MADRID.- El Gobierno en funciones que preside Mariano Rajoy se mantiene firme en su decisión de no acudir al Congreso de los Diputados para dar cuenta de sus limitadas gestiones ni, mucho menos, para someterse al control de los parlamentarios. Es una actitud que se sigue a rajatabla y se mantiene aunque, de forma excepcional, algún ministro se siente ante sus señorías en una comisión parlamentaria.

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha estado esta mañana de martes en sede parlamentaria “a petición propia para que, de forma extraordinaria por la urgencia de la matera y por encontrarse en funciones, informe sobre el Programa de Estabilidad”.

Es decir, del plan macroeconómico de España para el periodo 2016-2019 que a finales de abril se debe presentar en Bruselas al igual que todos los socios de la UE, donde incluye una notable revisión de las previsiones, con más déficit, menos PIB y más paro:  los número rojos de las administraciones públicas alcanzarán este año el 3,6% del PIB (frente al 2,8% de la anterior estimación), la tasa de desempleo sube dos décimas hasta el 19,9%, y el PIB crecerá sólo el 2,7% (desde el 3,0% contemplado inicialmente).

La comparecencia del ministro también había sido solicitada por el grupo parlamentario socialista por el mismo motivo, con una mayor especificación sobre los contenidos de ese plan demás del Programa Nacional de Reformas para 2016, que es el complemento que exige Bruselas como prueba de la marcha de los compromisos adquiridos por cada país en la estrategia de convergencia en el seno de la UE.

Pues bien, ni lo uno ni lo otro. De Guindos, en un todo muy serio y profesional como es habitual en sus comparecencias, se ha limitado a ofrecer un puñado de cifras y porcentajes esquemáticos, recogidos todos en un folio al que han podido acceder diputados y periodistas, sin la más mínima explicación, bajo el epígrafe de “principales variables macroeconómicas de España 2016-2019”. Y ni una coma más. Sobre el Programa Nacional de Reformas, nada de nada.

Como durante su intervención no se ha extendido más allá de lo que había en el folio, en la referente al Programa de Estabilidad, todos los portavoces le han afeado esa circunstancia. “Ya que ha comparecido podría haber informado”, le han venido a decir todos. El ministro en funciones, sin perder la compostura, ha dicho que no ha entregado los programas completos que eran el objeto de su presencia por la sencilla razón de que “no están completos ni están aprobados por el Consejo de Ministros”.

No obstante lo cual ha agregado: “Cuando este viernes o el próximo lo aprobemos yo no tengo ningún problema en venir de nuevo ante ustedes y entregarles los documentos completos”; lo ha dicho con una apostilla: "Claro, si es que no están disueltas las Cortes para entonces”. Ha quedado meridianamente claro el mensaje.

Pero para justificar su comparecencia y llenar media hora de intervención De Guindos se ha dedicado a sacar pecho haciendo un relato muy optimista del momento que atraviesa la economía española, la recuperación experimentada en los cuatro años de gestión del Gobierno del que forma parte “por la aplicación de una política económica adecuada y que no deberíamos bajo ningún concepto perder en el futuro.

El portavoz de economía del Grupo Socialista, Pedro Saura, al inicio de la Comisión de Economía del Congreso ante la que ha comparecido el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos. EFE/Chema Moya

Es decir, se ha dedicado a desgranar unos datos macroeconómicos, todos ellos positivos en relación con el inicio de la crisis en 2008-2009 y, sobre todo, en comparación con los países de nuestro entorno europeo. También para destacar las consecuencias favorables de las reformas estructurales aplicadas hasta el momento y que deben tener su continuidad. De Guindos, que no es un político al uso, ha empleado parte de su intervención a realizar un acto de campaña electoral.

Frente a las críticas unánimes (eso sí, esta comisión es una muestra de elegantes formas, aunque solo sea por el lenguaje que se utiliza, a menudo con anglicismos técnicos), De Guindos ha respondido, especialmente al portavoz de En Comú Podem, Jopse Vendrell, de forma muy gráfica y contundente: “Yo no soy Robin Hood”. Con esa expresión ha querido justificar que no está en su mano evitar situaciones que “sin duda” existen” pero que no reflejan la realidad actual española “donde la pobreza severa se ha reducido en comparación a otros países europeos”.

“Han engañado a Bruselas y a los españoles”, denuncia el socialista Pedro Saura, sobre las cifras del Gobierno

Este diputado, como antes Alberto Montero, de Podemos, y posteriormente Alberto Garzón, de IU, le han criticado que no hiciera la más mínima referencia a las consecuencias dramáticas que han tenido las medidas adoptadas por el Gobierno para miles de personas y la fractura social creada.

El portavoz socialista, Pedro Saura, ha denunciado las “mentiras” de las cifras y cálculos del Gobierno. “Han engañado a Bruselas y a los españoles”, ha dicho, tras criticar que “se marchan como llegaron, mintiendo cuando hicieron el mayor aumentos de impuestos realizado en España y ahora bajándolo para el 10% más favorecidos que son sus aliados naturales”.

De Guindos, que ha rechazado las críticas unánimes de todos los grupos, salvo el PP, de querer endosar a las comunidades autónomas la responsabilidad de no rebajar el déficit público de España, ha repetido hasta el cinco ocasiones que ha negociado “hasta tres veces” alargar el plazo para lograr el porcentaje del 3% de PIB para el déficit de las cuentas públicas del Estado español. La última, pendiente de confirmar, en estos días cuando desde Bruselas se ha filtrado que se concede un año “o dos más para llegar a ese objetivo.