La cineasta Rosa Vergès ha ganado el premio Gaudí de Honor-Miquel Porter 2024, con el que la Academia del Cine Catalán la reconoce como precursora y figura clave en el relevo del cine español en los años 90.

La junta directiva de la Academia ha acordado otorgar el premio a Vergès por ser "una directora pionera cuando no había directoras, abriendo el camino de las cineastas que en las décadas posteriores han maravillado con sus historias y han posicionado al cine catalán dentro y fuera de las fronteras".

Del mismo modo, la junta ha resaltado el activismo cinematográfico de la catalana "acompañando jóvenes promesas o defendiendo insistentemente la profesión y la presencia de las mujeres en el cine".

La directora, realizadora y guionista de 68 años, miembro de honor de la Academia del Cine Catalán desde 2021, recibirá el galardón en la gala de los Premios Gaudí, que se celebrará el próximo 4 de febrero en el Centro de Convenciones Internacionales (CCIB) de Barcelona.

Vergés se suma al historial de ganadores del Gaudí de Honor en la que figuran, entre otros, los nombres de Jaime Camino, Josep Maria Forn, Rosa Maria Sardà o Jordi Dauder.

Sus comienzos y 'Boom Boom'

La directora, licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona, completó su formación en la Sorbona de París y al regresar a Catalunya empezó a trabajar como actriz mientras colaboraba con directores como Vicente Aranda o Bigas Luna. En la década de los 90 formó parte de la generación que protagonizaría un importante relevo en el cine español junto a nombres como Álex de la Iglesia, José Luis Guerín o Julio Medem.

La primera película que dirigió fue Boom Boom en 1990, una comedia ubicada en la efervescencia olímpica que le valió el Goya a la mejor dirección novel, entre otros premios. También destacan su largometraje Souvenir, el filme infantil Tic Tac, Iris y la obra colectiva Ferida Arrel.

Además del cine, cuenta también con una extensa trayectoria en la dirección artística de montajes teatrales y musicales, entre los que se encuentran las ceremonias de llegada de la antorcha olímpica en Barcelona 92 o El somni del agua, que se exhibió en el pabellón de Catalunya en la Exposición de Zaragoza de 2008.