La movilización social fuerza el aplazamiento del desahucio de Josep de la Casa Orsola de Barcelona

La movilización social ha conseguido aplazar este viernes el primer desahucio en la Casa Orsola. El apoyo ha sido masivo: un millar de personas se ha congregado en la intersección de las calles Consell de Cent y Calàbria, frente al edificio modernista que se ha convertido en símbolo de la resistencia contra la especulación en Barcelona. La comitiva judicial ha llegado pocos minutos antes de las 10.30 horas para llevar a cabo, sin éxito, el desalojo de Josep Torrent, un inquilino que lleva viviendo allí más de dos décadas.

Según ha explicado Enric Aragonès, portavoz del Sindicat de Llogateres, la comitiva se ha retirado porque no se cumplían las “condiciones de seguridad”. Hace tres años que el edificio resiste los intentos de expulsión por parte del fondo Lioness Inversiones, que se niega a renovar los contratos de los vecinos para transformar las viviendas en alojamientos temporales a precio de lujo. El desahucio se ha aplazado hasta el próximo martes, 4 de febrero, a las cinco de la madrugada, una decisión que ha provocado gritos de "vergüenza" entre los asistentes.

A pesar de celebrar esta victoria momentánea, el Sindicat de Llogateres ha llamado a mantener la lucha en el próximo intento de desalojo. "Debemos dejar claro que esto se ha acabado, que Josep no abandonará su casa y que no permitiremos que los fondos buitre hagan lo que quieran con nuestras vidas", ha proclamado Carme Arcarazo, otra portavoz del sindicato, desde el balcón central de Casa Orsola. Aunque ha reconocido que "no será fácil" porque "los poderosos tienen las leyes y la Policía de su lado", ha defendido que los inquilinos cuentan con la solidaridad colectiva.

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A lo largo de la mañana, la tensión ha ido en aumento. Cientos de personas han estado presentes desde primera hora, aunque la convocatoria estaba fijada para las nueve. La protesta ha sido plenamente transversal, con manifestantes de todas las edades mostrando su apoyo a la causa. Entre ellos había Jaume, Ona y Clara, tres jóvenes estudiantes preocupados por la creciente especulación inmobiliaria en Barcelona. "No nos parece bien lo que está pasando en nuestra ciudad. Ayer vinimos a los conciertos y hemos vuelto esta mañana para defender Casa Orsola", ha afirmado Clara. También han participado dirigentes de partidos de izquierda, como Janet Sanz y David Cid, de los Comuns, y Elisenda Alamany, de ERC.

Además de pancartas, en la protesta se ha escuchado el ruido de llaves golpeando y cánticos contundentes, reivindicando que "el barrio no está en venta" y denunciando los responsables políticos "que gobiernan para los especuladores". Para Arcarazo, "ganar la Casa Orsola" significa "ganar la ciudad", aunque este es solo un primer paso. El Sindicat de Llogateres organizará "grandes brigadas inquilinas" para impedir otros desahucios en todo el territorio y ha reafirmado su compromiso con la huelga de alquileres. "Tenemos las herramientas, la fuerza, los motivos y la determinación para luchar esta batalla hasta el final", ha sentenciado Aragonès.

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Tal como se había anunciado, desde el jueves por la tarde se ha llevado a cabo una "maratón" de acciones culturales y reivindicativas para protestar por el desahucio. En declaraciones a Público, Carme Arcarazo ha explicado que, desde las 18.30 horas, miles de personas asistieron a los discursos y a los conciertos de Tarta Relena, Svetlana, La Ludwig Band y Joan Colomo. También se organizó una cacerolada y, posteriormente, una cena popular.

"Hubo discursos y también tertulias dentro de la casa, que se retransmitieron por el canal Llogatera TV. Hacia la medianoche empezamos a montar las carpas para quienes quisieran quedarse", relata Arcarazo. Un centenar de personas ha pasado la noche a las puertas de la Casa Orsola, esperando más apoyo este viernes.