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Oscar 2023: 'Todo a la vez en todas partes', la gran favorita en la fiesta del cine de Hollywood 

Una comedia gamberra, divertidísima y que reivindica la empatía femenina para salvar al mundo del caos, podría arrasar en la 95ª edición de los Oscar.

Fotograma de una escena de 'Everything Everywhere All At Once'
Fotograma de una escena de 'Everything Everywhere All At Once', película dirigida por Daniel Kwan y Daniel Scheinert y nominada a 11 Oscar. Cedida por A24 / EFE

Noche de duelos. Es lo que augura la ceremonia de la 95ª edición de los Premios Oscar de la Academia de Hollywood, dos claros favoritos en casi todas las categorías. En el caso de mejor película, casi todo -premios, cifras de taquilla, tendencia en redes sociales y apuestas en las casas de juego online- indica que será la película de Los Daniels, Daniel Kwan y Daniel Scheinert, Todo a la vez en todas partes, la que se lleve la estatuilla la madrugada del próximo lunes. Solo la crítica apuesta por Almas en penas de Inisherin. Y, claro, nunca hay que perder de vista, una película de Spielberg, aunque esta vez solo se la esté mirando de reojo.

La primera ya se reveló como una película-milagro en su estreno, una historia gamberra, por momentos demencial y divertidísima que reivindica el poder de las mujeres y de la empatía femenina para salvar al mundo del caos. Aventuras y viajes en el multiverso, guantazo descarado a las millonarias producciones de superhéroes –el filme costó 25 millones de dólares y ya ha recaudado más de cien-, ganadora de siete premios en los Independent Spirit y reconocida como mejor película por el Sindicato de Productores, además de muchos otros galardones, está, sin duda, a la cabeza.

Alma de puro cine

Quién gane y quién se merezca ganar son cosas muy distintas. Y casi nunca coinciden. En esta edición, tal vez la frescura de Los Daniels no sea una mala opción, aunque no tenga tanta alma de puro cine como la gran película que ha hecho Martin McDonagh. Cualquiera de las dos, aunque más la primera, se beneficiaría del 'voto preferencial' que impuso la Academia de Hollywood únicamente para esta categoría (cierto que el sistema puede dar otra vez una sorpresa colosal). Los académicos votan de mayor a menor, del uno al diez, sus favoritas, si una producción tiene la mitad más uno de números uno, es la ganadora. Es dificilísimo que esto ocurra.

Lo siguiente es que se van eliminando las películas con menos número uno de las listas y vuelta al recuento, con algunas segundas opciones como número uno. Así, los votos van variando. Si hay dos películas que han dividido los votos, terminarán perjudicadas por otra, que ha sido del agrado de muchos y que poco a poco va ascendiendo hasta convertirse en triunfadora. Así, una película simpática o que no molesta a nadie, como ocurrió el año pasado con CODA, puede alzarse con la estatuilla. Este año, esa película podría ser Todo a a la vez en todas partes, a la vista de los encendidos elogios que profesionales de Hollywood han hecho de otras nominadas, como Tár o Sin novedad en el frente.

Protocolo ante imprevistos 

El Oscar a la mejor dirección será, probablemente, un duelo entre Los Daniels y Steven Spielberg (Los Fabelman), con Todd Field (Tár) y McDonagh (Almas en pena de Inisherin) mirando de cerca. Los favoritos, de nuevo, los primeros. El mejor guion original debería recogerlo el cineasta británico Martin McDonagh, aunque hay muchas posibilidades de que sea Todd Field o, de nuevo, Los Daniels los ganadores. El dolor, la tristeza y la rabia milenarias de las mujeres de Ellas hablan son la mejor opción en la categoría de guion adaptado que sería, pues para Sarah Polley, aunque podría dar una sorpresa el desgarrador relato antibelicista de Sin novedad en el frente.

