Zarpó junto a sus padres el 21 de marzo desde la localidad costera de Cherchell (Argelia), pero su cadáver acabó en la playa de Roda de Berà, en Tarragona. Allí apareció su pequeño cuerpo, ya en avanzado estado de descomposición. Tenía solo ocho meses cuando subió a la patera que nunca llegaría a su destino.

La Guardia Civil ha podido conformar sus sospechas iniciales. El cuerpo de la bebé que apareció en la playa tarraconense era una de las 15 personas que iban a bordo de una patera que naufragó el pasado abril entre Argelia y las Illes Balears. No hubo supervivientes.

El Servicio de Criminalística del instituto armado ha identificado a la niña tras cotejar su material genético con una base de datos en la que figuraba el ADN de su madre, cuyo cadáver fue encontrado el pasado 6 de abril en las costas baleares. Solo se había recuperado ocho cadáveres, según el Instituto Armado. Padre, madre e hija fallecieron en su intento de llegar a España desde Argelia.

La la niña había sido arrastrada por las mareas del Mediterráneo, durante semanas, hasta acabar en las costas tarraconenses. En un inicio se pensaba que correspondía a un niño de entre dos y cuatro años, aunque los estudios posteriores han acotado mejor la edad.

Más de 100 víctimas

La ruta argelina de la pateras tiene como destino el archipiélago balear y las costas valencianas y murcianas. El buen tiempo es uno de los factores que la impulsan, aunque la crisis económica que atraviesa el país del Magreb y la represión del movimiento social Hirak en los últimos años también han empujado a la emigración sobre todo a la juventud.

Aunque el Ministerio del Interior no informa por separado sobre el flujo de esta ruta en sus reportes, organizaciones como Caminando Fronteras han contabilizado al menos ocho tragedias migratorias en el primer semestre de 2023, que se habrían cobrado la vida de al menos 102 personas. En 2022, según este colectivo de derechos humanos, murieron o desaparecieron al menos 464 personas en 43 naufragios.