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'La espera', thriller, terror y western para mostrar las heridas heredadas de la dictadura

13/12/23 - El actor Víctor Clavijo es el protagonista de la película
El actor Víctor Clavijo es el protagonista de la película. Spal Films

El cineasta F. Javier Gutiérrez regresa a España tras una época en Los Ángeles para contar esta magnífica historia de caciquismo, servidumbre, pobreza y miedo, homenaje al mejor cine español de finales de los años 60 y principio de los 70.

"La tierra es familia. Si traicionas a tu familia, la tierra te maldice, te corrompe". Oscura advertencia de un cacique andaluz al guardés de una de sus fincas. Es el final del franquismo, España sigue sumida en la ignorancia y arrastrando la herencia de todas las heridas provocadas por la religión, el caciquismo, la dictadura y el abismo entre clases… Y ahí lucha Eladio, pobre y analfabeto, con su propia conciencia a cambio de unos cuantos duros más.

Es la tragedia que se narra en la nueva película de F. Javier Gutiérrez, La espera, una historia social y política tramada desde el thriller y el terror, con aire de western y elementos del fantástico, que, desgraciadamente, resuena todavía en estos días. Eladio, guarda de una finca, acepta el soborno de un cazador y con ello desata el drama. A partir de ahí, la culpa y la venganza se cruzan en su caída irremediable hacia el infierno.

Protagonizada por Víctor Clavijo, un actor espléndido y tristemente desaprovechado en el cine español, la película es el regreso del cineasta F. Javier Gutiérrez, quien tras su ópera prima 3 días (estrenada en la Berlinale), pasó una época trabajando en Los Ángeles. Su vuelta es una huida de lo banal y el consumo rápido y un encuentro con el cine independiente de autor.

La tragedia se desata en la película por la decisión que toma un hombre…

Sí, porque la película hace una reflexión acerca de la responsabilidad de cada uno a la hora de tomar una decisión y sus consecuencias. También es una historia que habla de la dureza con la que nos podemos juzgar a veces.

¿Dureza y sentimiento de culpa muy enraizado en la religión en España?

Sí, es verdad que la película tiene un componente bíblico. La culpa y la autodestrucción del ser humano y el autocastigo que te puedes llegar a imponer está ligado con el concepto de pecado original que se supone que arrastramos todos. Es una herencia religiosa que tiene España, una carga que no logramos abandonar nunca. El personaje de Eladio hace un viaje casi de la pasión de un mártir.

¿Western, horror, fantástico, tragedia, folklore… para hacer un cine político?

Y para denunciar la servidumbre prescindible, sí. Está en el ADN de la película. Hay en ella un comentario social que está en todo, en ese cacique que utiliza a la servidumbre o en la época en que transcurre la historia, el franquismo de los años 70, aunque conscientemente no lo he mencionado.

¿Por qué?

Porque creo que trasciende a una época determinada o a un momento político, son problemas que seguimos arrastrando independientemente de quién esté gobernando. Es una película de género, pero tiene un fondo social y, además, es muy hiperrealista con nuestra España, es muy de aquí. Todo eso es muy político.

Usted usa el género para contar una historia en tiempos en que la historia es demasiadas veces anecdótica en el cine de género, ¿qué está pasando?

"El cine alimenta al público con un consumo rápido que no permite la reflexión"

Hay un concepto ahora del cine como contenido que está fomentado por algunas corporaciones, que alimentan al público con un consumo rápido que no permite la reflexión. Se quedan con la capa superficial y fomentan y apoyan proyectos muy superficiales. Pero nosotros, como directores, tenemos la responsabilidad de trabajar y sacar adelante otro tipo de proyectos.

A mí me parece muy divertido el cine de entretenimiento, yo también he hecho una película americana puramente alimenticia, pero cuando yo tengo la posibilidad de hacer algo personal, creo que tengo la responsabilidad de intentar hacer algo para remover conciencias.

Lo hago usando el género, que es donde me siento cómodo y con lo puedo empujar más a la gente a mirarse hacia dentro. Creo que trabajando en el género puedes abrir puertas y también puedes llegar a otro tipo de público.

La producción de la película ha sido complicada, ¿tiene que ver con esta tendencia que menciona?

