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Actualizado:El nuevo disco de Triángulo de Amor Bizarro habla sobre el paso del tiempo, un concepto relativo, sobre todo si tenemos en cuenta que la banda coruñesa conserva intactos su furor y descaro cuando está a punto de cumplir veinte años de carrera. Sed (Mushroom Pillow) también habla de la persecución del éxito y la fama —más dura será la caída—, de un mundo aparentemente feliz —y vacuo— y de otros asuntos terrenales que atornillan una actitud inconformista que no se ha oxidado desde su primer zambombazo noise en 2007.
Ahora, en su sexta vuelta de tuerca, Isa Cea (voz y bajo), Rodrigo Caamaño (voz y guitarra), Rafael Mallo (batería) y Zippo (teclados y guitarra) ratifican que son un grupo que ha sorprendido con cada elepé, sin perder el aplauso de la crítica: cuatro galardones de la UFI por Año Santo, incluyendo el de mejor disco; y otros tantos por Salve discordia, también merecedor del Premio Ruido, concedido por la Asociación de Periodistas Musicales de España, que también veneró a oɹɹɐzıqɹoɯɐǝpolnƃuɐıɹʇ, álbum del año 2020 para la UFI.
Desde su casa de Abanqueiro, Isa responde al otro lado del teléfono. Allí, en una parroquia de Boiro, viven ella y Rodrigo, donde han resistido a los cantos de sirena de la industria y del asfalto, instalados en una coherencia no solo musical, sino también vital. Y desde A Coruña hasta allí —donde han montado su estudio— se desplazan para ensayar Rafael y Zippo, quien tercia en la charla para detallar el proceso de grabación de Sed, producido por Carlos Hernández, que se publica este viernes 23 de junio.
Con semejantes precedentes, ¿qué recepción esperan de Sed?
Isa Cea: No pensamos demasiado en eso, pero ojalá que le mole a la peña. A nivel de compromiso, no defraudará, porque hemos dado lo máximo.
¿Este disco podría necesitar más escuchas para hidratar al oyente o eso ya ha ocurrido con otros trabajos anteriores?
Zippo: Eso es muy positivo. Aunque son minimalistas, intentamos hacer canciones complejas y con muchos matices, por lo que es necesario escuchar un tema nuestro más de una vez. Incluso me pasa a mí. Me parece simplista eso de los quince segundos de TikTok, pero en esta industria ahora se busca el hit inmediato.
¿Sed resulta más crudo o, en general, reniegan de la música pasada de cocción y fácilmente masticable?
Isa Cea: Es nuestra forma de hacer las cosas. Tanto en la música como en el arte, hay ganchos detrás de los cuales no encuentras nada, solo simpleza. Sin embargo, pese a que puedes percibir al momento si es buena o no, resulta difícil y raro que con una sola escucha descubras la canción de tu vida. Lo que más nos interesa es la perdurabilidad de la idea, es decir, que se pueda seguir escuchando y defendiendo en directo tiempo después, porque conserva su consistencia. Para lograrlo, a veces tienes que cambiar la fórmula, aunque yo no creo que el camino que escogemos sea complejo. Nuestro referente es la música que admiramos, porque años después no ha perdido su magia.
¿Da vértigo mirar atrás y observar todo lo conseguido? Porque, cuanto más arriba, más lejos va quedando el suelo.
Zippo: Yo no suelo mirar hacia atrás, pero sentiría vértigo si estuviésemos haciendo discos con descartes, no cosas diferentes: ¡el cielo es el límite!
Isa Cea: Somos un grupo que empezó sin saber dónde se metía, aunque muy comprometido con el resultado final, siempre aprendiendo y con ganas de probar cosas nuevas. Si se le puede llamar vértigo al "¿ahora qué hago?", lo importante es seguir descubriendo. Hemos sido una banda de pico y pala, que no ha parado de trabajar, sin subidas ni bajadas pronunciadas, y muy coherente. Eso nos ha impedido llegar a una audiencia masiva, pero también tener un control sobre lo que hacemos.
Pienso en esa Estrella solitaria y caída. ¿Han temido, a lo largo de este tiempo, el tropiezo? ¿Quizás miedo, artísticamente hablando, al futuro? ¿Que se secase el pozo?
Isa Cea: Son preguntas normales que uno puede hacerse, porque un grupo de música es muy volátil. Escribir sobre eso nos ha ayudado bastante. Sin embargo, no es algo que nos preocupe, como si no fuese con nosotros.
Hablan de la persecución de la fama como un imperativo contemporáneo y de la fugacidad de la vida actual. Quizás en su caso, alejados del ruido, en el sentido terrenal, no se vean tan afectados, pese a la omnipresencia de los demonios digitales.
