el aspecto positivo, para acordar que vamos a seguir dialogando.
¿El PSOE hizo alguna propuesta concreta sobre un principio de acuerdo o sobre cómo empezar a negociar o avanzar?
No. El PSOE hizo un acto de presentación de sus medidas y hablaron de una propuesta a la que han denominado 'tercera vía' que, en realidad, es la única vía que siempre defendió el PSOE: el gobierno monocolor con el programa que ellos defendían. Hemos pedido que concretasen cómo sería esto, pero no se ha concretado y nos dijeron lo mismo que han dicho en los medios de comunicación. Así que no sabemos de qué están hablando.
Pero el PSOE durante estos días dijo que concretarían los cargos intermedios que ofrecían para esta 'tercera vía' en la reunión, ¿no especificaron nada sobre esto?
No, en absoluto. Además, hay una discrepancia también respecto a esto. Es anómalo lo que propone el PSOE porque sería politizar cargos que para nosotras han de estar profesionalizados. La Red Eléctrica de España, la AIReF, la CNMC, etc., tienen que estar liderados por profesionales y, curiosamente, dicen que donde tienen que estar los políticos ellos quieren independientes. Es todo bastante contradictorio. Pero creo que la clave es que ahora ha llegado la hora de la verdad: se acabaron los relatos y es la hora de las soluciones.
El PSOE también dijo que en la reunión querían centrarse en la propuesta programática. ¿Se llegó a debatir el documento?
No. Hemos planteado algunas cuestiones pero, aunque no puedo desvelar la reunión, no fue así. De hecho, no han querido hablar de nuestro documento y nosotras hemos defendido que nuestro texto estaba encima de la mesa y, por tanto, íbamos a hablar de todo. Por poner un ejemplo, es obvio que parece que no quieren derogar la reforma laboral ni intervenir en el precio del alquiler o bajar la factura de la luz. Sin embargo, creo que cuando hay discrepancias llega el momento de la voluntad política y es ahí donde opera la política.
Y creo que la voluntad política ahora más que nunca está en manos de Pedro Sánchez porque ha sido quien ha designado la ciudadanía para liderar este proceso. Así que en este caso le toca a Sánchez liderar la voluntad política que le han dado las urnas.
En 'Públic0' hicimos un análisis comparativo de este documento y del pacto presupuestario. Más que guiños a Unidas Podemos vimos pasos atrás. ¿Unidas Podemos cómo lo ha recibido?
Creo que ese análisis es acertado. La propuesta que ha formulado en este acto público parecía un acto electoral que no creo que fuera para seducir a Unidas Podemos, más bien para arrancar una campaña electoral. No se explica que en el acuerdo presupuestario firmáramos que para combatir las violencias machistas incorporaríamos 40 millones de euros para los ayuntamientos y 220 millones de euros para el Pacto de Estado contra la violencia machista y que en este documento se contemplen los 40 millones para los ayuntamientos pero desaparezcan los 220 millones. El acuerdo presupuestario también establecía que en el caso de que un autónomo o una autónoma trabajase para un único empleador habría una presunción de laboralidad de que estamos ante un trabajador asalariado. Esto desaparece y se sustituye por fórmulas ambiguas.
En definitiva, es un texto acompañado de un acto y de un nombre de 'tercera vía' que, además, a la gente de izquierdas nos trae malos recuerdos por Tony Blair. No se seduce a una organización política con lo que parece la antesala de la campaña electoral. Sobre todo teniendo en cuenta que nosotras decíamos que el documento presupuestario ha de ser el punto de partida.
Entonces, ¿qué cree que va a pasar y de lo quiere el PSOE?
No sé lo que quiere el PSOE, es muy difícil saberlo. Lo que hemos vivido en agosto y en el arranque de septiembre es propio de una campaña electoral, pero hemos quedado en seguir trabajando. Vamos a ver si hay voluntad política de Sánchez porque cuando hay discrepancias pero hay voluntad, se llega a acuerdos. La cuestión es saber si ya están en campaña electoral o si realmente quieren sacar un Gobierno adelante. Insisto en que se acabó el tiempo de los relatos y en que llegó la hora de la verdad y de las soluciones.
¿Cree que aún hay margen para negociar una coalición?
La cuestión es si el PSOE realmente quiso la coalición en algún momento. La posición de Sánchez desde el minuto uno ha sido querer gobernar en solitario y pactar con Unidas Podemos temas de derechos civiles y reservarse la posibilidad de pactar con la derecha los temas económicos y laborales. Esta posición se mantuvo siempre excepto ese viernes en el que Pablo Iglesias recoge el guante de Pedro Sánchez y se echa a un lado. No olvidemos que el presidente dijo a todos los españoles que el único escollo para una coalición de gobierno era Pablo Iglesias y que él se echó a un lado.
Ahí hubo un intento de coalición que creo que no fraguó, sencillamente, porque no tuvimos tiempo. Pero hay que saber si en algún momento el PSOE interiorizó que esa coalición la querían de verdad.
Si el PSOE no se mueve, ¿hay alguna opción de que permitáis la investidura de Sánchez sólo con el acuerdo programático?