Cuando llegue el momento de los intérpretes todo estará especialmente preparado para que no se produzca ningún otro episodio vergonzoso como el del año pasado –el tortazo de Will Smith a Chris Rock-. El primero recogió, poco después de la bofetada, el Oscar a mejor actor y se llevó, de paso, un veto de diez años por parte de la Academia. Esta edición, la organización ha dispuesto un protocolo para reaccionar rápidamente ante cualquier imprevisto.

Aparataje y artificio

Imprevisto, como el que puede protagonizar la entrega del Oscar a la mejor actriz. Nadie dudaba cuando se hicieron públicas las nominaciones de que sería Cate Blanchett la flamante ganadora, pero a unos días de la gala, la veterana Michelle Yeoh tiene unas cuantas papeletas más. Y con ella, su compañera en la categoría de reparto, Jamie Lee Curtis, podría disputar muy seriamente el premio a Angela Basset, por el momento, favorita por su trabajo en Black Panther: Wakanda Forever. La crítica, de nuevo, discrepa y apostaría por Kerry Condon. Pero parece que muchos de los merecimientos de Almas en pena de Inisherin se quedarán esperando.

Colin Farrell, como el tipo angustiado por la frialdad repentina de su amigo de siempre, se merece más que ninguno el Oscar este año, pero a los académicos de Hollywood les gusta muchísimo el aparataje y el artificio. Las prótesis que envuelven a Brendan Fraser (La ballena) y su emotivo regreso al cine y la 'imitación' que Austin Butler hace de Elvis son dos de las cosas que más placer infantil provocan entres los profesionales de la meca del cine. Y como Farrell, sus compañeros, Brendan Gleeson y Barry Keoghan serían mucho más que dignos ganadores del Oscar a mejor actor de reparto, aunque Ke Huy Quan, uno de los niños de Los Goonies resucitado ahora en Todo a la vez en todas partes, les lleva la delantera.

La I Guerra Mundial y la Guerra de Ucrania

Poco antes de anunciarse las nominaciones, nadie imaginó esta carrera hacia el cielo de la comedia de Los Daniels, que se planta en esta edición con aspiraciones a once premios, así como nadie intuyó ni de lejos que la película de Edward Berger, Sin novedad en el frente se colocara en nueve categorías. Con muchísimas menos posibilidades esta, sin embargo, podría haber conquistado a los académicos por su dirección de fotografía, obra de James Friend, además de ser la preferida para conquistar el premio a la mejor película extranjera, seguida muy de cerca por la emocionante y radicalmente política película de Santiago Mitre, Argentina 1985. La hermosa fábula The Quiet Girl sigue a esta segunda de cerca.

También parece haber cautivado la historia del líder opositor ruso Alexei Navalny, envenenado por Novichok, un sicario de Putin. Navalny, aprovechando además el descrédito internacional de Rusia en su guerra contra Ucrania, es una de las favoritas al Oscar a mejor película documental, con un solo contrincante, Fire of Love, magnífica historia de amor entre dos legendarios vulcanólogos, dirigida por Sara Dosa. Y aunque se habla mucho del Pinocho de Guillermo del Toro en la categoría de película de animación, la divertida e irreverente Red, de Domee Shi, es la que podría alzarse con la estatuilla.

Cierto es que en los Oscar puede pasar cualquier cosa, pero sería un susto mayúsculo que las campañas que se han hecho alrededor de Top Gun: Maverick y de Avatar 2, apuestas descaradísimas de industria, hubieran funcionado. Por mucho que Steven Spielberg confesara a Tom Cruise que le había "salvado el culo a Hollywood y a la distribución del cine en salas" y por mucho que esto sea cierto, que lo es (la película convenció al público para volver a los cines tras la pandemia), no está a la altura de sus contrincantes en la categoría principal. De Avatar 2, película aburrida, larguísima y con un guion lamentable, ni hablamos, por mucho que sea una de las más taquilleras de la historia. Eso es cosa del marketing, no del cine.

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