El fondo CVC ha contratado al banco de inversión Lazard para buscar un socio que invierta en la aceitera Deoleo, fabricante de Carbonell, Koipe, Hojiblanca, Bertolli o Carapelli entre otras marcas de aceite de oliva. De esta forma, el fondo, que posee actualmente alrededor del 57% de Deoleo, acabaría desinvirtiendo en el fabricante de aceite de oliva.

La venta de la compañía tiene que materializarse antes de 2025, según establece el acuerdo firmado con los acreedores para la reestructuración de la deuda que supuso su entrada en el accionariado.

Aunque todavía no hay fecha para la presentación de las ofertas, fuentes próximas a Deoleo citadas este lunes el diario El Economista  han confirmado el interés por participar en el proceso de Acesur, la empresa propietaria de La Española y Coosur, que tiene un ya un 5% del capital, así como de la cooperativa Dcoop y de la compañía de alimentación Borges.

Deoleo avanzó recientemente en su junta de accionistas un "contexto complejo y retador" para el sector del aceite de oliva en 2023, debido al impacto de la inflación y de la actual sequía que está afectando a la producción en los últimos años.

"La complejidad del contexto actual ha derivado en un escenario inflacionista que está afectando de forma relevante a la totalidad de la economía. La creciente inflación ha tenido un destacado impacto en el consumo de aceite de oliva, que disminuyó un 6% en España e Italia en 2022 y que, a día de hoy, sigue viéndose muy afectado", explicó el presidente y consejero delegado Ignacio Silva a los accionistas en la junta.

España es el primer productor mundial de aceite de oliva y la grave sequía ha dañado las cosechas y provocado una drástica subida de precios en las últimas semanas. Deoleo calcula una reducción prevista de la cosecha en un 23% a nivel mundial, un 34% en Europa y un 48% en España.

La aceitera ganó 6,2 millones de euros en 2022, el 89,8% menos que el año anterior, en un contexto marcado por la subida del precio de la materia prima y la caída del consumo.

El grupo registró unas ventas de 827 millones, el 17,7 % más que en 2021, mientras que su beneficio bruto de explotación antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones (ebitda) fue de 42,9 millones, el 11 % menos. La deuda financiera neta a cierre de ejercicio se situó en 101 millones de euros, un 15 % menos que en 2021.

Según la compañía, la subida del precio del aceite de oliva en origen se aceleró en el segundo semestre del año y superó incrementos del 66%, lo que ha causado una caída generalizada del consumo en la categoría y un descenso de sus volúmenes de venta en un 5% anual.