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La intensa presión sobre Al Qaeda consigue reducir los atentados en Argelia en los últimos meses

EFE

La presión de las fuerzas de seguridad argelinas sobre los grupos armados y sus redes de apoyo ha provocado una sensible reducción de las acciones de la organización terrorista Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) en las últimas semanas, confirmaron hoy a EFE fuentes de los servicios de información.

Aunque las mismas fuentes advierten de que los comandos pueden cometer atentados en cualquier momento, destacan los avances registrados en las últimas semanas especialmente en la lucha contra las redes de apoyo a los terroristas, que les suministran la información y la infraestructura necesaria para sus acciones.

Desde la creación de AQMI en octubre de 2006, la incorporación a sus filas de nacionales de otros países, como marroquíes, libios o mauritanos -no fichados por los servicios argelinos ni por los de sus propios países-, dificultó la labor de las fuerzas de seguridad en su combate contra las redes de apoyo, que dejaron de ser de composición exclusivamente nacional.

"Se trata de gente desconocida, que no tiene un pasado islamista, cuya localización resulta mucho más difícil y con la que ha habido que retomar la investigación desde el principio", resaltaron las fuentes citadas.

Ese trabajo de investigación llevado a cabo por los servicios de información se ha intensificado desde entonces y ha comenzado a dar sus frutos en los últimos meses, junto a las grandes operaciones desplegadas por el Ejército en los refugios de la región de la Cabilia, donde unidades especiales han rastreado las zonas montañosas más escondidas ayudadas por helicópteros de combate.

Desde principios de año, 35 redes de apoyo a los militantes de AQMI han sido desmanteladas por las fuerzas de seguridad y 200 presuntos integrantes de las mimas han sido detenidos. Además, decenas de terroristas activos han sido abatidos en enfrentamientos con el Ejército, principalmente en la Cabilia.

Gran parte de las operaciones para desarticular las redes de apoyo se llevaron a cabo en esa región, sobre todo en las provincias de Boumerdes y Tizi Ouzou.

Una de las más importantes células eliminadas en ese periodo estaba integrada por 25 activistas, que supuestamente preparaban acciones espectaculares la víspera del primer aniversario de los atentados suicidas de Argel del 11 de abril de 2007.

La mayoría de los 200 detenidos entre el 1 de enero y el 15 de mayo son comerciantes y jóvenes de menos de 25 años, generalmente desempleados, sin antecedentes judiciales y procedentes de barrios populares.

Son las nuevas generaciones de militantes islamistas, con poca o ninguna conexión con las anteriores, cuya localización y captura resulta mucho más ardua para las fuerzas de seguridad, y que se encargaron de preparar la infraestructura para los numerosos atentados cometidos en 2007, entre ellos los suicidas de Argel de abril y diciembre.

Ese año se registraron más de 240 víctimas mortales en atentados terroristas, además de centenares de heridos, la mayoría de ellas civiles. En los atentados suicidas que aterrorizaron Argel y otras ciudades murieron 126 personas.

Sin embargo, desde el último atentado suicida con coche bomba contra la comisaría de Thenia el pasado 29 de enero, el ritmo y la espectacularidad de las acciones de AQMI han disminuido sensiblemente respecto a los meses precedentes.

La propia banda reconoció en un comunicado publicado en marzo en internet que la situación de sus militantes se ha degradado hasta el punto de representar "una cuestión de vida o muerte" y que "los efectivos humanos y los medios financieros" de que dispone "se han reducido considerablemente".

Aún así, los terroristas siguen siendo capaces de matar, como lo demuestran la emboscada con bomba a fines de abril que causó la muerte de cuatro guardias comunales y otra similar que mató a seis militares a mediados de mayo, ambos en la provincia de Medea.

Y también de secuestrar, como se hizo patente en Túnez el pasado 22 de febrero cuando capturaron a los dos turistas austríacos Wolfgang Ebner y Andrea Kloiber mientras realizaban una excursión por el desierto de ese país.

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