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El entrenador del Levante, Alessio Lisci, celebró muy comedido el importante triunfo de su equipo en Los Cármenes. "No cambia nada, seguimos abajo y solamente podemos pensar en el siguiente partido contra el Sevilla. Aún queda mucha Liga. Nos dieron por muertos muchas veces, pero habríamos seguido vivos igualmente aunque no hubiésemos ganado", expresó el italiano, que se quitó todo mérito en la victoria para dárselo "a los jugadores por hacer un partido espectacular, muy acertados y con un esfuerzo descomunal". "Tenemos una ventaja grande con respecto a casi todos los equipos de abajo, que es que llevamos desde el principio ahí y estamos acostumbrados a jugar partidos con esa tensión; otros equipos que se vieron arriba están viviendo una situación nueva" concluyó. Por su parte, el técnico del Granada se mostró visiblemente afectado con la derrota. Rubén Torrecilla quiso enviar un mensaje a la afición después de negar que el equipo "haya tocado fondo". "Quiero pedir perdón a toda la afición, a todos los que se congregaron en el estadio. Me siento muy jodido, porque el equipo trabaja muy bien durante la semana. Planteamos el partido para sacar un resultado positivo, como ellos, y no se dio. Soy un luchador y voy a intentar cambiar la dinámica y que los jugadores crean", aseguró. "Estoy mal, porque este escudo me duele después de muchos años en el club. Me estoy dejando la vida, sinceramente lo digo, por mejorar a este equipo y por que se vean sensaciones de conseguir la salvación, como en partidos anteriores", subrayó Rubén Torrecilla. -Redacción-