Sí, y aquí me ha decepcionado mucho. He vuelto a España para hacer esta película y me he encontrado con falta de apoyo para proyectos de este estilo. Esta película es cien por cien independiente, la hemos financiado porque creemos en ella y es fruto de la pasión por el cine.

12/12/23 El director F. Javier Gutiérrez
El director F. Javier Gutiérrez.

Yo no he cobrado en la película, pero es que, si no, no había manera de sacarla adelante. He puesto todo y para los productores ha sido una inversión de alto riesgo porque no tenían ningún tipo de ayuda. Sólo hemos tenido el apoyo de Canal Sur, que ha visto una película muy andaluza. Me da mucha pena eso, porque estoy seguro de que hay un montón de cineastas en España que intentan sacar proyectos y se encuentran con esto.

Pero no se debería trabajar sin cobrar…

"He hecho la película como un acto de rebeldía ante las grandes plataformas"

Claro, no. Yo no voy a poder hacer otra así. Lo que pasa es que si no existen estas películas… Esta película ha sido un poco un acto de rebeldía. Hay que llamar la atención sobre la corriente cinematográfica que hay ahora de películas muy superficiales, de consumo rápido, que tienen las plataformas. Que las plataformas tienen parte positiva, ayudan a la industria y tal, pero…

¿Caminamos, entonces, hacia una extinción de la identidad cultural?

Totalmente. He venido a España y lo que quieren y lo que se pide son películas americanas rodadas aquí.

En la película hay muchos ecos cinematográficos, pero ¿no hay un homenaje especial al cine español de finales de los 60 principios de los 70?

Sí, que era un cine absolutamente genial, increíble, el mejor cine que hemos tenido. Yo crecí en aquella época y no lo apreciaba tanto, lo he apreciado con el tiempo, he aprendido a saborearlo y en esta película hay un homenaje a ese cine, que es un gran referente y que merece reconocimiento. Los santos inocentes, Saura… toda esa época maravillosa de un cine muy español sin complejos. Creo que estamos perdiendo esa identidad. Ahora mismo se hace una película y se hace un thriller en una casa que parece que estuvieras en Los Ángeles…

Andalucía, años setenta… ¿hay algo de sus propios recuerdos de infancia y juventud en la película?

Claro. Yo he crecido allí, en los pueblos y en los campos andaluces, viendo a los guardeses cuando iba con mis abuelos a los pueblos y eso fue algo que me impactó mucho, por la dureza del trabajo de esa gente y por las diferencias sociales.

¿Cuánto de todo eso resuena en el mundo de hoy?

Arrastramos muchos problemas en todos los ámbitos, desde el político hasta el moral, el religioso, el social… La sociedad española evoluciona lentamente en algunas cosas. Son historias humanas y políticas con las que seguimos tratando, extrapolables a las situaciones políticas que tenemos ahora mismo y hasta que no se resuelva a nivel humano, no se llegará a una solución.

De alguna forma, vamos hacia la confrontación, creo que por falta de conocimiento y de reflexión. Si nos conociéramos más a nosotros mismos y viviéramos más de nuestra propia historia, probablemente resolveríamos mucho de los problemas que tenemos ahora.

Ya ocurría con la anterior '3 días', hay una cierta inclinación en sus historias hacia la destrucción y la muerte.

"Son películas duras, pero con las que intento despertar algo"

Un poco nihilista ¿verdad? En el fondo, lo sé. Trabajo muy por instinto cuando hago algo propio y, a lo mejor, mis películas tienen finales muy duros, pero yo creo que son películas intentan despertar algo.

También creo que son películas con personaje muy humanos, que reflejan la belleza, las miserias, la fragilidad, la dureza y la oscuridad del ser humano, con momentos bellos y emotivos, y con momentos muy duros porque, al fin y al cabo, el hombre es un lobo para el hombre.

¿Se ha puesto límites en la representación de la violencia que hay en la película?

No me gusta hacer cine con violencia gratuita, no va con mi sensibilidad. Mis películas tienen momentos violentos, pero están muy ligados a una evolución emocional de los personajes y son contrapuntos a otra parte de la historia. Creo que es una violencia justificada, no se ensaña excesivamente con sangre, aunque sea dura y sin concesiones, pero de una manera orgánica. También intento cuidarla de una manera elegante.

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