Isa Cea: Vamos a nuestra bola e intentamos construir nuestro mundo a nuestra manera: esa es la base filosófica del grupo y de nuestra vida. Nunca hemos pensado en mudarnos a una ciudad donde fuera más cómodo moverse y relacionarse, algo importante en este sector. Estamos contentos con las decisiones que hemos tomado de forma natural e intentamos usar esa inmediatez de la sociedad actual como más nos conviene, para que nos afecte lo mínimo posible. Generacionalmente no la podemos esquivar, pero tampoco vamos a comulgar con rodas de muíño.
Si el éxito y la marca personal son un anzuelo, ¿quién es el pescador?
Isa Cea: Muchas veces, la estrella es una parte más del engranaje, casi una víctima. Detrás de las vidas trágicas de Prince o de Britney Spears, había algo mucho mayor, los que realmente recogían sus frutos, o sea, las grandes empresas y quienes mueven el mundo. Nosotros no les importamos, pero sí los artistas que mueven dinero y generan opinión. Y cuando nos han abierto un poco la puerta, se la hemos cerrado rápidamente en las narices.
Zippo: Nunca quisimos ver lo que había detrás [risas].
No me refería a una estrella del mundo del espectáculo, sino a la gente de a pie. Y, con el pescador, ¿quizás a la perversión del sistema capitalista, llevado al individuo y a su identidad digital?
Isa Cea: El marketing ha encontrado las claves de lo que mueve a los humanos, seres sociales y solidarios, y las ha exprimido lo máximo posible ["de la forma más siniestra", añade Zippo]. La fórmula es perfecta: tú lo haces todo y ellos solo recogen eso que nos parece gratis [véanse las redes sociales y los buscadores], aunque luego te venden lo que quieren y hacen negocio con tus datos.
Por si alguien se pusiese melancólico, el trallazo de Estrella antivida. Pueden ser más o menos melódicos, como en Canción de muerte del pez dorado, pero hay un Triángulo siempre dispuesto a estallarnos la cabeza.
Zippo: Eso es lo que más disfruto en los conciertos. Cuando la gente parece que está feliz, me gusta tocar algo muy distorsionado para que siga contenta, pero de otra manera [risas].
Isa Cea: Hay que profundizar y elevar los temas, lejos del suelo raso y urgente del que hablábamos antes. Todo eso te abre y te expande el cerebro, aunque tengas que escuchar una canción varias veces, aunque incluso duela…
Zippo: ¡Aunque te sangren los oídos!
¿Grabar en su estudio de Boiro ha influido en el resultado? Como en casa, ¿en ningún sitio?
Zippo: Ya habíamos grabado parte de Victoria mística, pero de una forma más precaria. Ahora contamos con un buen estudio, que nos permite trabajar de una forma muchísimo mejor, sobre todo al hacer textura de sonido. Aquí podemos ir montando poco a poco las canciones, lo que nos permite conseguir nuevas estructuras y timbres más interesantes.
Isa Cea: Le dedicamos más tiempo, porque estamos en nuestra casa. El productor Carlos Hernández vino hasta aquí y pudo participar muchísimo en el disco. Además, la grabación resulta así más divertida y refrescante.
Isa, entiendo que la composición de este disco está marcada por dos hechos trascendentales en su vida y en la de Rodrigo, como la pandemia y un hijo.
Isa Cea: Son dos cosas que te marcan de una forma trascendental, pero nuestro hijo llegó a una edad en la que ya teníamos una forma de ser muy determinada. Quizás a los veinte años te puede influir de diferente manera. Sin embargo, en nuestro caso el grupo ya estaba muy consolidado en forma y en idea. En este disco, Estrella solitaria y otras canciones hablan sobre el paso del tiempo, una cuestión ligada —quizás sin darnos cuenta— al hecho de haber tenido un niño durante la pandemia. Pese a la incertidumbre y a la tragedia, para nosotros fue una época bonita, porque disfrutamos mucho del bebé y pudimos estar solos con él en casa. Recuerdo ese tiempo con mucho amor. Seguro que todo eso está reflejado en Sed, aunque no fuimos conscientes.
¿Hay isistas y rodriguistas? O sea, quienes la prefieren a usted o a Rodrigo al micrófono. ¿O cree que una de las virtudes de Triángulo es precisamente contar con dos voces tan diferentes?
Isa Cea: Es un lujo, porque usamos la voz como un instrumento más.
Zippo: Cuando le pasamos el disco a nuestro entorno más cercano, a los roqueros les gustaron más las canciones de Rodrigo y a los alternativos, las de Isa [risas].
Isa Cea: Es una suerte tener dos voces, porque aporta variedad, hasta el punto de que el grupo cambia mucho de una canción a otra.
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