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Los alimentos bajan en el campo mientras la cesta de la compra sube y zarandea las economías familiares

La inflación se mantiene en niveles inusualmente elevados impulsada por los altos precios de los alimentos, que continúan encareciéndose a base de aumentos de los márgenes pese a que los frescos y las materias primas están bajando.

29/11/2023 - Pie: Los alimentos de consumo más frecuente se encarecen entre un 200% y un 500% entre el campo y la tienda.
Los alimentos de consumo más frecuente se encarecen entre un 200% y un 500% entre el campo y la tienda. Unsplash

El encarecimiento de los alimentos sigue lastrando la cesta de la compra y zarandeando las economías familiares, con mayor intensidad cuanto mayor es su nivel de renta, tras una subida media del 27% en dos años a la que ahora se añade una paradójica situación: la tendencia de los precios se mantiene al alza en los comercios mientras las cotizaciones de la mayoría de los vegetales —tanto los que se consumen frescos como los que sirven de materia prima para elaborar otros— así como de las de las carnes, llevan tiempo a la baja.

"El aumento de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas es menor que en noviembre del año anterior", recordaba este miércoles el INE (Instituto Nacional de Estadística) al difundir el dato avanzado de la inflación (IPC, Índice de Precios de Consumo) de noviembre, un registro que sitúa la media de las interanuales en el 3,8%, la segunda más alta en dos décadas tras la del año pasado y en vísperas del fin de unas medidas de alivio que pueden elevarla otro 1,5%.

El INE ratificaba así oficialmente algo que las familias llevan tiempo advirtiendo en tiendas y supermercados: los precios de los alimentos siguen subiendo, si bien lo hacen con menor intensidad proporcional que hace unos meses.

Los datos del INE indican que de enero a octubre de 2023 los precios de venta al público de los alimentos y las bebidas no alcohólicas 'solo' aumentaron 7,2 puntos, un ritmo de encarecimiento que resulta quedarse en menos de la mitad que los quince de 2022, que por otro lado no deja de ser un 44% más que en 2021 y que llega después den que esos registros generaran un escalón previo de casi 21 puntos ponderados de aumento en dos ejercicios.

Traducido a términos prácticos: las familias españolas tienen hoy que dedicar algo más de cinco euros a comprar la misma comida que hace dos años compraban por cuatro, o poner cincuenta y algo para adquirir lo que les salía por cuarenta.

Resulta sintomático que la caída de la inflación subyacente, un indicador del que se excluye la evolución de los precios de los alimentos no elaborados y de los productos energéticos, duplique con creces a la general al alcanzar las siete décimas pese a que se ralentiza el descenso de los precios de la electricidad.

Sin embargo, ese encarecimiento de los alimentos se produce mientras llevan tiempo tendiendo a la baja los precios en origen de estos y los de la mayor parte de los 'inputs' que intervienen en su producción, especialmente los abonos y las semillas, y en su transformación, como la energía.

Así, el Informe Semanal de Coyuntura que elabora el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación muestra cómo el trigo, la cebada y el maíz se compran a los productores a precios inferiores a los de los últimos dos años, cómo caen de manera generalizada las cotizaciones de las hortalizas, con descensos de más de 20 puntos en el tomate y la judía verde y de en torno al 15% para el calabacín y el pepino, y cómo en la fruta solo la naranja, con el inicio de la cosecha, tiende claramente al alza.

Paralelamente, la carne de cerdo acumula cuatro meses de bajada y la de pollo, la más consumida seguida de la anterior, se mantiene en niveles similares a los del año pasado mientras el cordero y la ternera se encuentran en plena escalada prenavideña.

Sin embargo, y a falta de conocer en dos semanas los datos desglosados de precios de venta al público de los alimentos en noviembre, en los de octubre apenas se registran tendencias descendentes.

De hecho, los leves retrocesos del pan, las patatas, las hortalizas y la leche resultan ser notorias excepciones en la estimación mensual y en la que mide la evolución en el año natural, aunque no se dan en las interanuales, en las que el encarecimiento de las tres últimas supera los diez puntos con la excepción del pan, que se queda en el 4,1%.