El acuerdo programático, el modelo a la portuguesa, es lo que hemos tenido durante nueve meses y hemos acabado en elecciones. Además, después de firmar el pacto presupuestario y ya existiendo un órgano y una comisión de seguimiento de control del cumplimiento del acuerdo, no se cumplió con el acuerdo.
Pero, ¿y con las tres vías de control que dijo el PSOE?
Respecto a esos mecanismos de control lo único que nos han dicho es lo mismo que habían explicado en público. Yo no conozco en qué consisten esos mecanismos de control. Pero avanzo ya que veo bastante obstáculos a un organismo autónomo dependiente del Ministerio de Hacienda. Además, no creo que sea la manera de hacer las cosas. Y este Gobierno estaría viviendo permanentemente en la inestabilidad política y acabaríamos en una repetición electoral.
La otra opción es sin acuerdo programático, aunque al PSOE tampoco le convence esto. ¿Os dijeron en la reunión que en este caso no se presentaría Sánchez a la investidura y os planteáis, llegado el caso, dar los votos y pasar a la oposición?
Parece que el PSOE ha entendido que eso que querían hace escasamente una semana, que era que les diéramos los votos gratis, es bastante irresponsable. Parece que ya lo han entendido y esa parte está bien. Pero es la misma versión del acuerdo programático. Es que nosotros estemos en la oposición y que tambalee el Gobierno socialista. Las periodistas lo habéis vivido con nosotras durante estos meses: siempre en el último minuto negociando una enmienda para sacar adelante un tema. Esto no es serio para un país y más con la situación económica y social que va a tener nuestro país.
Lo que hay que hacer es lo que se hace en todas las democracias maduras: cuando uno queda muy lejos de la mayoría absoluta, pacta. Incluso en otros países pactan entre quienes lideran y sostienen ideologías diferentes. La lección que nos ha dado Italia, con muchísimos más recelos entre esas dos formaciones políticas que nosotros mismos, ha sido muy grande. Por lo que no se explica la posición de Sánchez.
Y, a nivel electoral, ¿no sería esta opción mejor para Unidas Podemos que formar parte del Gobierno? Sobre todo teniendo en cuenta que, como apunta, vienen tiempos económicos difíciles seríais minoría en el Ejecutivo.
No me gusta hablar de de posiciones electorales porque creo que hemos venido aquí para cambiar la vida de la gente. Nuestra presencia en un Ejecutivo puede cambiar moderadamente las políticas. Lo que hemos conseguido desde Unidas. Podemos en el acuerdo presupuestario es una cosa muy humilde pero es muy importante. Conseguir solo el subir el salario mínimo, recuperar el subsidio de desempleo para mayores de 52 años (aunque no es la posición exacta que nosotros queríamos) o los permisos parentales (sin ser tampoco la posición íntegra que manteníamos) creo que ha sido muy importante para el país. ¿Fue rentable electoralmente? Lo desconozco, pero creo que ha sido muy positivo para el país.
Si nosotras estuviéramos en el Ejecutivo creo que el Gobierno no hubiera actuado de la misma forma ante la crisis humanitaria del Open Arms. Así que no me preocupa tanto lo electoral. Queremos sacar buenos resultados en las urnas, pero tenemos la obligación de mejorar la vida de la gente. Este es el objetivo central y más en momentos difíciles.
Los últimos datos de afiliaciones a la Seguridad Social y de desempleo son muy malos para nuestro país. Podemos estar en la antesala de un empeoramiento de una sociedad que no ha salido de la crisis. Hemos salido de la recesión. La banca ha salido de su recesión, pero la sociedad no ha salido de la crisis.
¿Habéis fijado una fecha concreta para otra reunión con el PSOE?
No. Dejamos abierto que nos veíamos en estos días, con inmediatez, pero sin cerrar la fecha. Esto es importante porque mientras si hay diálogo, hay una puerta abierta.
Si finalmente hay una repetición electoral, ¿qué cree que sucedería?
Mi intuición y lo que me dice la gente es que las progresistas de este país están muy enfadadas y entristecidas. Creo que el hartazgo que hay en la ciudadanía con la política en general junto con el enfado de las gentes de izquierdas que no comprenden por qué no somos capaces de llegar a un acuerdo nos puede jugar una mala pasada. Creo que, lamentablemente, la alegría y la esperanza del 28 de abril no se va a dar el 10 de noviembre. Es más, el 10 de noviembre puede ser la antítesis del 28 de abril. Y hay un riesgo de que se entreguen las llaves de la Moncloa a las derechas, que no van a dudar ni un minuto en pactar.
O bien, como parece que están señalando todas las encuestas, la repetición del mismo estadio electoral. Y esto sí que es irresponsable. Parece que Sánchez nos está diciendo que hemos votado mal y que quiere repetir las elecciones hasta conseguir el resultado que quiere. Esto no va así. La democracia no es así y un demócrata tiene que asumir sus resultados. Sánchez tiene suerte de tener la voluntad política en sus manos porque la ciudadanía se la ha dado y sólo es suya la voluntad política de llevarnos a elecciones o no.
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