Agricultores del Maresme, contra las expropiaciones: "No queremos dinero, queremos nuestro campo"
Agricultores de Santa Susanna ocupan desde hace más de tres meses los terrenos para evitar el inicio de las obras de un vial y denuncian que el ayuntamiento no les da la documentación regla.

Barcelona--Actualizado a
Los agricultores de Santa Susanna (en la comarca barcelonesa del Maresme) hace tiempo que están en lucha contra un proyecto del ayuntamiento que busca ampliar un vial situado entre los campos y el mar en terreno agrícola protegido, conocido como el Pla de Balasc. Hace dos años alertaban que la operación "destrozaría" el territorio, y ahora hace 100 días que están ocupando parte de los terrenos expropiados para evitar la entrada de las máquinas, a pesar de que la obra ya ha empezado en otra zona.
"El Pla de Balasc es un tesoro y está protegido. No queremos dinero ni nada, queremos nuestro campo tal como está. La lucha fue muy grande para que todo esto fuera una zona agrícola protegida, y ahora el alcalde se lo quiere cargar todo". Así se expresa Quima Clos, propietaria de los terrenos de Cal Frare y l'Horta Santa Eulàlia, donde hace más de 100 días que el colectivo ha ubicado una carpa para evitar el inicio de las obras en estos campos ya parcialmente expropiados de manera forzosa.
Clos: "El Pla de Balasc es un tesoro y está protegido, queremos nuestro campo tal como está"
El Ayuntamiento de Santa Susanna quiere ampliar un vial de los ocho a los 15 metros "por seguridad", pero los agricultores lo ven como el punto de partida para otros proyectos urbanísticos que degradarán un tramo de costa poco transformado y muy próximo a una gran zona de hoteles. El municipio, de cerca de 4.000 habitantes, cuenta con casi el triple de plazas hoteleras (10.500).
Reivindican una zona agrícola con patrimonio histórico
El Pla de Balasc es una extensión de huerta dónde, entre otros, se cultivan las pocas rosas que se venden por Sant Jordi que provienen de Catalunya, y que contiene elementos de patrimonio, como casas, paredes y pozos con varios siglos de historia. "Para nosotros todo esto tiene muchísimo valor, es la historia de nuestro pueblo. Queremos que las paredes se trasladen a la zona no expropiada y el compromiso que no se romperán, pero de palabra nos han dicho que no", sostiene Clos.
Hace tiempo que los agricultores denuncian, además, que este proyecto es solo el inicio de un camino hacia la destrucción del patrimonio natural. "Lo que han firmado los campesinos son unos convenios para ceder los ocho metros para el vial, pero la letra pequeña abre la puerta a futuras cesiones", denuncia la propietaria. Según los agricultores, el alcalde "quiere hacer un súper vial para su zona hotelera".
El alcalde, Joan Campolier, es un histórico de la alcaldía de Santa Susanna, cargo que ha ostentado desde el 1987, con una interrupción de 2007 a 2011 porque fue inhabilitado por prevaricación. En las últimas elecciones municipales la revalidó con mayoría absoluta. Empresario del sector de la restauración y el turismo, en una entrevista con Público negó que ninguna actuación relacionada con el vial estuviera orientada a la especulación o el crecimiento urbanístico.
Denuncian una expropiación forzosa sin garantías
Clos explica por teléfono a Público que los propietarios han recibido una carta donde se les notifica la expropiación forzosa y el depósito del dinero, que ya pueden ir a recoger, pero dónde no se concreta que se seguirán las condiciones puestas por la Generalitat para la preservación del espacio. "El Departamento de Agricultura aprobó el proyecto con la condición de que se reposaran los elementos afectados y se pagara a los inquilinos", explica.
Según el colectivo, en los primeros terrenos donde ya han empezado las obras no se ha cumplido la segunda condición. Allá no hay elementos históricos a preservar, a diferencia de los terrenos propiedad de Clos, donde hay unas paredes centenarias y también, en los colindantes, unos pozos. "Lo que queremos es que se haga todo como se tiene que hacer. Que nos digan por escrito que las paredes se salvarán o que nos den el permiso para trasladarlas nosotros, y que indemnicen a los inquilinos", insiste.
El proyecto está financiado con fondos Next Generation y se tiene que ejecutar antes de mayo
Los agricultores sostienen que el proyecto se está tirando adelante sin "todos los permisos" porque se financia con fondos Next Generation, y la condición para recibir la subvención es que se tiene que ejecutar antes de mayo de este año.
"Pedimos al ayuntamiento que nos dé los documentos correctos. De palabra nos han dicho que no, y hemos puesto una instancia para que nos demuestren que se cumple con los requisitos de la Generalitat", apunta la portavoz. Clos añade que, ante las dudas que el ayuntamiento ejecute el traslado de los elementos históricos, han pedido un permiso de obras para hacerlo ellos mismos, pero de momento tampoco tienen respuesta.
El alcalde asegura que todo está en regla
Hasta ahora, la Policía se ha personado una vez en el lugar donde tienen instalada la carpa para evitar la entrada de las máquinas, pero el colectivo ha informado que no se marchará hasta recibir la documentación. Anteriormente ya los echaron de otra zona que habían ocupado durante más de dos meses, donde ya han empezado a construir un paso sepultado y donde el colectivo de agricultura asegura que se está afectando la población de reseda alba, una especie protegida en peligro de extinción.
Clos puntualiza que la situación de esta zona y la que están ocupando es "diferente" porque allí había la obra licitada y máquinas trabajando, pero en Cal Frare y l'Horta San Eulàlia, no.
El alcalde de Santa Susanna, Joan Campolier, asegura que todo está en regla y que el planeamiento en la zona está aprobado y publicado desde hace un año. El alcalde destaca que los importes correspondientes a las expropiaciones están depositados donde corresponde, que los terrenos ya son de titularidad municipal, y vive la situación como una repetición de las protestas que ya hubo en este mismo espacio hasta hace unos meses.
Campolier: "Nunca una obra había tenido tantos meses de negociación para llegar a un consenso"
"Los propietarios no nos han dado los nombres de los inquilinos, pero esto no es un problema", destacó en unas declaraciones recogidas por la ACN. "Nunca una obra había tenido tantos meses de negociación para llegar a un consenso", añadió, insistiendo también que el planeamiento es muy riguroso sobre el máximo de metros posibles para ampliar un vial que considera importante para la conexión intermunicipal. En este sentido, ha descartado propuestas como preservar la amplitud actual en un tramo para ganarla en otro, con el fin de preservar el muro o los campos de cultivo afectados.
Campolier considera que el muro perimetral no tiene un valor patrimonial destacado, pero sí que ha manifestado que se trasladarán las dos columnas de acceso a un lugar adecuado y se reconstruirá parcialmente el muro a su alrededor, en parte con piedras del actual.
Estas explicaciones no convencen a los agricultores. "Pedimos que se proteja todo. No son solo los ocho metros, es que detrás de esto va el resto. No nos marcharemos hasta que esté todo correcto", concluye Clos.
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