Entonces, ¿qué es lo que está ocurriendo? Básicamente, que los precios de venta al público evolucionan desconectados de los de producción y que esa desconexión incluye un desequilibrio en los márgenes, que crecen en todos los eslabones del complejo agroalimentario y la llamada cadena de valor de los alimentos hasta alcanzar magnitudes desorbitadas.

En este sentido, un reciente informe del Servicio de Estudios de UGT vincula, a partir de datos del Observatorio de los Márgenes Empresariales que mantienen la Agencia Tributaria, el Banco de España y el Ministerio de Asuntos Económicos, el encarecimiento de los alimentos, cuyos precios acumulan subidas "cercanas o superiores al 10% durante 19 meses consecutivos", con "un aumento generalizado de los márgenes de beneficios" en todas las áreas del complejo alimentario.

"La cesta de la compra ha seguido subiendo, a un ritmo inferior que los dos anteriores años, pero han seguido encareciéndose productos en los que está prohibido aumentar los márgenes de beneficios", señala Rubén Sánchez, portavoz de la asociación de consumidores Facua, quien muestra su esperanza en que “el Ministerio de Asuntos Sociales de Pablo Bustinduy conteste a nuestras denuncias, porque tiene que seguir tramitando las que haya recibido”.

“Una política capital de protección de los consumidores”

Sánchez se refiere al veto explícito a ese tipo de encarecimientos que contiene la norma que regula la bajada del IVA de los alimentos básicos, la mitad de los cuales son ya, pese a ello, más caros que antes de aplicarse esa medida de alivio.

"Estamos haciendo llegar al ministerio, que tiene las competencias de Consumo, nuevas denuncias con subidas de precios en ocho grandes cadenas de distribución, y pidiéndole que las investigue", anota el portavoz de Facua.

"Vamos a ver cuál es el talante de Bustinduy", añade, "porque hacer cumplir una norma que prohíbe las subidas de márgenes de beneficios en alimentos básicos es una política capital en materia de protección de los consumidores".

Ese aumento de los márgenes alcanza el 36,9%, lo que supone "23,7 puntos más que la media nacional", en la rama de comercio al por mayor de materias primas y animales vivos, y el 13,2% en el sector primario, que en este caso se encuentra en el promedio estatal.

El incremento alcanza el 10,4% en la industria alimentaria y va del 8,5% al 5,8% en los canales de comercialización mayorista y al por menor, respectivamente.

"En síntesis, se puede argumentar que la ampliación de los márgenes empresariales está muy extendida en el sector, por lo que han contribuido decisivamente a generar unos precios finales inasumibles para muchas familias", concluye el estudio.

La fruta sale más barata de lo que cuesta producirla

Los márgenes de esa magnitud conviven en la práctica con otros fenómenos como las compras de género fresco a bajo precio, que están poniendo "al límite" la viabilidad de las explotaciones fruteras, como viene denunciando la organización agraria Uaga.

"Ahora que están llegando las liquidaciones (los pagos de las cooperativas y almacenes a los agricultores), los productores de fruta están viendo como esos precios que perciben no llegan a cubrir los costes de producción", señala la entidad.

Uaga denuncia que "una vez más se han incumplido los plazos [de pago] que establece la Ley de la Cadena Alimentaria", algo que debería dar lugar a sanciones si llega a ser probado, y que "las liquidaciones llegan meses después de la entrega de la fruta en los almacenes y con precios, muchas veces, por debajo de los costes".

Ese tipo de maniobras acaban convirtiéndose en una de las claves del negocio: parte de los intermediarios y de la industria transformadora exprime a los productores para disponer de márgenes más amplios en el secundo eslabón de una cadena alimentaria que, salvo excepciones, multiplica los precios de origen de los alimentos frescos por entre cuatro y cinco en su tránsito hacia los lineales de las tiendas.

En los últimos diez años, el IPOD, el Índice de Precios Origen-Destino que elabora la organización agraria COAG, solo ha registrado cuatro promedios mensuales fuera de esos extremos; en todos ellos para superar el quíntuple y en ninguno para quedarse por debajo del cuádruple.

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