Fumar en las playas de Sant Miquel, Somorrostro, Nova Icària y Nova Mar Bella de la ciudad de Barcelona estará prohibido a partir del próximo verano, como sucede ya en las de otras poblaciones españolas, en las que se ha decidido contribuir así a la protección de la salud y del medio ambiente. 

El Ayuntamiento irá paso a paso, empezando con una prueba piloto a la que le acompañará una consulta pública que ya se ha abierto y estudios de impacto posteriores. Si los indicadores respaldan los efectos de la medida, el ayuntamiento propondrá ampliar la prohibición a todas las playas de la ciudad y a parques, jardines y paradas de autobús. 

La concejala de Salud, Envejecimiento y Cuidados, Gemma Tarafa, ha anunciado que la puesta en marcha del proyecto de "playas sin humo" tiene como objetivo "avanzar hacia una ciudad saludable, y una ciudad saludable es una ciudad sin humo, y eso incluye también sin humo del tabaco".

Eloi Badia, concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica ha precisado que, aunque no hay previsto un régimen sancionador ante esta medida, quienes desobedezcan la prohibición de fumar en estas playas podrán ser multados por desacato a la autoridad. Aún así, el Ayuntamiento asegura que el objetivo no es recaudatorio sino de sensibilización de los daños que fumar causa a la salud propia y ajena, y al medioambiente.

Una vez finalizada la consulta pública, el paso siguiente será firmar un decreto con un periodo de alegaciones de 30 días. La medida irá acompañada de una campaña informativa y de acompañamiento con un dispositivo de informadores que darán a conocer la iniciativa a pie de playa. 

Con este proyecto piloto el Ayuntamiento de Barcelona quiere caminar hacia la erradicación de un mal habito que supone la principal causa de muerte evitable en España y que al año en Barcelona es causa del 13,8% de las muertes. Además, las causas medioambientales no son menores. Según informa El Periódico, de los más de 32 millones de colillas que cada año se generan en España, un 15% llegan al mar, liberando al mar contaminantes metálicos como el arsénico, el níquel, el hierro, el cadmio, etc. muy perjudiciales para la fauna marina.