Carme Chaparro (Salamanca, 1973) considera "un milagro" haber cumplido veinte años como conductora de los informativos de Mediaset, un hecho que, destaca, evidencia un cambio en el periodismo: ya no son sólo los hombres los que pueden envejecer en la pantalla.

Feminista convencida, Chaparro no concibe un periodismo que no visibilice la desigualdad entre hombres y mujeres, igual que no entendería la existencia de una profesión informativa que no fuera antirracista.

"Llevo muchos años luchando como feminista, posicionándome, como otras compañeras, y nos han insultado, nos han llamado de todo. Y nos siguen insultando: "feminazi" es lo más bonito que determinadas personas me pueden decir en las redes sociales cuando escribo mis columnas", explica la periodista, quien añade que "feminismo no es la superioridad de la mujer, yo no soy igual que un hombre ni lo quiero ser, pero quiero tener igualdad de oportunidades".

Chaparro confía en que "están empezando a cambiar las cosas" y añade que, cuando ella empezó en la profesión "las grandes referentes que estaban presentando informativos, como Angels Barceló u Olga Viza,desaparecieron prácticamente todas a la vez". Sin embargo, la periodista de 44 años reconoce que el que las mujeres "de mi generación llevemos tanto tiempo, quiere decir que las cosas están cambiando y espero que sigan cambiando" y expresa su deseo de que "ojalá dentro de veinte años pueda decir que las mujeres de sesenta podemos presentar informativos".  "En periodismo todavía nos queda mucho camino por andar, pero hemos dado un paso importantísimo con mujeres cubriendo guerras, con mujeres empezando a dirigir redacciones, con mujeres envejeciendo delante de las cámaras, envejeciendo escribiendo columnas de opinión en los grandes periódicos. Vamos por buen camino", añade.

En cuanto a su experiencia alzando la voz a través de las redes sociales, confiesa que "las cosas te afectan, pero sólo si la persona que te critica tiene razón o te critica con fundamento". Como a tantas otras, el formato virtualo le ha hecho tener que soportar de todo. "Un hombre me dijo que me tenían que soltar en el desierto de Afganistán para que me violaran los del ISIS" llega a contar Chaparro.