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Estreno en Amazon Prime Video 'Días mejores' propone un viaje por el duelo y sus etapas a través de un grupo de terapia

Amazon Prime Video estrena este viernes esta serie protagonizada por Blanca Portillo.

21/04/2022 Días Mejores
Blanca Portillo y Marta Hazas en Días Mejores, el nuevo proyecto de Amazon Prime Video. Amazon Prime Video

Pese a adentrarse en un terreno tan dramático como es el duelo por la pérdida de un ser querido, Días mejores es una serie que, a su manera y gracias a un guion construido en base a un variopinto grupo de personajes, viaja entre la lágrima y la sonrisa con fluidez. Cristóbal Garrido y Adolfo Valor, responsables de la notable Reyes de la nocheson también los creadores de esta serie producida por VIS junto a Zeta Studios que se estrena hoy en Amazon Prime Video.

Días mejores muestra que no hay dos duelos iguales como no hay dos personas iguales

Escrita por Garrido y Valor junto a Daniel Martín Serrano, Sara Alquézar y Alba Carballal y dirigida por Alejo Flah, Arantxa Echevarría y Jota Linares, el potencial de Días mejores está en sus personajes y en el espacio creado para que crezcan como grupo y como individuos en uno de los momentos más duros de su vida. Ellos y sus circunstancias lo son todo y cuentan a su favor con un reparto que les dota de humanidad, veracidad y cercanía. Empezando por esa psicóloga interpretada con la eficacia y maestría habitual de Blanca Portillo. La doctora Laforet lleva la voz cantante en un grupo de notas discordantes. Su mejor arma es esa ironía que saca a relucir en cada sesión. Delante de sus pacientes parecer ser la más entera de todos. Toda una maestra del disimulo. Su secreto, que se intuye en los primeros compases, va asomando hasta que queda al descubierto en el tercer episodio, el último al que han dado acceso a los medios antes del estreno.

La misión que lleva a cabo en el salón de su casa Laforet es la de orientar y sacar del pozo a cuatro adultos que comparten, a priori, el ser padres y madres que han perdido a su pareja. Aunque luego en cada caso se puedan aplicar ciertos matices a esta descripción. La primera, Sara (Marta Hazas), es una médico de urgencias que pierde a su marido en un campo de fútbol. Debe lidiar con el trauma compartido con su hijo de haberle visto morir, con el hecho de haberse convertido en madre viuda de un día para otro y con todas esas 'mierdas post morten', como las llama la psicóloga.

Pardo (Erik Elías) es un músico mexicano que abandonó a su familia por el rock y que tras la muerte de su ex vuelve a Madrid para hacerse cargo de dos hijos adolescentes que le desprecian y no le quieren a su lado. Francesc Orella interpreta a Luis, un hombre de negocios con tres hijas a su cargo incapaz de hacer frente a lo ocurrido. Por último, Graci (Alba Planas), una joven universitaria que es la candidez, la bondad y la ternura personificadas. Ha perdido a su novio después de dos años dándolo todo, cuidándolo y confiando en que se salvaría si se volcaba en estar ahí para él. Fuera de ese grupo, mención especial para las simpáticas apariciones de Adrián Pino (El vecinocomo ese becario capaz de hacerse pasar por su jefe y acudir a terapia en su lugar.

A cada uno la pérdida le ha llegado por un camino u otro (accidente, suicido o enfermedad) y le hace frente de una manera distinta. Hay quien no se permite pararse a pensar porque cree que es mejor tirar para delante, quien le pone al mal tiempo buena cara, quien lo normaliza y quien se aferra a una promesa hecha. Sara, Graci, Pardo y Luis parten de puntos diferentes y, por lo que se ve e intuye en lo visto antes del estreno, caminan a su ritmo y soltando lastre hacia una meta a la que para llegar hay que ir quemando distintas etapas según cada cual. Porque si algo muestra Días mejores es que no hay dos duelos iguales como no hay dos personas iguales. Tampoco un manual de instrucciones que diga qué hacer, cómo, cuándo y en qué tiempos. No existe una fórmula matemática para superar el dolor, pero sí herramientas y guías (ahí es donde juega su papel Laforet) para salir del agujero.

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Fotograma de la serie de Amazon Prime Video, Días Mejores. Amazon Prime Video

Días mejores abre una conversación sobre la muerte y el hueco que esta deja, sobre reinventarse y reponerse al dolor mostrando un proceso que implica sentimientos como la tristeza, la soledad y el enfado. Porque enfadarse forma parte del duelo. También se aprecia en esos tres primeros episodios cierto reflejo, no exento de cierto humor en ocasiones, de todo ese protocolo social que rodea a la muerte lleno de tópicos y prejuicios sobre cómo sentirse y actuar. En una de las sesiones se menciona esa verdad que es que a la gente el dolor ajeno le espanta. Porque, como viene a decir Laforet, nadie quiene a alguien lloroso y triste a su lado. Pasa con el duelo, pero también con la enfermedad, por ejemplo. Eso, por un lado, el de los que huyen convirtiendo a quienes están en ese punto en 'gente a evitar'. Y luego están las frases pretendidamente motivadoras como 'poco a poco' y derivadas. Comentarios que se hacen cuando no se sabe qué decir sin pensar que quizá lo mejor sería no decir nada.

Días Mejores responde a la incertidumbre de cómo sentirse y cómo actuar

Otra de las ideas interesantes recogidas por Días mejores tiene que ver con si hay una mejor forma de que algo así ocurra para quien sigue vivo. ¿Es mejor tener tiempo para despedirse y prepararse? O, por el contrario, ¿se lleva mejor cuando ocurre de manera repentina? En un debate abierto en una de esas sesión de terapia. Quien ha perdido a alguien sin tiempo para despedirse es posible prefiriese haber podido hacerlo. Al contrario, quien ha visto a su ser querido sufrir una larga enfermedad, quizá piense que habría sido menos traumático de la otra manera. No se da respuesta, porque no la hay.

Ver Días mejores hará que quienes disfrutaron de aquella joya que fue El grupo se acuerden de ella. Comparten germen y buenos personajes. Lo mejor de la creada por Garrido y Valor es el tono usado, que no se deja arrastrar al drama lacrimógeno. Después de todo, así funciona el mundo. Incluso en los momentos más tristes y oscuros hay cabida para el humor y la felicidad, aunque sea momentánea. No se puede estar triste 24 horas al día siete días a la semana como no se puede estar contento todo el tiempo.

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